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6 julio, 2024

El futuro del Sol: que ocurrirá cuando se termine su hidrógeno

¿Cómo será el Sol en 5.000 millones de años? ¿Será el planeta Tierra compatible con la fases futuras de la estrella?

Aunque pueda ser un pensamiento vertiginoso y algo que escapa a la razón, el Sol no durará eternamente y está muy lejos de ser inmutable.

Desde el nacimiento de la raza humana, el Sol ha sido centro de numerosas mitologías, culturas y creencias. Si lo dudas, solamente piensa en la gran cantidad de mitos y la fascinación que existe alrededor de un eclipse. Y no es para menos: al final, el Sol es para nosotros algo más que una simple esfera de gas ardiente en el cielo; es la fuente principal de luz, calor y vida en el Sistema Solar.

No obstante, aunque pueda ser un pensamiento vertiginoso y algo que escapa a la razón, el Sol no durará eternamente y está muy lejos de ser inmutable. Como todas las estrellas, el Sol tiene un ciclo de vida finito, marcado por una serie de etapas que, finalmente, culminarán en su completa destrucción y desaparición. Ahora bien, no te preocupes, para ello aun faltan 5.000 millones de años.

¿Qué es la fusión del Hidrógeno?

Pero ¿qué está pasando ahora mismo en el Sol? Pues, a temperaturas y presiones altísimas, se produce por la fusión nuclear, responsable del brillo y la constante actividad de la estrella. Y la fusión nuclear comienza con el elemento más ligero y abundante de todo el Universo: el hidrógeno.

En las condiciones extremas que hay en el centro del Sol, los núcleos de hidrógeno, formados por un solo protón, son sometidos a una presión y temperatura tan intensas que superan la barrera eléctrica de repulsión entre ellos. Así, cuando se fusionan, dan lugar a un núcleo de helio, liberando una cantidad enorme de energía en el proceso.

Esta liberación es la responsable de la intensa luz y del calor que emiten las estrellas. Sin embargo, en la fusión no solamente se produce esa conversión de hidrógeno a helio, sino que también se liberan partículas subatómicas llamadas neutrinos que también llegan hasta el planeta.

De esa forma, la fusión nuclear se identifica casi con una especie de proceso de equilibrio entre la fuerza gravitatoria, que tiende a colapsar el núcleo estelar, y la presión generada por la liberación de energía de fusión, que lo mantiene estable. Este delicado equilibrio es lo que permite que el Sol brille de forma constante durante miles de millones de años.

Y cuando el hidrógeno se termine…

No obstante, a medida que el hidrógeno se vaya agotando y que la fusión sea cada vez más débil, este equilibrio tenderá a romperse, desencadenando una serie de transformaciones que cambian por completo la estructura y la composición de la estrella. Ahora bien, no es un proceso que ocurre de la noche a la mañana: la disminución de la tasa de fusión nuclear se extenderá a lo largo de millones de años, mientras el Sol continúa quemando lentamente el hidrógeno restante en su núcleo.

Así, la disminución de esa fusión alterará el equilibrio delicado entre la fuerza gravitatoria y la presión generada por la liberación de energía. A medida que esa emisión disminuya, la gravedad comenzará a ejercer mayor influencia, provocando así una contracción gradual del núcleo del Sol. Sin embargo, lo más curioso es que, con esta contracción, la presión en el núcleo se reducirá, provocando a su vez una expansión masiva de las capas más exteriores, que se hincharán hasta dar lugar a una estructura conocida como gigante roja.

La gigante roja

No obstante, la expansión del Sol a gigante roja no solo es un evento espectacular desde el punto de vista astronómico, sino que tendrá consecuencias bastante desastrosas para los planetas que orbitan alrededor de él. Durante esta fase, la Tierra, y probablemente otros planetas cercanos a la estrella, serán consumidos por su hinchazón.

Se trata de una fase que puede durar varios millones de años. Será un momento de la vida del Sol en la que brillará con una luminosidad mucho mayor que la que tiene en su estado actual. Su color será rojizo, haciendo honor al nombre de gigante roja, lo que es una consecuencia de una menor temperatura superficial a la que presentaba en la etapa anterior.

El tamaño actual del Sol en comparación con su tamaño máximo estimado durante su fase de estrella gigante roja dentro de unos 5000 millones de años.

Aunque es incompatible pensar en la existencia de vida en la Tierra durante la fase de gigante roja, muchas simulaciones hablan de que, para un hipotético observador en el planeta, la gigante roja aparecería como un disco enormemente ampliado en el cielo, extendiéndose mucho más allá de su tamaño actual.

Nebulosa planetaria y enana blanca

Ahora bien, la gigante roja es solo una etapa transitoria. Finalmente, tras una gran extensión, la estrella liberará gran parte de sus capas externas en forma de una nebulosa planetaria, dejando a la vista un núcleo caliente y denso conocido como enana blanca. Aunque el nombre de “nebulosa planetaria” sugiere la presencia de planetas, eso no siempre tiene relación con su presencia o formación.

Por su parte, la enana blanca aparecerá como un núcleo remanente de la estrella que una vez fue el Sol. Para que te hagas una idea, la masa de este objeto será muy parecida a la que tiene la estrella en la actualidad, pero estará comprimida en un volumen infinitamente más pequeño. Y, aunque sí pueden irradiar calor y luz durante miles de millones de años, eventualmente llegarán a enfriarse y terminarán por desvanecerse en la oscuridad del Universo.

*NGE