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1 octubre, 2023

Hidrocarburos: Falta combustible en el mercado interno y el gobierno cree que es una presión por el depreciado ‘barril criollo’

Hidrocarburos: Falta combustible en el mercado interno y el gobierno cree que es una presión por el depreciado ‘barril criollo’. La producción de Vaca Muerta se exporta, y las refinadoras se resisten a importar porque cuesta el doble.

Una vez más el faltante de combustible en estaciones de servicio deja expuesto la precariedad de la dinámica del sector que suena como de mayor potencial para la economía argentina, dada la fenomenal reserva hidrocarburífera de la cuenca neuquina, que puso a Vaca Muerta en el segundo puesto mundial de gas no convencional y cuarto en petróleo.

Por eso a primera vista resulta incomprensible que «no solamente falte gasoil sino que también falte la nafta», tal como advirtió Luis Navas, representante de la Asociación de Estacioneros de Servicio.

Se trata de una historia que se repite, pero que a su vez presenta elementos particulares. En marzo del año pasado el componente que desató el desabastecimiento se dio cuando la inminencia de la cosecha gruesa le puso una presión inusitada para cargas de tractores, cosechadoras y camiones de la actividad agropecuaria.

En ese momento el todavía CEO de Raizen Argentina, Teófilo Lacroze, pidió que se restrinjan las exportaciones de petróleo para asegurar el suministro interno a las refinadoras.

Ahora, si bien es cierto que el arranque de la cosecha fina aporta lo suyo a la sobredemanda, la falta de combustibles en las estaciones de servicio se explica en mayor proporción por la tensión entre el precio de exportación contra el valor para el mercado interno; a lo que se suma la volatilidad del frente cambiario.

La explicación de los estacioneros es que la nafta está barata. «Históricamente la nafta vale un dólar, por eso hoy debería estar en 800 pesos el litro», afirmó a LPO Navas, que explicó que la referencia a la cotización paralela es por «cobertura ante el atraso en el nivel de rentabilidad». «Estamos perdiendo plata», reconoció.

Lo llamativo es que los estacioneros cuentan que tienen que importar combustible porque no les llega el refinado de Vaca Muerta. «No se entiende porque habilitan los cupos exportables, si no se garantiza el abastecimiento de las refinerias», dijo Navas.

La industria petrolera se divide a grandes rasgos en dos grandes actividades; por un lado la producción de crudo que se denomina upstream; y por otro el downstream, que refiere al refinamiento de la materia prima para convertirla en combustible.

En la Argentina hay empresas que están integradas y operan en ambas áreas, como la estatal YPF o PAE; y otras que no, como Raízen, dueña de las estaciones de servicio Shell y Trafigura, dueña de Puma Energy, que se dedican a los últimos eslabones de la cadena de producción

 

Barril criollo y presiones

En el mercado doméstico, las petroleras locales reciben casi 60 dólares por barril, tal como lo establece la regulación de la Secretaria de Energía. Lo que sucede, es que dado el contexto internacional que disparó la cotización de los hidrocarburos, si ese mismo petróleo se exporta, las compañías obtendrían casi el doble, es decir apenas por debajo de los 100 dólares el barril.

«Es lógico que prefieran exportar pero antes tienen que garantizarle el abastecimiento a los argentinos que son los dueños del recurso, y no tienen por que pagar lo que determine un pais de la OPEP», dijo una fuente del gobierno a LPO.

«A un barril criollo cercano a USD 50 dólares, tienen la rentabilidad garantizada. Que digan cuanto les cuesta producir un barril, apuesto a que menos de USD 10», agregó la fuente.

Pero la puja entre exportación y mercado interno, no es la única tensión que rodea al problema de desabastecimiento de combustibles.

A un barril criollo cercano a USD 50 dólares, tienen la rentabilidad garantizada. Que digan cuanto les cuesta producir un barril, apuesto a que menos de USD 10.

Otra de las causas es el encarecimiento de diesel mayorista, que horas después de la devaluación del peso sufrió aumentos de hasta el 35 por ciento de su precio. De allí que los transportistas decidieron volcarse a las bocas minoristas y se armó el clásico cuello de botella que afecta a la Argentina en relación a la oferta.

En este sentido, la Federación de Transportistas (Fadeeac) emitió un comunicado en el que precisó que «durante agosto se reportaron diferentes tipos de dificultades para el normal abastecimiento de combustible: desde cupos para la carga y demoras, hasta falta de acceso a gasoil tipo 2 o limitaciones en el medio de pago aceptado».

Para peor en este cuadro de extrema fragilidad hay que agregar un punto de suma gravedad. Shell y otras petroleras aumentaron los precios de los combustibles este viernes pese al congelamiento dispuesto por el gobierno nacional hasta el 31 de octubre.

 

*LPO