20 agosto, 2021
El impacto del «Olivos gate» en el Frente de Todos y el saldo de la interna entre «duros» y «moderados» en Juntos por el Cambio preocupan a unos y otros
Por Pablo Sieira
Amenos de un mes de las elecciones primarias (PASO) las clásicas encuestas de imagen e intención de voto vuelan de un lado al otro, se multiplican y a veces hasta se contradicen, pero en los comandos de campaña del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio observan datos más finos que generan preocupación en uno y otro lado.
El escándalo por la foto del presidente Alberto Fernández con invitados en la quinta de Olivos por el cumpleaños de su pareja, Fabiola Yañez, durante la cuarentena dura impactó en la coalición oficialista, mientras que la interna entre «halcones» y «palomas» de Juntos por el Cambio amenaza con pasarle factura al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
En el comando de campaña del Frente de Todos, donde coordinan las tareas el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el senador Mariano Recalde, registraron una intención de voto de entre 10 y 15 puntos menor a la de 2019.
Sin embargo, en el oficialismo son optimistas respecto de la provincia de Buenos Aires, distrito clave en el que tienen puesta la mira. Según uno de los sondeos que maneja el Frente de Todos cuentan allí con un piso de votos asegurado del 30%. Sólido, pero no suficiente.
Y es que el cálculo que realizan en el oficialismo es que necesitan superar el 40% en la Provincia para las elecciones legislativas de noviembre a fin de acercarse al objetivo de tener mayoría en la Cámara de Diputados. En ese contexto, aspiran a subir 12 puntos pero manejan como meta más realista crecer unos 7 puntos.
No obstante, en los últimos días circularon encuestas que mostraron un impacto negativo del «Olivos-gate» en la campaña del Frente de Todos. La más difundida fue la de Management & Fit, según la cual un 22,3% de los consultados (1.200 personas de la región AMBA) que pensaba votar a los candidatos del oficialismo cambiaría su voto a partir de la escandalosa foto.
Según ese mismo estudio, el 60% de los encuestados consideró que la violación del DNU que estableció la cuarentena por parte del Presidente «merece consecuencias».
Si bien el oficialismo salió rápidamente a hacer control de daños y cerrar filas frente al escándalo, con fuertes críticas a la oposición y a la gestión anterior, la reaparición de la vicepresidenta Cristina Kirchner fue la muestra de que sintieron el golpe.
Mientras se conocían las primeras mediciones electorales tras la difusión de la foto, la ex mandataria encabezó dos actos consecutivos junto a Fernández en la provincia de Buenos Aires. Una muestra de respaldo que busca, principalmente, fidelizar el voto propio para mantener ese piso electoral que mantuvo a flote a Cristina Kirchner en las legislativas de 2017.
La reaparición de la vicepresidenta Cristina Kirchner fue la muestra de que sintieron el golpe tras conocerse las fotos
En la usina electoral del Frente de Todos también evaluaron, en uno de los sondeos que mandaron a hacer antes del escándalo, que Juntos mantenía un piso de 23% en la provincia de Buenos Aires pero que está en condiciones de sumar entre un 10 y un 23% más.
Como contrapartida, otras encuestas le dan esperanzas al Frente de Todos. Una de ellas, de Ricardo Rouvier & Asociados, hecha el 5 de agosto sobre 800 entrevistados en la provincia de Buenos Aires dio un 38,3% de intención de voto para el oficialismo y un 28,2 para Juntos.
Otra, del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), mostró que en Buenos Aires, sobre 1.059 personas consultadas, el Frente de Todos tiene una proyección del 43% frente a un 34% de Juntos, sumando las dos listas que lleva a las PASO: la de Diego Santilli y la de Facundo Manes.
Por otro lado, la coalición opositora maneja otros números más optimistas para el territorio bonaerense, donde hasta el momento no aparecen tantas preocupaciones electorales como sí ocurre en la Ciudad de Buenos Aires.
En los últimos días Rodríguez Larreta recibió encuestas que mostraron un apoyo menor al esperado para su precandidata en la Ciudad, María Eugenia Vidal, y un crecimiento en la intención de voto de su contendiente en las PASO, el liberal Ricardo López Murphy, y también del libertario Javier Milei.
En la sede gubernamental de Uspallata esperaban que Vidal cosechara en las PASO, al menos, un 40% de los votos, con López Murphy en un 10% y Milei alrededor del 5%. La idea era que, en las generales de noviembre, la lista final de Juntos por el Cambio conseguiría el 50% por la sumatoria entre Vidal y López Murphy.
Sin embargo, fuentes del PRO deslizaron que empezó a generar cierta preocupación la posibilidad de que Vidal no supere ese porcentaje que, para el partido que gobierna la Ciudad desde 2007, es como un piso. A ello se le suma una proyección para López Murphy de alrededor de 14 puntos y la atención que concitó el nivel de convocatoria de Milei entre los jóvenes porteños.
El nuevo escenario es atribuido, en principio, al descontento de una parte del electorado tradicional del PRO por el resultado de la pelea entre «duros» y «moderados», donde se impusieron los segundos, de la mano de Rodríguez Larreta.
El desplazamiento de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, mostró una fisura con el voto más anti kirchnerista que se vio primero en las redes sociales y que en las últimas semanas empezó a reflejarse en los focus groups que maneja el larretismo, según los cuales hay un pedido de mayor dureza a la oposición respecto del Gobierno.
En ese contexto, en los últimos días tanto Rodríguez Larreta como Vidal se mostraron más críticos del Gobierno nacional. «El presidente y la vicepresidenta atacan porque no tienen defensa», lanzó la precandidata a diputada recientemente, en el marco del escándalo por el cumpleaños en Olivos.
Otras encuestas difundidas muestran que la supremacía del PRO en la Ciudad se mantiene y que Vidal sigue en ventaja frente a sus competidores en las PASO. Un trabajo reciente de la consultora Tendencias mostró que Juntos por el Cambio alcanza el 45,3% de los votos y el Frente de Todos un magro 24,8%. Milei, por su parte, se mantiene en el 5%.
Larreta recibió encuestas que muestran un apoyo menor al esperado para María Eugenia Vidal
Dentro de la PASO de Juntos por el Cambio, el sondeo muestra a Vidal con el 63,7% de intención de voto, a López Murphy con un 25,9% y al radical Adolfo Rubinstein con un 10,3%.
En tanto, un sondeo de Ricardo Rouvier & Asociados arrojó una intención de voto del 40,8% para los precandidatos de Juntos por el Cambio sumados, y del 23,6% para la lista del Frente de Todos que lideran Leandro Santoro y Gisela Marziotta.
Por otra parte, en la provincia de Buenos Aires la alianza opositora es más optimista, pese al ruido inicial de cara a la PASO entre la lista de Diego Santilli y la del radical Facundo Manes.
Una encuesta de Tendencias mostró días atrás a Juntos por el Cambio con una intención de voto del 34% entre ambas ofertas, por encima del 30,5% del Frente de Todos. Un panorama muy distinto al que exhibieron los sondeos bonaerenses de Rouvier y de CEOP.
Días atrás circuló también un estudio del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA realizado a través de redes sociales que arrojó una suerte de empate técnico entre la lista del Frente de Todos encabezada por Victoria Tolosa Paz con 36,1% de intención de voto, y las listas de Santilli y Manes con una suma del 35,7%.
Mientras las encuestas se multiplican, tanto en el Gobierno como la coalición opositora realizan sus propias evaluaciones y miden cada uno de sus pasos, con replanteos de discurso, giros y movimientos de cara a las PASO que serán el primer test antes de la definición de noviembre.