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8 noviembre, 2020

A COSTA DE LAS RESERVAS DEL CENTRAL, EL OFICIALISMO SOSTIENE LOS ACUERDOS DE CAMBIEMOS, Y VA POR MÁS CRÉDITO

Sometimiento financiero: Nación pagó esta semana U$S 300 millones al FMI, que vuelve de visita mañana

Mientras el “súper cepo” cerró más el grifo al pequeño ahorrista que quiere protegerse frente a la inflación, el oficialismo preserva los dólares para pagar la fraudulenta deuda con el Fondo Monetario Internacional contraída por una oposición con la que intercambian aparentes dardos, pero mantienen igual línea en materia de política económica.

El Gobierno de Alberto Fernández pagó esta semana que pasó U$S 300 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional en concepto de intereses. Traducido a pesos, al tipo de cambio mayorista, se trata de $ 24 mil millones. Es el equivalente al pago de 2,4 millones de Ingresos Familiares de Emergencia (IFE).

El Diario BAE Negocios indicó el viernes que las reservas del Banco Central sufrieron una nueva sangría debido al pago al FMI, en un país que sobrelleva una pandemia con un 49% de su población bajo la línea de pobreza.

Allí se informa que la intervención durante la semana le permitió a la autoridad monetaria, gracias a la precaria paz cambiaria de los últimos días, tener un saldo positivo con la compra de U$S 66,1 millones. No obstante, las reservas retrocedieron en U$S 333 millones debido, fundamentalmente, al pago al Fondo.

 

Dos caras, una moneda

 

El préstamo más grande de la historia del FMI otorgado en 2018 al Gobierno de Cambiemos es un capítulo más del fraudulento endeudamiento externo: implicó un aval del Gobierno de los Estados Unidos, presidido por Donald Trump, a la continuidad de Mauricio Macri en el poder.

En un informe de mayo, el Banco Central afirmó que el endeudamiento macrista financió una fuga de capitales de U$S 86 mil millones en cuatro años, una gran parte con el préstamo del FMI. Horacio Verbitsky develó que en esa fuga estuvieron involucradas las empresas Telefónica, Pampa Energía, General Motors, Shell, Quilmes, Monsanto, Aluar, Procter & Gamble, Arcor y muchas más entre los 100 mayores fugadores.

En su momento, antes del cambio de gobierno, el acuerdo con el FMI fue denunciado judicialmente por Claudio Lozano y Jonatan Baldiviezo. La diputada Fernanda Vallejos, del Frente de Todos, también denunció judicialmente a Macri, Marcos Peña y Nicolás Dujovne.

Una de las irregularidades más notorias fue la aprobación por parte del FMI, en abril de 2019, de la utilización de reservas del Banco Central para financiar la fuga de capitales, algo que está prohibido en los propios estatutos del organismo multilateral. Todas las denuncias realizadas en campaña electoral fueron adecuadamente calladas ahora que el Frente de Todos dirige el gobierno.

 

Van por más

 

No sólo eso. El emprolija de deuda reestructurada y el cumplimiento con el FMI tiene un interés inmediato. El ministro de Economía, Martín Guzmán, se encamina a intentar cerrar antes de fin de año un nuevo acuerdo con el Fondo. Los trascendidos indican que sería un nuevo «stand by» que implicaría un ajuste mayor incluso al plasmado en el presupuesto 2021, que comprende un déficit de 4,5 % del PBI.

En reuniones con el gran empresariado, el ministro anticipó que buscará ubicar el déficit por debajo del 4 %. No obstante, el FMI querría más ajuste para que el déficit se ubique en el 3 % el año próximo.

El pago al FMI tiene lugar en un contexto de tensiones cambiarias. El factor central de las tensiones son las escasas reservas del Banco Central, que fueron devoradas por la fuga de capitales de los últimos años, las maniobras de exportadores e importadores con las divisas, por las manipulaciones de pagos de deuda privada de las grandes empresas y las presiones de los grandes fondos especulativos.

Si bien las últimas dos semanas las alquimias del ministro de Economía hicieron retroceder las cotizaciones paralelas del dólar y, por ende, la brecha, el costo se refleja en las concesiones crecientes al capital financiero: emisión de deuda atada al dólar; intervención en el mercado paralelo del Banco Central, la Anses y el Banco Nación con operaciones que erosionan su patrimonio; venta del dólar futuro del Central; y en los próximos días una nueva emisión de deuda en dólares para satisfacer el deseo de salida del país de los fondos especulativos Pimco y Templeton.

Mientras con el «súper cepo» se cerró más el grifo al pequeño ahorrista que quiere preservar sus ahorros frente a la inflación creciente, el Gobierno guarda los dólares para pagar el fraude que hizo el FMI a todo el pueblo trabajador.

 

Este martes vuelve la comitiva

 

En tanto, la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) volverá a Buenos Aires este martes encabezada por Julie Kozack, la subdirectora del departamento para el Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, el director del staff Argentina, que retomarán las reuniones con el ministro de Economía Martín Guzmán. El Gobierno busca establecer un nuevo programa con el organismo financiero internacional para renegociar el pago de los US$ 44 mil millones que le prestaron a la gestión de Muricio Macri. “El diálogo se centrará en la agenda fiscal, monetaria y estructural de las autoridades para el mediano plazo con el objetivo de anclar la estabilidad macroeconómica”, indicaron voceros del FMI antes del viaje.

En la negociación, además de aliviar el cronograma de pagos como se espera, la negociación podría incluir un nuevo desembolso, según reconoció el representante argentino y del Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos, que lleva adelante las negociaciones con Guzmán. “No es el escenario base, pero existe la posibilidad de que pueda suceder”, indicó aunque aclaró que no se trataría de un monto fuera de lo normal.

En las últimas semanas, las medidas que puso en marcha el Gobierno lograron calmar la volatilidad de los dólares paralelo y financieros pero para los analistas del mercado un desembolso por parte del FMI contribuiría a reforzar las reservas del Banco Central y calmar las expectativas de devaluación. De acuerdo con los representantes del organismo con sede en Washington, el nuevo programa del FMI será “para apoyar el plan económico del gobierno y sentar las bases para un crecimiento inclusivo y sostenible”.

Los voceros también remarcaron que “no hay fechas establecidas para finalizar las negociaciones”. Se estima que el acuerdo llegaría en el primer trimestre de 2021 aunque Alberto Fernández dio a conocer su intención de que pueda llegar antes.

Guzmán y el Gobierno en los últimos días apuntan a una baja del déficit fiscal y de la emisión monetaria. Economía ya anunció por ejemplo que no recurrirá a más adelantos transitorios del Banco Central aunque no aclaró que pasará con los giros de utilidades. Y también recurrió a licitaciones para ‘secar la plaza’ de pesos y ofrecer alternativas al dólar. El Gobierno además aspira a reducir la asistencia a la producción y el trabajo (ATP) -que representa un punto del PBI- a partir de 2021 y en ese marco, el ministro de Economía también bajó la previsión de déficit del 10% al 7% del PBI, mientras que otros programas como el IFE -Ingreso Familiar de Emergencia- demoran las definiciones para llegar recién con un desembolso en diciembre y ver después como se sustituye. Hoy por hoy, la agenda económica argentina gira en torno a l beneplácito de los acreedores externos, un verdadero karma criollo.

 

*BN, LID, EE, propias