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17 julio, 2020

SON FINANCIAMIENTOS QUE RESUELVEN EL MOMENTO DE LA CRISIS, PERO AUMENTAN EL ENDEUDAMIENTO FEDERAL

Préstamos a las Provincias: Nación ya otorgó créditos por el 75% del monto disponible

Con la entrega de otros $6.400 millones para cuatro provincias en el marco de la emergencia provocada por el coronavirus, el Gobierno ya desembolsó el 75% del monto total disponible en ´créditos blandos´ para los distritos. Es que a partir de la firma de Tierra del Fuego, La Rioja, Salta y Jujuy, los gobernadores ya se llevaron casi $45.000 millones de los $60.000 millones que la Nación destinó para apoyar las diezmadas arcas de las jurisdicciones durante la pandemia.

Hay voces bajas que cuestionan los préstamos que realiza la Nación convirtiéndose en una especie de ´financiera´ de momento que auxilia pero también aumenta la deuda interna, precisamente cuando los estados subsoberanos están en una situación financiera agónica en buena parte por no poder reestructurar sus deudas hasta que no se destrabe la situación de la Nación. El otro reclamo siempre vigente es el discrecional reparto de coparticipación que sigue sin una nueva ley que contemple aporte de cada provincia en relación a lo que recibe. Además de la caída de estas transferencias por disminución de recaudación nacional. Todos estos temas hacen que los gobernadores deban tomar los créditos a tasas bajas pero endeudándose, lo que disminuye por supuesto el ´entusiasmo federal´.

 

Las que accedieron al crédito

 

En esta nueva tanda, las administraciones de Gustavo Melella, Ricardo Quintela, Gerardo Morales y Gustavo Sáenz se llevarán $1.500 millones, $556 millones, $2.500 millones y $1.850 millones, respectivamente, en préstamos que ajustan por inflación, pagan una tasa del 0,10% anual, y se devuelven en 36 cuotas a partir del 2021.

 

Chubut ya recibió

 

De esta manera, se suman a Chubut ($5.000 millones), Chaco ($2.500 millones), Entre Ríos ($3.500 millones), Tucumán ($6.000 millones), Neuquén ($5.000 millones), Mendoza ($3.000 millones), Misiones ($1.200 millones), Santa Cruz ($3.000 millones), Córdoba ($4.800 millones), y Santa Fe ($4.600 millones), que ya recibieron su parte para hacer frente a la merma en la recaudación originada tras la cuarentena.

 

Algunos la piensan

 

Pese a su situación fiscal delicada, por ahora Buenos Aires no tiene previsto acudir a esta asistencia, según confirmaron fuentes de la gobernación de Axel Kicillof. Dentro de este grupo también se encuentran Santiago del Estero, La Pampa, Formosa, San Juan, Catamarca, Corrientes y San Luis, todos distritos con arcas un poco menos comprometidas en relación a sus pares.

 

En negociaciones

 

Por su parte, Río Negro estaba en búsqueda de $2.900 millones según los medios locales, pero la información no fue confirmada oficialmente.

Según el ex director de Nacional de Asuntos Provinciales, Félix Piacentini, «es raro que Buenos Aires no pida el crédito porque son condiciones muy favorables». De acuerdo al economista, las provincias con resultados fiscales más sólidos son Formosa, San Juan, Catamarca, Corrientes y Santiago del Estero, mientras que la más complicada dentro de ese grupo es San Luis, distrito que pasó a ser deficitario en los últimos años por primera vez.

Sin embargo, por las particularidades políticas de esta provincia, siempre tirantes con la Rosada -similar a lo que ocurre con La Pampa-, «son capaces de no pedir» el crédito a pesar de que lo necesiten. «Además ambos distritos tienen juicios con la Nación por la coparticipación y eso puede ser también prenda de negociación», apuntó.

 

Un programa transitorio

 

Los acuerdos firmados forman parte del Programa para la Emergencia Financiera Provincial que creó el presidente Alberto Fernández con el decreto 352/2020, el cual está compuesto por $60.000 millones en estos créditos que otorga el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP), y otros $60.000 millones en Aportes del Tesoro Nacional ( ATN) no reembolsables. En ninguna de las dos partidas estaba contemplada la Ciudad de Buenos Aires.

Los fondos se distribuyen en un 40% en base al índice de población con Necesidades Básicas Insatisfechas y de cuentapropistas (INDEC) y de las personas contagiadas por COVID-19 cada 100 mil habitantes que publica el Ministerio de Salud, por lo que se desprende que el aporte a Buenos Aires deberá ser significativo, en caso de que finalmente lo solicite, dado el peso que tiene en ese distrito las condiciones de vida de sus habitantes y la incidencia que está teniendo el coronavirus.

Esta nueva firma se llevó adelante por videoconferencia en el Salón Norte de Casa Rosada, y fue encabezada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Economía, Martín Guzmán, y su par de Interior, Wado de Pedro. Además estuvieron presentes el secretario de Hacienda Raúl Rigo y la secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, Silvina Batakis.

Desde sus respectivas provincias, participaron los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales; de La Rioja, Ricardo Quintela; de Tierra del Fuego, Gustavo Melella; y de Salta, Gustavo Sáenz.

 

Hay que pensar un nuevo federalismo

 

Desde el Monitor Fiscal de las provincias elaborado por el economista Marcelo Capello, del Ieral, las asimetrías de repartos coparticipables alguna vez deberán ser abordados y modificados, para que las provincias puedan estabilizar sus desarrollos y autonomías.

Para Capello, las posibles soluciones para esos problemas sería redistribuir potestades tributarias entre Nación y provincias. Entiende que aumentar la autonomía fiscal de las provincias ayudaría a contener el volumen del gasto público provincial y a mejorar su eficiencia por el mayor control que habría de parte de sus habitantes. Además, la cuantía y calidad del gasto provincial se optimizarían porque aumentar las erogaciones implicaría subir impuestos.

Otra vía sería reducir las transferencias discrecionales, automatizándolas con criterios objetivos; mejorar los criterios de distribución en los giros automáticos que deberían ser «explícitos y objetivos» y seguir objetivos de nivelación fiscal (capacidad o necesidad fiscal). Esa meta y el desarrollo regional deberían distinguirse en los sistemas de transferencias, según el economista.