5 octubre, 2021
La investigación, que se basa en 11,9 millones de archivos de 14 despachos de abogados que crearon sociedades en paraísos fiscales y supone la mayor filtración de la historia, destapa cómo la elite mundial usó una telaraña de artilugios en sitios especializados para estas prácticas, como las Islas Vírgenes Británicas, Panamá, Bahamas o el estado de Dakota del Sur en EEUU, con la intención de no pagar impuestos.
Según esta pesquisa, 35 líderes mundiales, entre ellos 14 mandatarios y exmandatarios latinoamericanos, operaron en paraísos o guaridas fiscales para evitar el escrutinio público sobre su patrimonio real, una práctica cuestionada pero habitual entre la elite del planeta que consiste en crear sociedades offshore (que significa que el beneficiario no reside en ese lugar, pero que aprovecha el secreto bancario o un régimen impositivo flexible vigente en ese territorio) para realizar inversiones sin que se identifique al comprador real, o también para evadir impuestos del fisco, e incluso por diferencias familiares ante conflictos legales por divorcios o sucesiones,
Tras la saga de denuncias que inició la filtración conocida como Panamá Papers, el debate mundial sobre la mecánica de evadir y ocultar fondos volvió a quedar en el centro de la agenda y resurgieron propuestas como las esbozadas hoy por los académicos Gabriel Kucman, de la Universidad de Berkeley, y Lucas Chancel, de la Paris School of Economics, quienes plantearon directamente «prohibir» el uso de empresas fantasma, o «cascarones vacíos», o impedir el intercambio comercial con este tipo de empresas, según difundió la agencia AFP.
Este tipo de propuestas, sin embargo, propone terminar con una operatoria que está en el centro de las dinámicas del sistema financiero global, de los bancos mayoristas y de los estudios jurídicos vinculados a la actividad de bancos y fondos de inversión, una mecánica consolidada desde hace muchísimo tiempo y que se utiliza de modo creciente en todo el mundo, como lo refleja el dato de que Rusia, Gran Bretaña y Argentina figuran, en ese orden, como los tres países con más personas implicadas en en el uso de estudios jurídicos para crear sociedades off-shore que fue investigado por los Pandora Papers.
Objetivamente es una pila de papeles, una cuestión meramente administrativa. Se trata de un instrumento para poner a nombre de esas sociedades un patrimonio, como puede ser una casa, un auto, un barco; es decir, se suelen utilizar para ocultar al verdadero dueño de algo
Operan generalmente en paraísos fiscales, que son, en la mayoría de los casos, países del Caribe que se caracterizan por contar con grandes beneficios impositivos y gran secretismo, siendo legales siempre y cuando sean declaradas en el país en el que sus titulares sean residentes, cosa que no suele suceder, como nos muestran las investigaciones que conocieron la luz en los últimos tiempos.
Entre los primeros nombres de más argentinos evasores, figuran el hermano del expresidente Mauricio Macri, Mariano Macri; el fallecido Daniel Muñoz, quien fuera secretario privado del presidente Néstor Kirchner; Zulema Menem, hija del expresidente Carlos Menem; Humberto Grondona, hijo del fallecido empresario; el futbolista Ángel Di María; el exfutbolista Javier Mascherano, además del DT del Paris Saint-Germain, Mauricio Pochettino, y los empresarios farmacéuticos Hugo Sigman y Marcelo Figueiras.
En estos últimos dos casos se aclaró que las cuentas y sociedades que figuran en los Pandora Papers se encuentran correctamente declaradas, ya que ICIJ corroboró con documentos que declararon sus estructuras financieras y sus activos offshore ante las autoridades tributarias correspondientes. En el contexto de una pandemia, vale la aclaración ya que ambos empresarios están vinculados al desarrollo de vacunas contra el Covid-19 en Argentina y para distribuir en distintos países del mundo.
En 57.307 documentos de la filtración apareció la palabra “Argentina”, en diferentes formatos. Desde documentos de texto y hojas de cálculo, hasta PDFs y mails. Algunos de esos archivos contenían una carilla; otros, más de 1.000 páginas.
Según informa el diario La Nación, entre los archivos a los que tuvo acceso el equipo argentino de ICIJ aparecen más de 2.500 argentinos dueños de empresas creadas en paraísos fiscales, con nombres de fantasía y directores “prestanombres” que cumplen ese mismo rol para cientos de firmas. Y esto sirve para poder adquirir propiedades en el extranjero sin estampar sus nombres en las escrituras y eludir al fisco, hasta evitar pagar el impuesto a la herencia en Estados Unidos el día que sus hijos tramiten la sucesión. Las posibilidades van desde tramitar poderes para movilizar fondos en forma opaca, hasta armar estructuras y fideicomisos que dificulten rastrear la ruta del dinero.
De los 14 despachos que aparecen, ocho están en América: Dos en Panamá (Alcogal y OMC); tres en Belice (GDG, CitiTrust International y Commonwealth Corporate Services Limited) y tres en Islas Vírgenes Británicas (Trident Trust, Fidelity Management y Commence BVI). Muchos de estos bufetes, sin embargo, tenían sedes y negocios en varias partes del mundo.
Por ahora no han trascendido mayores datos, pero la publicación de la lista completa de evasores ya comienza a preocupar en territorio argentino.