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27 agosto, 2023

Amazonía: Piden a los países ricos que cumplan con sus obligaciones de financiación climática

El miércoles pasado, los líderes de los países amazónicos concluyeron una cumbre de dos días en Belém, Brasil. Durante el evento, expresaron su solicitud a los países desarrollados: “cumplan sus obligaciones en materia de financiación climática” de cara a la cumbre del clima COP28 y, en esa línea, el presidente anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró que las naciones centrales deben “colocar dinero” para preservar la Amazonía.

“Pedimos a los países desarrollados que cumplan sus obligaciones en materia de financiación climática; y a contribuir a la movilización de los 200.000 millones de dólares anuales para 2030 previstos por el Marco Mundial de la Biodiversidad de Kunming-Montreal para la aplicación de los planes de acción y estrategias nacionales en materia de biodiversidad, mediante la aportación de recursos financieros nuevos, adicionales, previsibles y adecuados”, señaló este miércoles un comunicado tras el encuentro de los países amazónicos con representantes de otras regiones.

Este martes, Lula y los líderes de los países de la OTCA, que comparten territorio amazónico, hicieron un importante anuncio. Han formado una alianza para enfrentar el problema de la deforestación en la región. Sin embargo, es importante destacar que no han logrado consensuar metas específicas en este momento.

Durante la cumbre de este miércoles, se reunieron representantes de países con importantes reservas de bosques tropicales como la República del Congo, la República Democrática del Congo e Indonesia. El propósito fue discutir temas relacionados con el cambio climático y prepararse para la próxima conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP28), que tendrá lugar en noviembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.

Este miércoles, los líderes expresaron su “preocupación” sobre el incumplimiento de esos países centrales “de su compromiso con la financiación del desarrollo equivalente al 0,7% de la renta nacional bruta” y con la “financiación climática de 100.000 millones de dólares al año en recursos nuevos y adicionales para los países en desarrollo”.

Además, se extendió una invitación a otros países en vías de desarrollo que cuentan con bosques tropicales para participar en un diálogo sobre los temas mencionados en el comunicado. Este diálogo se llevó a cabo como parte de los preparativos para la COP28 y otras conferencias internacionales relevantes.

“Vamos a la COP28 con el objetivo de decirle al mundo rico que si quiere preservar efectivamente los bosques, hace falta colocar dinero, no sólo para cuidar de los árboles, sino también de las personas que viven” allí, afirmó Lula en una conferencia de prensa al final del segundo día de la cita, que congregó por primera vez en 14 años a los líderes de las ocho naciones de la OTCA.

“No somos los países Brasil, Colombia, Venezuela… los que precisamos dinero, es la naturaleza que necesita financiamiento”, añadió.

Una vez más, Lula ha hecho un llamado a rechazar el “neocolonialismo verde” por parte de los países centrales. Esto se refiere a no permitir que estos países ejerzan una influencia excesiva y control sobre las políticas y recursos naturales de otras naciones.

“No podemos aceptar un neocolonialismo verde que, con el pretexto de proteger el medio ambiente, impone barreras comerciales y medidas discriminatorias y hace caso omiso de nuestros marcos normativos y políticas nacionales. Lo que necesitamos para dar un salto de calidad es financiación a largo plazo y sin condiciones para proyectos de infraestructuras e industrialización verdes”, aseguró, según recogió la Presidencia en su página oficial.

Brasil ha extendido una invitación a los presidentes de países como Noruega y Alemania, quienes son los principales donantes del Fondo Amazonía, un fondo destinado a financiar proyectos ambientales. También se ha invitado al presidente de Francia, ya que su territorio ultramarino de Guayana comparte una porción de la Amazonia, aunque estos mandaron representantes ministeriales o de las embajadas.

En el año 2025, la Conferencia de las Partes (COP30) se llevará a cabo en la ciudad de Belém, ubicada en el estado de Pará.

