6 octubre, 2023
LOS DESAFÍOS DEL PRESIDENTE QUE VIENE
La mayoría de las empresas argentinas están firmemente en contra de la dolarización total de la economía, de acuerdo a un sondeo que se realizó en el marco del coloquio de IDEA pero, ante la compeljidad de la coyuntura inflacionaria, consideran alternativas de cambio. Qué propuesta conforma más al empresariado y que opina la Inteligencia Artificial sobre cambiar a dolarización o bimonetarismo en Argentina.
En una cumbre empresarial celebrada en Mar del Plata, Reuters consultó a ejecutivos de empresas de una amplia gama de sectores si querían que el Gobierno mantuviera el peso, cambiara a un sistema dual peso-dólar, o hiciera un cambio total al sistema dólar. Sólo dos personas respaldaron la dolarización total.
El resultado fue contundente: de 125 consultados, sólo dos personas apoyaron la dolarización completa.
La encuesta dió la visión más clara y profunda hasta ahora sobre cómo la Argentina corporativa ve el debate de dolarización, que está en el centro de la carrera electoral hacia el 22 de octubre próximo.
Alrededor de dos tercios de los consultados hablaron de apoyar un sistema bimonetario propuesto por la candidata conservadora Patricia Bullrich y pergeñado por el equipo de economistas que la acompañan liderado por Carlos Melconian (Fundación Mediterránea-IERAL), un modelo sintetizado en JpC cada vez más popular entre los líderes empresariales, pero rezagando en encuestas de opinión más amplias y populares, debido a la polarización inducida entre Milei y Massa por ahora.
En ese sondeo surgió además que casi un tercio del empresariado prefería quedarse con el peso, a pesar de su reciente deslizamiento y su inflación de tres dígitos.
«Es realmente difícil para las empresas radicadas en Argentina pensar en la dolarización», dijo un alto ejecutivo del sector automotriz, que pidió no ser nombrado, citando los problemas que enfrentan otras economías en dólares como Ecuador y El Salvador.
«Nos queda sin un ancla para ajustar las variables monetarias, y las experiencias en otros países no han sido buenas», reflexionó.
La fuerte oposición empresarial subraya uno de los desafíos que enfrentaría un futuro presidente potencial Milei para impulsar sus planes para la economía, que también incluyen eventualmente cerrar el Banco Central.
Del otro lado de ese extremismo, está el ministro de Economía, Sergio Massa, que pide seguir apoyando el peso, pero que viene tratado de reducir la inflación o detener la depreciación sin resultados contundentes.
La mayoría de los empresarios encuestados en la cumbre de IDEA dijeron que era importante quedarse con el peso para poder ajustar las variables monetarias y mantener la competitividad. Un cambio total al dólar significaría perder las palancas de política monetaria. De allí que la idea de bimonetarismo es la que más ‘prende’.
En la encuesta, un 80% dijo que preferiría un gobierno de Bullrich, respaldando sus planes para normalizar la economía. Un 11% se inclinó hacia Massa y sólo el 7% estaba a favor de Milei.
La mayoría de los encuestados sitúan el valor real del peso entre 650 y 1.000 por dólar, mucho más débil que la tasa oficial controlada de 350 pesos.
Lo cierto es que la pregunta «¿Qué es mejor para Argentina? ¿Dolarización o bimonetarismo?» es motivo de acaloradas discusiones, no sólo en el prestigioso coloquio de IDEA, sino en cuanto diálogo de café, sobremesa familiar, tertulia de fin de semana, o incluso en consultas a la nuevo oráculo de la modernidad, que es la inteligencia artificial. Las respuestas que brindaron Bard (de Google) y ChatGPT fueron claras, aunque ninguno hace referencia a si la dolarización, en las actuales circunstancias macroeconómicas del país, es implementable o no (tema en auge en Argentina por estos días).
La herramienta de Google comienza planteando que «la respuesta a esta pregunta es compleja y depende de una serie de factores, como la situación económica y política actual de Argentina, así como las preferencias de los ciudadanos».
Seguidamente, agrega que «en general, la dolarización se considera una solución más drástica que el bimonetarismo», ya que «al adoptar el dólar como moneda de curso legal, Argentina cedería parte de su soberanía monetaria». Asimismo aclaró que eso «significaría que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ya no tendría la capacidad de controlar la oferta monetaria o la tasa de interés».
La dolarización se considera una solución más drástica que el bimonetarismo.
En otro párrafo, indica que el bimonetarismo «es un sistema más flexible que la dolarización», pues «en un sistema bimonetario, las dos monedas, el dólar y el peso, coexisten y se utilizan de forma indistinta».
Por último, agrega que en Argentina «los partidarios de la dolarización argumentan que es la única forma de acabar con la inflación y la inestabilidad económica» y que «los opositores de la dolarización, por su parte, argumentan que la dolarización limitaría la capacidad del gobierno para intervenir en la economía y generaría desigualdades».
Al igual que Bard, ChatGPT comienza con mesura, al señalar que «la elección entre la dolarización y el bimonetarismo para Argentina es una cuestión altamente compleja y controvertida que depende de diversos factores económicos, políticos y sociales específicos del país», por lo que aclara que no puede «proporcionar una respuesta definitiva».
Sin embargo, ahonda al indicar que «algunos argumentan que la dolarización podría ayudar a estabilizar la economía argentina al eliminar el riesgo cambiario y fomentar la confianza en la moneda», pero que «la dolarización también podría limitar la capacidad del país para llevar a cabo políticas monetarias y fiscales independientes».
«El bimonetarismo requeriría una infraestructura financiera sólida para funcionar eficazmente»
En cuanto al bimonetarismo, señala que «podría permitir una mayor flexibilidad en la política monetaria y fiscal, lo que podría ser beneficioso para adaptarse a las condiciones económicas cambiantes, aunque esto también podría aumentar la volatilidad cambiaria si no se gestiona adecuadamente y requeriría una infraestructura financiera sólida para funcionar eficazmente».
Quedan 15 días para que las urnas expongan lo que vendrá. Mientras tanto, al decir del economista Eugenio Díaz Bonilla, eEl debate sobre la moneda y no puede perder de vista los temas macroeconómicos básicos: ordenamiento fiscal y cuasi fiscal, con un tipo de cambio competitivo y sostenible.
El analista lo graficó claramente al referirse al lapidario comentario de una publicación extranjera que argumentaba que los argentinos “siempre tienen problemas con su moneda…. alteran su moneda tan frecuentemente como cambian de presidentes… no hay ningún pueblo en el mundo que tenga un interés más profundo en experimentos con su moneda que los argentinos”.
El lector dirá que efectivamente es así, considerando los pesos Ley 18188, los Australes, los Patacones, etc, etc. Pero lo notable es que la frase es del Banker’s Magazine de 1899. O sea, es un dilema cuasi prehistórico que parece emerger de nuestra larga historia de bi-independencia.
