8 octubre, 2025
COMPROMETE PRINCIPALMENTE EL ABASTECIMIENTO DE LAS CIUDADES DEL VIRCH Y PUERTO MADRYN
La presidenta de la Federación de Cooperativas del Chubut, Valeria Lewis, manifestó su preocupación por la disminución del caudal del río Chubut y la necesidad de una política común para garantizar el abastecimiento. “El agua es un bien escaso y hay que empezar a cuidarla entre todos”, afirmó al tiempo que pidió fortalecer los mecanismos de control sobre el uso del recurso.
La Federación mantiene un monitoreo constante junto al IPA y las cooperativas de potabilización para anticipar posibles escenarios críticos.
Lewis explicó que la alerta surge tras la escasa nieve registrada durante el invierno en la cordillera, afectando la recarga de los embalses. “Hubo una temporada muy corta y con poca nieve, y eso ya encendió las alertas de los productores y los intendentes de la cuenca alta”, detalló.
“No esperamos a que falte agua en los canales de riego para reaccionar. Desde 2022 mantenemos un grupo de trabajo con todos los actores de la cuenca”, indicó. Este espacio, que reúne a municipios, técnicos y autoridades, permite coordinar medidas preventivas, como el manejo de pluviales en Trelew y el seguimiento de la calidad del agua en las plantas de Madryn y Rawson.
La dirigente adelantó que el panorama climático para 2025 es más complejo que el de este año. “Los informes indican una situación más densa y con menor previsión de lluvias, por eso estamos convocando a universidades y al Conicet para proyectar escenarios y definir acciones”, señaló. El objetivo es planificar a mediano plazo y “buscar un equilibrio entre producción, consumo y preservación del río”.
Lewis también destacó la falta de conciencia social sobre el consumo de agua. “En los últimos años aumentó el uso doméstico, especialmente con la proliferación de piletas en los hogares. Mucha gente sigue pensando que el agua es infinita, pero nuestro río no lo es”, advirtió, proponiendo campañas educativas y trabajo conjunto con municipios para modificar hábitos urbanos y rurales.
“Hay costumbres que deben cambiar. En las chacras sigue usándose el riego por inundación y en las ciudades no hay control real del consumo”, expresó. Una de las principales falencias es la ausencia de micromedición: “Nunca se consiguió financiamiento para instalar medidores en los domicilios. Es un sistema caro, pero necesario si queremos administrar el agua con justicia.”
La presidenta subrayó que “el consumo humano tiene prioridad por ley, pero el río tiene muchos otros usuarios”, como productores agropecuarios y empresas. Por ello, insistió en la necesidad de fortalecer al Instituto Provincial del Agua. “El IPA necesita más herramientas de control. No se trata de castigar, sino de ordenar el uso y evitar abusos.”
Comparó la situación local con otros países: “En Alemania o Australia el agua se administra desde organismos fuertes, con permisos estrictos y un seguimiento riguroso sobre quién usa qué y para qué.” En contraste, indicó que en Chubut “los controles son limitados y las cooperativas cargan con pérdidas porque el agua no genera rentabilidad”.
Finalmente, Lewis concluyó que “la planificación debe ser provincial y no depender de la emergencia” y reclamó que el tema vuelva a ocupar un lugar prioritario en la agenda pública. “La provincia necesita entender que el río Chubut no es inagotable. Si no cambiamos la manera de usarlo, en pocos años vamos a discutir escasez en vez de gestión”
La situación no es nueva, pero se viene asentuando los últimos años a partir del calentameinto global, los cambios climáticos que impactan en la zona con menos lluvias, menos nevadas, mayores temperaturas y pérdida de humedad de tierras, además del impacto humano. Reiteradamente los distintos gobiernos han prometido un manejo racional y planificación del uso del único río principal del cual abreva gran parte del territorio chubutense, pero en general no han pasado las declamaciones, con pocas obras y menos resutados.
Según el Insituto Provincial del Agua tiene 3000 expedientes iniciados de productores de la provincia que estarían desviando el agua del río Chubut en forma clandestina. Esta sería una de las causas actuales del bajo nivel del río que amenaza con dejar al valle sin agua.
Esta situación de bajos niveles del río Chubut pusieron en alerta a intendentes, productores y cooperativas, que convocaron a funcionarios del Instituto Provincial del Agua (IPA) y a las autoridades de Hidroeléctrica Ameghino en los últimos días.
Con un verano largo y caluroso por delante, el Dique Ameghino llegará en un par de meses a una cota 137, uno de los registros más bajos de los últmos años. Esta circunstancia, como ya ha ocurrido otros años, pone en riesgo la potabilización en las ciudades del valle y amenaza con arruinar la producción local.
