ChubutLine.com "Periodismo Independiente" - Noticias, política y un análisis de la realidad diferente - directora@chubutline.com - redaccion@chubutline.com



5 septiembre, 2025

Hidrocarburos: Aseguran que el convencional «no está agotado: necesita gestión, no milagros»

El petróleo convencional significa más del 40% del petróleo que se produce en el país. «No está agotado: enfrenta un presente desafiante que exige adaptación», escribe el ingeniero Gerardo Tennerini.

¿Tiene futuro el convencional en un país que pareciera tener ojos solo para Vaca Muerta? Sí, pero solo si entendemos que no puede jugar bajo las mismas reglas.

Por Gerardo Tennerini *

El convencional sigue representando una porción significativa -más del 40% del petróleo que se produce en Argentina- de la producción nacional. Cuenta con infraestructura instalada, CAPEX ya realizado y décadas de conocimiento acumulado. No está agotado: enfrenta un presente desafiante que exige adaptación.

Durante años se ha instalado una falsa dicotomía entre lo “nuevo” y lo “viejo”, donde el no convencional aparece como símbolo de eficiencia y futuro, y el convencional como algo que lentamente se extingue. Pero esta comparación desconoce una diferencia estructural clave: la operación en Vaca Muerta no es necesariamente más eficiente; su productividad inicial “compra” eficiencia con volumen. Esa productividad permite absorber estructuras de costos elevadas que, en un yacimiento maduro, simplemente no cierran.

En cambio, los campos convencionales -muchos ya en recuperación secundaria o terciaria- requieren otra lógica técnica, económica y operativa. Aun así, en el subsuelo sigue habiendo potencial: para optimizar procesos de recuperación secundaria, aplicar tecnologías de recuperación mejorada (EOR), y en algunos casos, desarrollar nuevos proyectos primarios en bloques marginales o formaciones no drenadas.

Un ejemplo concreto es la inyección de polímeros -utilizando agua de producción y sobre instalaciones existentes- que ha permitido incrementar la producción sin aumentar el corte de agua, elevando los factores de recobro en más de 5 o 6 puntos porcentuales. Eso representa millones de barriles adicionales, con una técnica noble, viable y ya probada en las dos cuencas de mayor producción del país.

Sin embargo, ese potencial está condicionado por estructuras de costos, marcos regulatorios poco flexibles y contratos diseñados para otras realidades. El desafío es construir un modelo de gestión adaptado: reducir lifting cost, aplicar tecnología donde tenga impacto y diseñar marcos contractuales diferenciados para campos maduros. No se puede exigirles lo mismo que a desarrollos no convencionales en etapa de crecimiento.

Un ejemplo de rejuvenecimiento por la recuperación mejorada es Manantiales Behr, en Chubut.

Otro aspecto fundamental es la necesidad de más competencia en el segmento de servicios. En el convencional, no siempre se requieren los mismos estándares ni la complejidad operativa que en el no convencional. Promover la entrada de empresas con modelos más flexibles, costos adaptados y operación eficiente en escala menor permitiría aumentar la disponibilidad de equipos, mejorar los tiempos de respuesta y, sobre todo, bajar el costo de las tarifas, que hoy muchas veces se determinan con parámetros pensados para Vaca Muerta.

Además, hay una dimensión que suele quedar relegada: el valioso capital humano y el robusto ecosistema de pymes que rodean al convencional. Hablamos de equipos técnicos locales, mano de obra calificada y talleres regionales capaces de reparar instalaciones sin necesidad de certificaciones de clase mundial. Esa red productiva no solo sostiene empleo, sino que mantiene activa una cadena de valor clave para muchas provincias productoras.

El Gobierno de Javier Milei eliminó las retenciones a la exportación de minerales, hierros y metales
Esta transformación no es solo técnica o empresarial. Requiere consensos entre el Estado, las operadoras y los sindicatos, que permitan generar reglas claras, estables y diferenciadas. Reglas que reconozcan las limitaciones y oportunidades del convencional, sin exigirle estándares que no corresponden a su etapa de madurez.

En un país que no abunda en capital ni en divisas, desaprovechar esa capacidad instalada sería un error estratégico. Vaca Muerta es, sin dudas, el motor del crecimiento futuro. Pero el convencional debe seguir siendo una fuente relevante de producción, empleo y caja, si se lo reconoce como lo que es: un activo vigente que necesita reglas propias y gestión adaptada para seguir aportando valor.

* Ingeniero petrolero y asesor independiente. Actualmente dirige la consultora GtoG Energy
**RN