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8 abril, 2025

El fantasma de Maderna

Dos por tres se agita como un fantasma, el nombre, la imágen y las macanas que se mandó el exintendente de Trelew, que a decir verdad aún no se sabe cuantos ceros arrastran, pero que asusta, asusta.

Hacia el cierre de semana el actual intendente Gerardo Merino volvió a acordarse de Adrián endilgándole «crear cooperativas con fines clientelistas». Algo que no sorprende a nadie y que era vox populi desde hace años, pero que al parecer está comprobando en persona el alcalde radical.

Unos días antes, cuando el temporal volvió a amagar con colapsar Comodoro y el Valle también tembló ante los nubarrones, el estado de los desagës y sistemas de drenaje de Trelew así como los equipamientos derruídos volvieron a traer a la memoria y los rezos, los ‘parientes’ de Maderna.

Por estos días, Merino le reprochó públicamente  la falta de obras de servicios esenciales en barrios vulnerables. «El Inta es un barrio olvidado, al igual que toda la ciudad», dijo el mandatario municipal que sigue llorando en ausencia.

«El Inta es un barrio olvidado como toda la ciudad. Hay falta de atención y de servicios en algunos lugares que ha llevado a este atrás. Es una necesidad básica llevar agua, cloaca y luz y no hay planificación para eso», criticó. En cuanto al barrio Costanera, puntualizó que están trabajando para hacerse del dominio de las tierras y poder llevar los servicios básicos a los vecinos. «Estamos tratando de armarnos de esas tierras, que están en el RENABAP, y avanzar con la instalación de servicios básicos y esenciales. Estamos planificando, atendiendo demandas y tratando de cubrir esa desidia de hace más de 20 años», detalló em declaraciones a los principales medios de la ciudad y la zona.

Para muchos de quienes lo escuchan, la lógica de endilgar ‘culpas’ a la gestión anterior ya suena a reincidencia y en el ánimo popular, a impotencia propia. En concreto, se suponía que la nueva gestión no sólo sabía la situación que asumía por observación  y sentido común, pero sobre todo, la ciudadnía confiaba en la ‘transición ordenada’ que pregonó Merino y en la que evidentemente no se trabajó mucho en profundidad.

Nadie entiende bien porqué, en lugar de seguir rezongando y pulverizando su propia gestión a más de 16 meses de gobierno a causa de lo que no hizo el anterior funcionario, el veterinario no acciona contra la exadministración antes de que sea demasiado tarde. Es por lo menos un secreto a voces que Maderna se fue sin contar con los balances aprobados de sus últimos 4 años de mandato (sobre los 8 que tuvo) sin que responda ni el Tribunal de Cuentas ni nadie por esa tremenda irreglaridad institucional que Merino habría dejado pasar, y se supone que no habría sido por desconocimiento.

En las huestes madernistas, quiene estaban a cargo de ‘rendondear los números’ comentaban a diestra y siniestra que estaba todo ‘arreglado’ para trasnferir votos y mandato sin hacer lío con la muchachada, siempre y cuando se comprar el ‘paquete cerrado’ y sin reclamos. «Gana el que cierre la puerta detrás de Adrián», aseguró a esta columna un alto funcionario de esa época en una comilona donde se ostentaba información calificada. Y al parecer tenía razón nomás…

Está claro entonces que sin balances, lo que pudo pasar con el dinero de las obras inconclusas y los servicios destruídos de Trelew que lamenta Merino, es un enorme ‘escurrimiento’ sin destino, con muchas posibles compuertas. Debido a que el ser humano sólo cuenta con la materialización del presente, aunque la política de campaña se plantea sobre el inexistente futuro y la política de gestión se justifica con el inexistente pasado, el único camino que le quedaría a Trelew es concretamente ver donde fueron a pagar los impuestos que la ciudadanía pagó y porqué la ciudad está como está, independientemente de la inutilidad de los administradores de turno.

Las gestiones públicas -como dicen los expertos- deben ser absolutamente matemáticas. Viendo lo que entró y lo que salió, seguramente se podría identificar si las obras no hechas, y la ciudad que podría ser, terminó en destinos malversados y si se puede recuperar algo de todo eso, o por lo menos hacer responder por sus deberes y juramentos a todos y cada uno de los gestores de entonces. No sólo por los cajones de pollos, se entiende…

Y como en las gestiones políticas y administrativas, no hay ‘culpas’ sino responsabilidades, no accionar y seguir con discursos lamentosos es otro grado de demagogia y directamente sostener un estado de complicidad con el estado de situación y lo hecho, que podría traer consecuencias graves a los actuales jefes, si algun fiscal se le ocurriera actuar de oficio o algun vecino más despavilado decidiera tomar la iniciativa de pedir explicaciones públicas y judiciales.

Mientras tanto, nadie sabe donde está Maderna, que hace tiempo dejó de ser intendente y hasta vecino de Trelew, pero no hay acto público en que su nombre no suene como himno a la eterna justificación de la impotencia, casi una versión de ‘lamento boliviano’.

Los ‘trelespectadores’, hartos de la misma película de precariedad administrativa y política…