31 agosto, 2022
¿Espionaje recaudatorio?: Francia está utilizando inteligencia artificial para encontrar piscinas ocultas y cobrar más impuestos
Gracias a un experimento con el uso de inteligencia artificial (AI), las autoridades fiscales francesas descubrieron más de 20.000 piscinas ocultas y les ermitió recaudar unos 10 millones de euros (US$10 millones) en ingresos. La crisis del agua habilitó este tipo de medidas
Tener piscinas en Francia puede obligar a sus propietarios a pagar un mayor impuesto sobre bienes inmuebles porque aumentan el valor de la propiedad, por eso deben declararse al fisco, según la ley francesa.
Las 20.000 piscinas fueron detectatas durante una prueba en octubre de 2021 utilizando un software desarrollado por Google y la consultora francesa Capgemini con imágenes aéreas de nueve regiones del país.
En el año 2020 ya había más de 3,2 millones de piscinas privadas en Francia, según cifras de la Federación de Profesionales de la Piscina, y las ventas ya estaban en auge antes de la pandemia de covid.
Pero con la llegada del coronavirus hubo un aumento adicional en las instalaciones de piscinas a medida que cada vez más empleados trabajaban desde casa.
Según el diario Le Parisien, por una piscina promedio de 30 metros cuadrados se debe pagar anualmente al fisco unos 200 euros (US$200).
La Dirección General de Finanzas Públicas (DGFiP) de Francia está utilizando específicamente algoritmos que le permiten extraer a partir de tomas aéreas los contornos de piscinas y estructuras para comprobar si tienen los impuestos que, según la ley, deberían tener.
En su defecto, se invita al propietario del inmueble a regularizar su situación y pagarle lo que debe al fisco.
Las autoridades fiscales afirman que el software también podría ser utilizado en el futuro para hallar extensiones no declaradas de casas, patios o kioskos de jardín, que también hacen que el impuesto sobre bienes inmuebles aumente.
«Tenemos como objetivo particularmente extensiones de casas, como terrazas», le dijo Antoine Magnant, subdirector de la DGFiP, a Le Parisien.
«Debemos estar seguros de que el software podrá encontrar edificios con grandes superficies y no la caseta del perro o una casita de juegos para niños», agregó.
Pero medios franceses han reportado que, por el momento, el software de Google y Capgemini configurado para identificar piscinas tiene fallas a la hora de encontrar extensiones de casas.
«¿Cómo puede estar seguro de que una mancha rectangular negra, vista desde el cielo, es una ampliación y no una lona colocada en el suelo, una carpa o incluso una terraza?», interroga Le Parisien.
La mano dura del gobierno francés en contra de las piscinas no declaradas se produce después de que Julien Bayou, secretario general del partido ecologista Europa Ecología Los Verdes y consejero de la región Île-de-France, no descartara la prohibición de construir nuevas piscinas privadas.
En declaraciones a BFMTV, Bayou señaló que Francia necesita una «relación diferente con el agua» y que la prohibición sería un «último recurso».
«El desafío no es prohibir las piscinas, es garantizar nuestras necesidades vitales de agua», agregó.
Sus comentarios toman aún más relevancia en un momento en que Francia atraviesa la peor sequía de la que se tiene registro, en la que más de 100 municipios se han quedado sin agua potable.
En julio, Francia tuvo apenas 9,7 mm de lluvia, lo que lo convirtió en el mes más seco desde marzo de 1961, según el servicio meteorológico nacional Meteo-France.
La crisis es tan grave que en el noroeste y sureste del país se ha prohibido el riego, con el objetivo de tratar de conservar el agua.
Francia es el segundo país con más piscinas per cápita en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos, y el mercado está en pleno auge.
Solo en 2021, los franceses construyeron cerca de 244.000 piscinas, según la Federación de Profesionales de la Piscina.