Durante la primera jornada de la cumbre, el expresidente brasileño Lula da Silva tuvo la oportunidad de reunirse con varios líderes latinoamericanos. Entre ellos se encontraban el presidente colombiano Gustavo Petro, el presidente boliviano Luis Arce, la representante del gobierno peruano Dina Boluarte, así como el primer ministro guyanés Mark Phillips y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez.

Los ministros de relaciones exteriores de Ecuador y Surinam fueron los encargados de representar a sus respectivos países.

En 1995, ocho países firmaron un acuerdo que dio origen a la OTCA (Organización del Tratado de Cooperación Amazónica). Recientemente, estos países acordaron establecer la Alianza Amazónica para Combatir la Deforestación. Además, están fortaleciendo su cooperación en la lucha contra el crimen organizado en la región y promoviendo el desarrollo sostenible.

Los países han declarado que el objetivo es prevenir que la Amazonia llegue a un punto crítico donde emita más carbono del que absorbe, lo cual intensificaría el cambio climático. Esta medida tiene como propósito proteger y preservar la Amazonia de los impactos negativos en el medio ambiente.

 

En una audiencia general en el Vaticano, el papa Francisco expresó su deseo de que la cumbre de Belém tenga éxito y renueve el compromiso de todos con la protección del medio ambiente. Además, envió un saludo especial a los presidentes de los países de la región amazónica.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien ha tenido diferencias con Jair Bolsonaro, el antecesor de Lula, debido a las políticas que promueven la explotación de la Amazonia, declaró recientemente la urgencia de detener la deforestación en esta selva.

En un mensaje publicado en la red social X (por ejemplo, Twitter) coincidiendo con el comienzo de la cumbre en Brasil, el presidente Macron hizo un llamado para proteger las reservas vitales de carbono y biodiversidad en beneficio de los países con bosques, su población y del mundo entero.

La alianza regional estableció el compromiso de trabajar juntos para lograr las metas nacionales de deforestación en cada país, como es el caso de Brasil, que tiene como objetivo eliminarla por completo para el año 2030, según lo informado por el organismo correspondiente.

“Nunca fue tan urgente retomar y ampliar nuestra cooperación”, dijo Lula, cuyo país alberga el 60% de la Amazonia.

A pesar de que la “Declaración de Belém” fue bien recibida en términos generales, algunos expertos en medio ambiente expresaron su decepción ante la falta de medidas concretas incluidas en el documento.

“No hay metas o plazos para erradicar la deforestación, ni mención al fin de la explotación petrolífera en la región. Sin esas medidas, los países amazónicos no lograrán cambiar la actual relación predatoria con la selva”, afirmó Leandro Ramos, director de Programas de la ONG Greenpeace Brasil, citado por la agencia de noticias AFP.

Entre los compromisos acordados por los presidentes para promover sus planes de conservación, se destaca la importancia de la participación activa de los pueblos indígenas. Además, se propone la creación de un panel científico para respaldar estas iniciativas, inspirado en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, y un Centro de Cooperación Policial Internacional en la ciudad amazónica de Manaos.

Durante su discurso, el presidente colombiano Petro expresó su firme posición a favor de la eliminación de los combustibles fósiles en la región amazónica.

En Brasil, se ha generado un debate en torno a la nueva y controvertida exploración de la estatal Petrobras en el Delta del río Amazonas, y los ecuatorianos han participado en un plebiscito para decidir el futuro de la explotación de crudo en una sección de la reserva Yasuní. Esta área es responsable de extraer aproximadamente el 12% de la producción petrolera del país.

Según los datos recopilados por el proyecto de investigación MapBiomas Amazônia, entre los años 1985 y 2021, la selva sudamericana ha sufrido una disminución del 17% en su cobertura vegetal. Esta pérdida se debe a diversas actividades humanas, como la ganadería, la explotación maderera y la minería ilegales.

 

*EP/NAM