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2 agosto, 2023

UNA IRREGULARIDAD QUE RESTA TRANSPARENCIA AL TRABAJO DEL TEP

Juez y parte

Por Trivia Demir –

Este martes comenzó el escrutinio definitivo en la Legislatura donde la diferencia entre Juntos por el Cambio y Arriba Chubut podría acortarse un dígito. Dos temas ‘poco claros’ emergen: el rol de Eliceche, que es uno de los fiscales del Tribunal Electoral Provincial, pero también es candidato de Arriba Chubut en este turno. Y las declaraciones de Luque que ‘ganaría’ por 800 votos en el escrutinio definitivo, cuando hasta ahora perdió por 5229 votos. En el medio hay más de 34 mil votos en Blanco, Nulos, Impugnados y Recurridos en los que pone la ilusión el oficialismo para dar vuelta la elección.

De todo este proceso, lo más controversial es el rol estratégico que juega el experimentado diputado Carlos Eliceche, que en su carácter de vicepresidente primero de la Legislatura integra el Tribunal Electoral Provincial. El tema es que Eliceche está sentad de los ‘dos lados del mostrador’ porque también es candidato a diputado por Arriba Chubut, una alianza que cuenta voto a voto los computos para poder definir precisamente más bancas.

Este tema ya fue abordado antes de las elecciones, pero fue cediendo en el debate público, a medida que avanzaban otras múltiples polémicas de un proceso electoral complejizado por los intereses paridarios, donde precisamente el oficialismo desdobló y adelantó el turno con poco margen organizativo, suspendió las PASO, e incluso intentó imponer la Ley de Lemas en Chubut. Todo con el protagonico trabajo de los diputados y con el propio Eliceche como uno de los principales actores.

En ese marco, nadie continuó formalmente con el reclamo, teniendo además en Eliceche un verdadero experto en estas lides y con un aparato observador de la letra chica electoral a su disposición, difícil de enfrentar.

Pero este contexto de ‘manipulación’ del proceso eleccionario provincial, mas el ajustado resultado, vuelven a traer al ruedo el debate sobre la ética del diputado Eliceche, al oficiar de juez y fiscalizador del escrutinio, siendo a la vez candidato, y por ende parte interesadísima. Además de poner en el centro de la escena a todo el TEP.

Sintomático- El oficialismo habló ‘misteriosamente’ de ganar en el raconto final por 800 votos, cuando en el escrutinio provisorio perdió por 5529. 

 

Cabe destacar que tal como están los porcientos, a Eliceche no le alcanzaría para ingresar nuevamente como diputado, candidatura que detenta en décimo lugar de la lista de titulares de Arriba Chubut.  Con el 34, 11% de los votos de su sector, por ahora sólo acceden a una banca hasta el candidato número 7.

¿Podrá haber una sumatoria de votos nueva que modifiquen esto? Desde ya sería un verdadero escándalo que le ‘alcanzace’ para entrarse a sí mismo. Pero en estos amañados sistemas de límites desdibujados que se pretendería seguir alimentado, «todo puede ser», reflexionan quienes recuerdan cuando el propio Eliceche perdió la gobernación frente a Buzzi en 2011, nada menos que por 500 votos (lo que en terminos de vecindad, representa una hinchada de club de barrio de Madryn). En esa oportunidad también debió ‘porotear’ voto a voto, y lamentablemente sintió el rigor del todo el aparato oficialista, en un proceso que terminó siéndole adverso.

¿Qué dice la Constitución de esta incongruencia?

La Constitución de la provincia del Chubut establece en su artículo 259 que el «Tribunal Electoral está compuesto por el Presidente del Superior Tribunal de Justicia, el Procurador General de la Provincia, el Juez de Primera Instancia de Rawson, en turno, con competencia en lo civil y los Vicepresidentes Primero y Segundo de la Legislatura o sus reemplazantes legales».

