29 noviembre, 2021
Se trata de un recargo del 30% sobre el precio de cualquier operación de compra de dólares, ya sea para atesoramiento como para el pago de consumos en moneda extranjera hecho con pesos, tarjeta de crédito, débito u otra forma de pago.
También se implementó un aumento en las alícuotas del Impuesto a los Bienes Personales. Pasó de un mínimo de 0,25% y un máximo de 1,25% a un mínimo de 0,5% y un máximo de $156.250 más 1,25 por ciento.
Además, para tenencias fuera del país la alícuota máxima subió a 2,25%. Y, como agregado, se mantuvo sin cambios el mínimo no imponible a partir del cual se paga el tributo de $2 millones.
El 31/12/2019 venció la alícuota del 0% sobre determinados productos de la canasta básica que había sido introducida por decreto del Gobierno anterior.
La Ley de Solidaridad también estableció un aumento de impuestos para el empleo.
En primer lugar, la Ley derogó la obligación que tenía el Estado de actualizar por inflación -un 53,8%- el mínimo no imponible para contribuciones patronales que estaba en $7.003. Al mantenerlo por un año más en ese nivel, hubo un aumento en los costos de los empleadores por efecto de la inflación.
La Ley de Solidaridad interrumpió esa convergencia deteniendo la suba para pymes en el 18%, desde el 17% previo -así evitó una suba mayor- mientras que congeló en el 20,4% la alícuota para empresas grandes, para las que estaba prevista una baja.
La Ley de Solidaridad también estableció cambios en el Impuesto a las Ganancias para sociedades. El texto postergó la aplicación de la tasa del 25% para sociedades prevista para este año por un año más, lo que es lo mismo que decir que extendió un año más la tasa del 30%. Eso pesó sobre la distribución de utilidades.
La Ley de Solidaridad también duplicó el Impuesto a los Débitos y Créditos -Impuesto al cheque- para el retiro de efectivo en caja para empresas, pasó del 0,6% al 1,2% entre las actividades sometidas a la alícuota máxima.
El Gobierno decidió un aumento de las retenciones a las exportaciones para distintos sectores, con los impuestos a las exportaciones de soja como principal exponente. El cambio fue gradual.
Estas medidas se revirtieron en forma parcial y temporal, cuando se decidió una baja de algunos puntos adicionales a la alícuota máxima.
La Ley de Solidaridad también afectó al ajuste por inflación. Según la normativa vigente, las empresas pueden computar los quebrantos que les causa la inflación sobre sus resultados hasta un tope. Los excedentes por sobre ese tope se pueden computar en años venideros, los siguientes «períodos fiscales».
La AFIP diseñó una percepción a cuenta del Impuesto a las Ganancias o el Impuesto a los Bienes Personales para la compra de divisas, ya sea para atesoramiento como para concretar consumos en moneda extranjera.
La percepción llevó del 30% al 65% el recargo por la compra de dólares, si se tiene en cuenta el Impuesto PAIS que ya se aplicaba a las mismas operaciones.
A través de la Ley de Presupuesto 2021 se aumentan los Impuestos Internos sobre productos tecnológicos.
El Presupuesto 2021 también contempló el regreso del Fondo de Incentivo Docente. Se trata de un tributo destinado a financiar mejoras salariales para docentes establecido por el ex presidente Carlos Menem.
La Ley de Presupuesto 2021 también establió un aumento de impuestos sobre las apuestas online. La Ley establece una suba del 2 % al 5 % en el impuesto al juego online.
La Ley de Presupuesto 2021 también creó una contribución obligatoria de 0,5% sobre las primas de seguro automotor correspondientes a las pólizas contratadas con entidades de seguros sobre todos los vehículos afectados a servicios de transporte de pasajeros de jurisdicción nacional y que tendrá como destino la Comisión Reguladora del Transporte.
La Ley de Presupuesto 2021 también creó el denominado Fondo Nacional del Manejo del Fuego, que estará compuesto, entre otros conceptos, por una contribución obligatoria del 3 por mil de las primas de seguros (excepto las del ramo vida), a cargo de las aseguradoras. Tal contribución no puede ser trasladable a las primas a abonar por los tomadores, y deberá ser liquidada por las compañías de seguros a la Superintendencia de Seguros de la Nación.
El impuesto extraordinario al patrimonio aplicó alícuotas progresivas del 2% al 3,5% y, en el caso de bienes en el exterior, de alícuotas proporcionales del 3 al 5,25%
Luego de la postergación indicada, a través de la Ley 27.630 se modificó la ley estableciendo una alícuota progresiva.
Se aplica una alícuota del 25% para las ganancias netas imponibles acumuladas de hasta $5.000.000; para las ganancias de entre $5 millones y $50 millones se abona un monto fijo de $1.250.000 y una alícuota del 30% sobre el excedente; y quienes tienen una ganancia mayor a $50 millones abonan un monto fijo de $14.750.000 más una alícuota del 35% sobre el excedente de ese monto.
De esta forma, se incrementó la presión fiscal aplicando alícuotas del 30% y del 35%, según el tramo de la ganancias que corresponda. A su vez, en todos los casos, al distribuir dividendos se retiene un 7%.
Se modificaron las exenciones del impuesto al debito y crédito para gravar a las determinadas cuentas de pago.
Avanza, con media sanción del Senado, un proyecto para quese deba pagar el 0,5% de las primas de las pólizas de automóviles y destinarlo a la forestación.
Fue el impuesto que se modificó esta semana. Se modificaron las exenciones para gravar movimientos de fondos que estén vinculados a la compra, venta, permuta, intermediación y/o cualquier otra operación sobre criptoactivos, criptomonedas, monedas digitales, o instrumentos similares.
Según un completo informe de la Fundación Libertad, Argentina tiene una presión impositiva total que resulta comparable con la de muchos países desarrollados como Canadá, Japón, Estados Unidos, entre otros y superior a la de economías emergentes, como China, México o Chile. Pero la situación cambia cuando se analiza la conformación de la base tributaria. Son los impuestos a la producción, que gravan a las empresas, los que colocan al país en una situación única. En Argentina la presión impositiva a la producción es (por amplio margen) la mayor entre todas las economías relevantes del planeta.
Para ser más precisos, la presión impositiva llegaba al 28,7% (entre impuestos nacionales y provinciales) para el 2019, es decir que de cada 100 pesos generados por los argentinos, el estado se lleva 28,7. Dicha cifra se encuentra por encima del promedio sudamericano (23%) y los países BRICS (28%) pero por debajo de los miembros de la OCDE (33,8%).
Sin embargo, en Argentina los impuestos que recaen sobre las empresas representan en promedio un 106,3% de sus ganancias netas (antes de impuestos), de acuerdo al informe Doing Business. En otras palabras, una pyme argentina que paga todos sus impuestos (en promedio) da pérdidas. Esto explica, en buena medida, por qué casi la mitad de la economía Argentina se encuentra en el ámbito informal, ya que de, cumplir con todas sus obligaciones tributarias probablemente, quebraría. De esta manera, la evasión fiscal se ha vuelto una práctica de uso frecuente en el país.
Este tipo de impuestos se encuentran muy por encima del promedio mundial (40,4%), de la OCDE (41,6%) y Latinoamérica (46,6%).