La apertura de Touriñán y la magistral coronación del peón

Por Trivia Demir

«La política es un experimento permanente», decía Gourmont. Tal vez por eso a los bichos más raros se los caracteriza como ´experimentados´. Ayer mismo fue definido el ingreso del ´experimentado´ Javier Touriñán al gabinete de Mariano Arcioni -en ´un futuro inmediato´-, tal como anunció el propio gobernador. Con esto, Arcioni logra reemplazar una figurita difícil y que dejó un sabor a mala jugada no del todo reconocida, pero donde el ex cuasi jefe de Gabinete, Andrés Meiszner prácticamente le ´infiltró´ las primeras filas del gobierno en menos de lo que cantó el gallo bíblico.

Hay quienes dicen que no fue para tanto, pero en la práctica bastó que el quilmeño pusiera un pie en Fontana 50 para que implosionara varios estamentos, y dejara un tendal de sobreexposición que hirió de soslayo la ya complicada realidad del Ejecutivo.

Por eso el horno no está para pruebas, dicen los entendidos que justifican de alguna manera la extrema desconfianza del arcionismo duro que va aguantando operación tras operación desde afuera y desde adentro de la alianza gobernante, y la elección de un referente como Touriñán, que peina canas en la política chubutana.

Dudas necesarias

Nunca se sabrá del todo si es de tan extrema confianza como para ser la segunda línea de Arcioni, pero está dicho que es un aliado comprometido con el establishment más dominante desde que el petróleo pasó a hacer más que oro negro y se convirtió en ´gato y a la bolsa´. De hecho hoy ocupa la presidencia de la empresa estatal Petrominera, se podría decir que el primer bastión que garantiza la gobernabilidad provincial para cualquier político que se precie.

Y que tiene experiencia, la tiene. De hecho, el ingeniero en petróleo milita en el peronismo desde la década del ´80 y cumple funciones prácticamente ininterrumpidas desde 1991.

Touriñan empezó en la política junto al legendario Marcelo Guinle señalan los memoriosos y “aunque se despegó de él en el nuevo siglo, aprendió que la negociación es vital en cualquier conflicto. En eso disentía con Linares, quien manifestó más de una posición fundamentalista contra los que alguna vez dejaron el PJ para irse con Das Neves, como en el caso de Sastre y Maderna”, recuerda ElExtremoSur.

Jugó fuerte con Das Neves y a favor, en su condición de jefe del bloque de diputados de la mayoría, cargo que ocupó entre 2003 y 2011 cuando el exgobernador decidió lanzarse a una carrera presidencial y rompió lanzas con el kirchnerismo.

Las cucardas de un veterano

En política como se sabe, la maña y los logros de estrategia son dolorosos, pero se reconocen aún en las ligas opositoras. Y en eso el comodorense se ganó el prestigio del filo que lo precede. En nombre del dasnevismo Touriñan orquestó -por ejemplo- el juicio político al procurador general Eduardo Samamé, y permitió el arribo del inamovible Jorge Miquelarena, que era fiscal de Estado de Das Neves.

También ayudó a gestar la mayoría ´enyesada´ que logró el dasnevismo con el invento del Partido Proyección Vecinalista (Provech), que le sirvió a Das Neves para tener los dos tercios en la Legislatura durante el periodo 2007-2011, lo que permitió muchas avanzadas precisas y otras no tanto, y donde el éxito rodeó más los negocios que la política.

Pero la pregunta siempre es cortita, como la manta que cubre las lealtades. ¿Será Touriñán un jugador de medio tiempo o tiempo completo? ¿De toda la cancha o al estilo Meiszner, disimulando torpe defensa para terminar metiendo goles en contra?

Porque la experiencia también dicta que al experimentado comodorense no se le cayó ningún anillo por saltar charcos importantes. Por ejemplo tras ser uno de los jugadores centrales del dasnevismo, terminó rompiendo y alineado con el principal archienemigo del reino valletano, Martín Buzzi.

Desde allí se convirtió en el ministro de Gobierno del primer gobernador comodorense (desde la apertura democrática), y ahora en el jefe del gabinete del segundo gobernador comodorense. Una verdadera constante que marca el peso específico de Touriñán para los referentes de las Capital del Petróleo, y un abroquelamiento del Sur sobre las aspiraciones siempre vigentes del Valle.

La diferencia es que entre 2011 y 2015, Touriñán jugó para el peronismo y en esta oportunidad jugaría para el arcionismo. ¿Será el nexo que estaba faltando para lograr un acercamiento de partes?

Visiones de tablero

Hay quienes desde el oficialismo tratan de ver a Touriñán como el posible catalizador de la alianza que logró Arcioni con Todos a nivel nacional, pero nunca terminó de lograr a nivel provincial.

Y hay quienes también ven en él al primer bastión de una nueva ´colonización´ silenciosa del PJ, tal como le sucedió finalmente a Buzzi con el variopinto ensayo de gabinete. Aunque la diferencia está clara, Buzzi se quedó con ganas de repetir mandato; y Arcioni quemó esa nave hace rato, posiblemente cuando decidió asumir junto a Das Neves a sabiendas de su estado de salud y el desenlace que le tocaría enfrentar en una provincia ´avenezolada´.

Por lo que visto en perspectiva, la incorporación de Touriñán es probable que no haya que mirarla por el vitraux del pasado ni siquiera la del presente, sino por el agujerito mínimo del futuro. Casi como una jugada maestra de Apertura, de esas que en el ajedrez dicen que marcan la partida. La estrategia sería de aguante y la movida sería abrirle paso al ´peón´ comodorense que viene perfilando fuerte y terminaría casi seguro coronado en 2023, casi reeditando la genialidad del gran maestro checo Oldrich Duras si es que los astros (y los tapados) no se desalinean. En jaque quedarían los ignotos provinciales con aspiraciones, y la ´vieja política´ valletana. Habrá que ver…