Pero nada dice de las ‘imposibilidades’ o ‘incompetencias’ generadas por eventuales candidaturas de los propios integrantes, como sucede en este caso. Algo que debería resolver una Ley Electoral de la que carece Chubut precisamente por resistencia de los diputados y científicos electorales más amañados.

La transparencia y la ética que deberían primar y siendo el TEP el encargado de resolver controversias en materia electoral, proteger los derechos político-electorales de los ciudadanos, e impartir justicia en el ámbito electoral, deberían haber alcanzado para considerar esta omisión sobre la colisión de intereses que rodea a Eliceche, y haber evaluado una alternativa de reemplazo. 

Este resquicio deja entonces espacio para la desconfianza pública, y como señalara -en off-‘ una fuente cercana, lupa partidaria en mano, «todos le deben una vela al santo». en referencia a los sectores ‘oficialistas’ que representarían.

Sentido común y mañas- El TEP se esfuerza por mostrar transparencia en el proceso, pero la presencia de Eliceche como ‘juez y parte’ no ayuda

 

Sin ánimo de sindicar a nadie y menos dudar de la labor profesional del TEP, es necesario sin embargo -por tratarse de un tema de absoluto interés público- contextuar estas vacilaciones a la luz de las presuntas limitantes de los funcionarios para acotar el doble rol del diputado.

La radiografía del órgano expone que al Tribunal Electoral lo preside la titular del STJ, Camila Banfi Saavedra, quien asumió propuesta por el gobernador Arcioni con consenso del oficialismo, y recibió la anuencia legislativa mayoritaria, traccionada precisamente por ACH y FDT.

También lo integra el Procurador Jorge Miquelarena, quien está en funciones políticas y al borde de su jubilación, y sería considerado uno de ‘los garantes’ de la la tortuosa transición post dasnevista al actual oficialismo.

La tercera pata judicial es la de la doctora Amorina Testino, recientemente oficializadas titular en un Juzgado de Rawson, pero durante años, asesora legal de los bloques de diputados con aceitada relación con los legisladores.

Y por último lo integran los actuales vicepresidentes de la Legislatura, asumidos hace 4 meses en este rol, se especula que a sabiendas del adelantamiento y la tendencia poco favorable que se avecinaría tras las Legislativas 2021 y el demacrado escenario nacional.

Allí aparecieron las figuras de Roddy Ingram, un histórico del peronismo y con probada experiencia electoral; y el diputado Carlos Eliceche, en esta oportunidad el emergente que sintetiza: ‘juez y parte’, fizcalizador y candidato, quienes completan la terna de un TEP se podría percibir -‘algo sesgado’, si no fuera claro, por el comprobado profesionalismo equilibrante de parte de sus miembros.

Antecedente

El argumento que esgrimen quienes sostienen este estatu quo tan poco diáfano, es que cuatro años atrás, para las PASO de abril y las generales de junio de 2019, los miembros ‘legislativos’ del Tribunal Electoral Provincial fueron los diputados Jacqueline Caminoa (JPC)  y José Grazzini (PJ), y la radical también era candidata a diputada en ese turno electoral.

Otra ‘irregularidad’ que no por tal, se debería considerar un precedente que habilite nuevas excepcionalidades.

Como reflexión además cabría que Grazzini pertenecía a un sello político distinto, con lo que se encontraba mucho más garantizada y equilibrada la representación ‘de intereses’ que en la oportunidad que nos ocupa.

Lo cierto es que toda esta penumbra y el margen tan acotado de diferencias de votos, fue nuevamente generando inquietudes en torno a estas excepcionalidades peligrosas, que no deberían nauralizarse: ser ‘juez y parte’ en un proceso tan importante como la definición de la confianza democrática depositada por quienes concurrieron a las urnas, no es un tema menor y afecta la calidad democrática.

Una mácula que -guste o no-, reeditó en la memoria colectiva el caso de la tristemente famosa urna 303, que como una vuelta karmática y 20 años después, nos amaga a poner en el mismo punto de esa historia de presunto fraude, a la que nadie quiere volver en Chubut. Habrá que ver…