¿Quién manda en el Poder Legislativo?

Por Juana de Arco

La primera sesión virtual de la historia de la Legislatura del Chubut fracasó antes de comenzar, por la falta de una mayoría especial de 18 diputados para autorizarla, ante la inasistencia de los bloques del PJ y de Juntos por el

Cambio, quienes no aceptaron los condicionamientos del gremio legislativo de sesionar solamente por dos horas, poniendo límite al horario del trabajo de los diputados que tenían una amplia agenda a tratar.

Y era de esperar, más allá de los ´ensayos´ de virtualidad está claro para el vecino común que el problema no era alinear las computadoras ni las pantallas, sino las voluntades.

“¿Es real este sainete en una provincia como Chubut, semi fundida, en la recta del default si no reestructura su deuda que deben aprobar los diputados y con una cuarentena que está diezmando lo poco de actividad privada que existía?” Esta pregunta larga como insulto de tartamundo tiene sin embargo una respuesta corta: La puja de poder entre Sastre y Arcioni comenzó a complicar a todos los chubutenses.

Atenerse a supuestas formas para boicotearse mutuamente puede servir para el micromundo de la política, donde el movimiento de piezas puede parecer incluso divertido. Pero la masa crítica que entiende bastante de politiquería de tercer mundo, tiene claro que jugar la perspectiva provincial y utilizar la institucionalidad para alimentar aspiraciones peregrinas y personalísimas, es por lo menos infame en los tiempos y la crisis que corren.

Jugada de pizarrón

Típico del barro peronista: El gremio endureció posición y puso impedimentos a la sesión. La oposición argumentó que no daba quórum porque el gremio les puso límite de trabajo en dos horas, las que no alcanzarían para el tratamiento y debate. Y el vicegobernador y presidente de la Legislatura, Ricardo Sastre anunció entonces la suspensión de la sesión. Hasta ahí, las formas.

Pero si el proceso se invierte y se empieza de atrás para adelante, se podría preguntar ¿porque la presidencia, o sea Sastre, no garantizó antes el diálogo con el gremio para que no pusiera límite de hora, se garantizara el quórum de los diputados y se pudiera sesionar?

Bueno, sólo quedaría inferir o que no se hizo bien el trabajo, o al parecer estaba acordado que no se sesionaría. De hecho, hasta podría haberse continuado con la intervención de un escribano que diera fe del resto de la sesión, (como se aplicó hasta en el Congreso), pero no se hizo.

¿Sastre obedece a APEL?

Si bien en la práctica es real el derecho a huelga que asiste al sector gremial, también lo es el carácter esencial de las tareas vinculadas además a la función pública. Lo primero puede resultar indiscutible siempre y cuando no afecte de manera flagrante la operatividad del Estado. Y lo segundo pone en condiciones de activar verdaderos mecanismos de negociación.

Para un referente oficialista “En definitiva los empleados legislativos reclaman 23 días de atraso en sus salarios, pero al fin y al cabo lo terminan cobrando y sin descuentos de días no laborados. Y son además parte del inmenso universo de agentes del Estado que está cobrando también de manera escalonada en el marco de una Emergencia Económica Provincial, y sin embargo no abandonan sus servicios esenciales, como el caso de los -en este momento- sobrecargados empleados de la salud o la seguridad”.

Servicio esencial-mente parado

Según la doctrina de la OIT a la cual se ajusta el ordenamiento laboral argentino, ´queda descartada la admisibilidad de la limitación genérica del derecho de huelga para todos los trabajadores al servicio del Estado, pero resulta posible su restricción -incluso, su prohibición— en la función pública, respecto de aquellos funcionarios que actúan como órganos del poder público´. En tales casos, no se trata de cercenarles el derecho a huelga, pero sí de ´acordar garantías compensatorias, tales como procedimientos de conciliación y mediación, que, en caso de que se llegase a un punto muerto en las negociaciones, abrieran paso incluso a un procedimiento de arbitraje (…)´

En las “formas” que guardó cuidadosamente el Legislativo ayer, pareciera que incluso se fingió un acuerdo que tampoco estaba sellado según lo manifestado por el propio vicegobernador Ricardo Sastre días pasados cuando declaró a la prensa: “Hubo un compromiso del Ejecutivo de abonar los salarios del Rango 3 y 4 correspondientes a abril en los próximos diez días. El gremio, en caso de que se depositen dichos salarios, está al tanto de la sesión virtual y si el compromiso asumido se cumple, no habrá problemas para sesionar por lo que pudimos hablar con los representantes gremiales”.

Ayer, esos períodos y rangos estuvieron pagados, sin embargo el supuesto acuerdo que enunciaba Sastre no se cumplió. Tampoco se intentó realizar la sesión con certificación de notario.

Por supuesto entonces que los diputados no accediesen a sesionar en esa verdadera situación de anomia, que además ya tuvo precedente en otra de las tres sesiones que se dieron en seis meses de gobierno, donde el gremio también decidió ´como y hasta cuando podían actuar los diputados´, tal como lo señaló el diputado Pagliaroni.

Nada, nada es un error…

Hay quienes consideran que la situación del Poder Legislativo está verdaderamente descarriado, superando incluso a sus propias autoridades. Pero para otros, Sastre no es ningún improvisado.

Si por algo se lo conoce en Puerto Madryn es por su capacidad conciliadora que le permitió sobrevivir a las tempestades sindicales más cruentas, alguna vez desplegadas por su antes archienemigo, -ahora diputado y aliado-, Carlos “Ganso” Eliceche.

Al ¨mellizo´, nunca le doblegaron la mano los gremios, y siempre supo encontrar la manera de preservar la gobernabilidad y el funcionamiento de lo público.

Pero ahora su enfoque es otro. Entrampado en un mandato complicadísimo, el temor al contagio de la flacidez política reinante lo obliga a mostrar músculo de manera permanente. Y desalineado evidentemente de la fórmula que lo llevó a la vicegobernación, es casi un secreto a voces la teoría conspirativa alimentada entre sus huestes, de querer desplazar al gobernador para terminar su mandato.

La demora en el tratamiento de temas esenciales como la reestructuración de deuda que le permitiría aire a Arcioni para encauzar las finanzas públicas los próximos meses y enfilar a completar los tres próximos años, dicen que es la carta que se jugarían quienes ambicionan actuar antes de llegar a las urnas en una próxima edición. La otra carta será cuestionar la negociación en sí de reestructuración, el misterioso proceso que omite detalles de intermediarios y comisiones y el destino final de lo que no se pague de deuda en lo inmediato.

El motivo del vice?, sencillo, hay naves incendiadas dentro del PJ que no garantizan sello ni candidatura a futuro. La debacle financiera que se proyecta obliga a apurar el tranco, y también hay un fuerte posicionamiento de Juan Pablo Luque desde Comodoro para terminar siendo el posible ´candidato de la unidad´ del oficialismo y oposición con vistas a reemplazar a Arcioni en 2023, que asusta. Pero falta mucho, tal vez demasiado para ese entonces, y el ´vuelto´ podría acarrear no sólo efecto intrapoderes, sino en todo el arco público por efecto achique adaptativo.

En fin, como decía Heráclito, “Los hombres despiertos no tienen más que un mundo, pero los hombres dormidos tienen cada uno su mundo”.

*Soy Juana de Arco, …y ceniza de tantos