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25 julio, 2021

Mercado de Arte: La Casa Blanca en la mira por la venta de cuadro del hijo de Biden

Mercado del Arte: La Casa Blanca en la mira por la venta de cuadro del hijo de Biden

El hijo del presidente de Estados Unidos se inicia en el mundo del arte y los elevados precios de su obra levantan sospechas. Es un artista totalmente desconocido salvo por su apellido y acaba de irrumpir en el mundo del arte, por supuesto desatando de nuevo la polémica que le acompaña desde hace años y que, en este caso, salpica también a la Casa Blanca.

A sus 51 años, Hunter Biden ha decidido que la pintura es su auténtica vocación. El abogado de carrera, antiguo cabildero y segundo menor del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha decidido ahora consagrar su carrera “a las artes creativas, contribuyendo con una miríada de experiencias que se concretan en impactantes obras de arte”, se lee en el perfil del autor en la página web de la galería que venderá su obra. La información que se ofrece sobre sus creaciones destaca su variedad, ya que se trata desde “fotografías hasta técnicas mixtas de obras abstractas sobre lienzo, papel yupo, madera y metal”.

Junto a una foto en blanco y negro del creador, en el texto de la galería neoyorquina George Bergès remata: “Utiliza óleo, acrílico, tinta y la palabra escrita para crear experiencias únicas que se han convertido en su firma”. Y ahí reside la polémica, en su firma.

De momento, la Casa Blanca se ha visto obligada a blindarse y anunciar un acuerdo por el cual será confidencial, incluso para el creador, quién adquiere sus pinturas, en un intento —no muy logrado—, de evitar problemas éticos que pueden surgir desde el mismo momento en que un miembro de la familia presidencial saca al mercado un producto cuyo valor es totalmente subjetivo.

A los cuadros de Biden, el galerista Bergès les ha otorgado un valor de entre 75.000 y medio millón de dólares (de unos 73.700 euros a 425.000, aunque el marchante aceptó rechazar cualquier oferta que parezca sospechosa o suba de manera considerable el precio.

Por ejemplo, un Gobierno extranjero podría adquirir a través de alguien una obra del artista o un cabildero comprarla con el fin último de ganarse la benevolencia de la Casa Blanca. Para algunos expertos en ética, citados por los medios estadounidenses, la mejor manera de protegerse contra los intentos de ganarse el favor de la Casa Blanca hubiera sido la transparencia y no el secretismo que impone el acuerdo de la Administración de Biden.

“Todas las transacciones que tengan que ver con la venta y adjudicación de precios serán llevadas a cabo por galeristas profesionales, que se regirán por los más altos estándares de la industria”, informó en una rueda de prensa reciente Jen Psaki, portavoz del presidente. “El galerista no compartirá información de los compradores, incluyendo sus identidades, ni con Hunter Biden ni con la Casa Blanca”.

Los Biden se han acogido a la máxima del “sin comentarios” ante las preguntas sobre el repentino estrellato del que disfruta el hijo del presidente (que tiene otra hija más pequeña), aunque es sabido que la primera dama, Jill Biden, tiene pinturas de Hunter en las paredes de su despacho en la Casa Blanca.

La controversia también ha afectado a su vida profesional. Como miembro del consejo de administración de Burisma, la mayor empresa privada de petróleo y gas de Ucrania cobraba 50.000 dólares al mes cuando su padre era el número dos de Barack Obama. La petición del expresidente Donald Trump para lograr ayuda del Gobierno ucraniano para investigar el papel de Hunter en esa compañía acabó desembocando en el primer impeachment del exmandatario.

Su pasado y su presente son una carga con la que convive cada día el presidente Biden, cuando además los republicanos advierten de que si retoman el poder en 2024 investigarán a Hunter Biden. En estos momentos, el hijo del presidente está siendo investigado por anomalías en su declaración de impuestos, aunque él alega que es inocente.

La pregunta que está en el aire es: cualquier otro artista que expone su obra por primera vez en una galería, ¿recibiría semejante cantidad de dinero?

Para un jefe de ética del ex presidente Barack Obama, el “mecanismo perfecto para canalizar sobornos”.

En un tuit extenso, el exjefe de ética Walter Shaub criticó un acuerdo negociado por Funcionarios de la Casa Blanca bajo los cuales las identidades de los compradores que compran las obras de arte del primer hijo no se revelarían al público ni al propio Hunter.

“Entonces, en lugar de revelar quién está pagando sumas escandalosas por la obra de arte de Hunter Biden para poder monitorear si los compradores están obteniendo acceso al gobierno, la WH trató de asegurarse de que nunca sabremos quiénes son”. Escribió Shaub.“Eso es muy decepcionante”.

El jefe de ética declaró que la Casa Blanca debería haber alentado al presidente Joe Biden a impedir que Hunter venda productos de alto precio o hacer públicos los nombres de los compradores.

Por el momento las exhibiciones seguirán. “Sus pinturas estarán expuestas en Los Ángeles en septiembre, pero solo podrá visitarse con invitación personalizada. En octubre, los cuadros colgarán de las paredes de la Galería Georges Bergès, en Nueva York.

 

*EP, NA