En estos días, los chacareros notaron con preocupación que, al llenar los canales de riego, el cauce del río Chubut empezó a bajar a niveles que no veían desde hacía tiempo. Esto llevó a productores a preguntarse por el manejo del Dique Ameghino, los controles vigentes y el manejo del agua.
Comercios de Trelew, según pudo saber Crónica, ya están encargando bidones de agua a los proveedores, anticipándose a eventuales cortes. Lo mismo se preguntan los vecinos en Rawson, Gaiman, Dolavon y 28 de Julio. Las cooperativas, por lo pronto, se reunirán este miércoles para analizar el cuadro de situación.
En medio de la incertidumbre, el intendente de Gaiman, Darío James, convocó este martes a sus pares del Valle Chubutense para abordar el problema de la crisis del agua que se avecina. El único intendente que concurrió fue Luka Jones, de 28 de Julio, mientras que los demás municipios de Trelew, Rawson, Dolavon enviaron representantes.
En la reunión en la Municipalidad de Gaiman, que se extendió durante más de dos horas, estuvieron el titular del IPA, Parra y el presidente de la Compañía de Riego Julio Kresteff, quienes dialogaron con la prensa.
Parra puntualizó que hoy la cota del embalse es 146.7, pero cuando termine el período de riego bajará a 137. Al ser consultado por el riesgo de cortes de agua, Parra mencionó que en todo momento el abastecimiento del recurso a la población es prioritario, por lo que pidió tranquilidad y prefirió no encender las alarmas.
Así y todo, este reconoció que el escenario amerita revisar aspectos que hacen a la administración del embalse y, sobre todo, el manejo del agua del río Chubut que hacen los productores de la zona.
“Vamos a revisar algunas cuestiones que tienen que ver con la administración del embalse. Hay reglas que hay que cumplir en función del contrato de concesión. En todo el período de invierno se estaba erogando con la potencia mínima de la turbina unos 19 metros cúbicos por segundo, que se tiene que respetar por el contrato de concesión”, sostuvo.
El titular de la Compañía de Riego, Julio Kresteff, adjudicó la bajada del nivel del río Chubut a que los productores utilizaron el agua de los canales para riego.
“Me parece que es fundamental aclarar que el tema del río fue porque se llenaron todos los canales, largamos el agua en todos los canales, se vació el río debido a eso, ese fue el problema”, sostuvo. Kresteff reconoció que hubo mucha preocupación entre los productores al ver que el río bajaba el cauce, pero las explicaciones de los referentes de Hidroeléctrica Ameghino lo tranquilizaron.
“Llevamos tranquilidad tanto a la población como a los productores, que vamos a poder regar bien y que vamos a tener el agua para poder producir como tenemos que producir”, sostuvo. El productor dijo que si toman como referencia lo que ocurrió en el 2021, la situación hoy es más o menos similar.
“Yo veo que por ahí hay que tomar lo que realmente pasó años anteriores, que realmente lo que pasó en el 21 fue complejo, pero vuelvo a repetir, con una cota de 145 terminamos con 136 y no tuvimos problema con el agua”, comparó.
Por otra parte, Kresteff dijo que, mientras que años anteriores solo un 12 por ciento de los productores pagaban el canon de la compañía, hoy esa cifra llega al 60 por ciento, lo que es una buena señal.
En términos generales, la baja de nivel del río Chubut es una consecuencia de la falta de lluvias en el invierno y una sequía que parece prolongarse. No obstante, desde el IPA reconocen que años anteriores hubo un desmanejo con los productores que desvían el agua del río Chubut hacia sus campos y la situación se ha vuelto inmanejable.
Habría al menos 3000 expedientes que el Instituto Provincial del Agua está revisando de productores que hacen canales clandestinos y roban el agua del río Chubut perjudicando a toda la población.
El “robo de agua” se da desde las zonas más altas hasta que baja al Dique Ameghino con menos caudal y luego eso afecta a todo el valle donde escasea el recurso. Sucede que muchos de estos productores no tienen permisos o bien fraguan sus declaraciones, lo que hoy es muy fácil de comprobar con drones que sobrevuelan los campos.
Por otro lado, Parra dijo que están trabajando en una agenda multidisciplinaria, con las universidades, CENPAT y el INTA para estudiar cuál sería el caudal ecológico del río Chubut en cada uno de los puntos a lo largo de su recorrido.
“Toda la población de los 300.000 habitantes toma dos metros cúbicos por segundo; quiere decir que 8 metros cúbicos, si uno se para en el puente Rawson, como mínimo 8 metros cúbicos por segundo es el agua que va al mar. Cada 40 días se tira al mar un año de agua potable”, graficó.
Por último, mencionó que “el sistema de riego, a lo largo de su trayectoria, devuelve un porcentaje del agua al río. Tenemos que empezar a corregir algunas cuestiones de lo que tiene que ver con la eficiencia del uso”, concluyó.
*CHOL/L17/DCC