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16 febrero, 2021

Los incendios dejaron al descubierto precarización laboral y crisis ambiental en Patagonia

Mientras el fuego arrasó otra vez gran parte del bosque nativo en la Cuesta del Ternero, en El Bolsón,  salieron a la luz conflictos sociales, desidia gubernamental, y sobre todo los problemas que atraviesan brigadistas y combatientes de incendios en Rio Negro y Chubut.

El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) declaró que el incendio que se controló pero se sigue enfriando amplios sectores de las más de 10.000 hectáreas afectadas. La especulación y el desequilibrio ambiental como causas de fondo.

El fuego fue lapidario y arrasó vegetación, pero también fauna nativa avanzando en dirección sureste hacia El Maitén por la ladera del Cerro Piltriquitrón. Es más, se cobró vidas, como las del bombero fallecido este fin de semana tras luchar denodadamente contra las llamas. Fuentes del Servicio de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales (SPLIF) destacaron la falta de personal para enfrentar la gravedad de incendios de esta envergadura, un problema recurrente en lugares prístinos con recursos naturales invaluables, pese a los rimbombantes anuncios políticos gobierne quien gobierno, sobre políticas de seguridad, manejo del fuego y protección de bosques en Argentina.

En los hechos, la dotación actual del SPLIF es de no más de 25 combatientes. En años anteriores eran incorporados entre 10 y 15 contratados por la temporada de verano a causa del aumento del riesgo de incendios, pero desde hace dos años la dotación se mantiene sin incorporaciones a la planta permanente. La provincia ha declarado no estar en condiciones de incorporar personal, lo que redunda en la sobrecarga del personal ante situaciones como la actual, donde por lo menos la dotación debiera duplicarse.

A esto se suma la deficiencia en indumentaria y material de protección. Cascos forestales que se compraron y no aparecen en el momento que son necesarios. Ropa y calzados insuficientes que son entregados cada dos años, y un conjunto de aspectos logísticos que acaban siendo resueltos por la solidaridad de la población con los combatientes.

De hecho, la participación social y el pedido de donaciones generó fuertes polémicas y hasta choques con fuerzas de seguridad, debido a que provocaron la visibilización de los déficits en cuestión.

En el caso de brigadistas del lado de Chubut, las condiciones de precarización son aún más graves y se suman al atraso de tres meses en el pago de sus haberes, aguinaldo y congelamiento paritario, re categorización e ingreso de personal que ya lleva tres años al calor de la crisis provincial.

Pérdidas irrecuparables

 

El Servicio Nacional de Manejo del Fuego confirmó que el año pasado entre el 1 de enero y el 12 de diciembre de 2020, fueron más de 42000 has las que se quemaron en Río Negro. Y en este nuevo incendio de 2021, sólo en tres días se alcanzó un 15% de ese total.

El mayor peligro lo representaron las plantaciones de pinos que constituyen un verdadero polvorín. A la perdida de flora y fauna nativa producto de los incendios, siguen años en los que el renoval de las coníferas exóticas, que se benefician del fuego para diseminar sus semillas y tienen un crecimiento inicial mucho más acelerado, ahoga la flora nativa.

El resultado son espesos mantos de coníferas donde no habitan aves y animales autóctonos, suelos acidificados y baja del nivel freático debido al excesivo consumo de agua de dichas especies. Una desertificación verde que avanza año a año, e incendio tras incendio en la zona andina.

La Secretaria de Bosques es la encargada de controlar dichas plantaciones, pero también fue la promotora de la siembra de coníferas por su relativamente rápida posibilidad de comercialización como madera.

En los últimos años se ha sumado a ello el negocio de los bonos verdes. Enormes extensiones en distintos puntos del país son sembradas de coníferas debido a su supuesta capacidad de absorción del dióxido de carbono liberado a la atmosfera por la industria y el uso de hidrocarburos. Por caso, uno de los que apunta a este mercado es el magnate italiano Luciano Benetton con sus enormes plantaciones de pino en el noroeste de Chubut, pero también YPF en el norte neuquino. Temas para involucrarse en defensa del habitat, la vida y el futuro de la Patagonia.

 

*LID