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2 enero, 2021

Carne de cerdo: La ‘adicción’ porcina de China y las perspectivas argentinas

China es la mayor consumidora mundial de proteínas cárnicas con 40.3 millones de toneladas de carne de cerdo ingeridas en 2020, sostiene el Departamento de Agricultura de EE.UU / USDA.

Esto significa que la República Popular consume el doble de carne que los 27 países de la Unión Europea (UE). También es la principal productora de carne de cerdo en el mundo, con 36 millones de toneladas procesadas en 2020, comparada con 24.1 millones de toneladas producidas en la Unión Europea (UE) y esto a su vez es 3 veces la producción norteamericana.

La “fiebre porcina” que se despliega en China en los últimos 18 meses ha recortado por la ½ su stock ganadero: se han perdido unas 400 millones de cabezas. Por eso la producción de carne de cerdo disminuyó este año 21% aunque lo previsible es que caiga otro 15% a fin de año (USDA).

El resultado ha sido que el precio de la carne de cerdo ha trepado a niveles récord en la República Popular, con alzas de 50% /70% o más. Pero aun así el consumo no ha caído, con un efecto sustitución de carne aviaria y vacuna muy reducido.

Lo que ha sucedido es que China se ha convertido en la principal importadora de carne de cerdo del mundo en los últimos 2 años, que alcanzaría a 4.4 millones de toneladas en 2020, un auge de 76% anual, que representa 43% del total de las importaciones globales.

China se comprometió con EE.UU en el acuerdo estratégico que selló con el presidente Donald Trump el 15 de enero de 2020 en Washington (“Fase 1/ Comercial”) a adquirir un adicional de U$S 32.000 millones de productos agrícolas norteamericanos en 2020/2021, incluyendo carne de cerdo.

En los primeros 3 trimestres de 2020 las compras chinas de granos estadounidenses, especialmente soja y maíz, se incrementaron 76% anual; y por 2 veces consecutivas, en los meses de julio y agosto, las compras chinas de soja y maíz norteamericano fueron las más grandes de la historia.

Lo que esto implica en términos globales es la reaparición en gran escala del boom de consumo de la República Popular, que ascendió a 6.9 billones de dólares en el 3er. trimestre de este año; y que es la causa fundamental de que el precio de la tonelada de soja alcanzará a U$S 430 en el mercado de Chicago orientándose hacia U$S 500/ tonelada a fin de año.

El vuelco masivo de la población china (1.440 millones de habitantes) al consumo de proteínas cárnicas en la más extraordinaria “transición dietaría” de la historia es el hecho central de la alimentación en la República Popular.

El motor que empuja con ritmo creciente esta gigantesca “transición dietaría” es el aumento del ingreso per cápita de su población, que crece 8.1% anual en los últimos 20 años; y que está encabezado por una nueva clase media de 440 millones de personas con ingresos comparables a los norteamericanos (U$S35.000/U$S45.000 anuales).

El consumo de carne vacuna en EE.UU es 26.3Kgs por año, y sólo 4.1kgs / anual en la República Popular. La tendencia es nítida, y es que el nivel chino se acerque y alcance al norteamericano, siguiendo el ritmo del alza del ingreso per cápita de su población.

Lo notable es que el alza récord del consumo de carne en China ha provocado al mismo tiempo un auge fenomenal de la búsqueda de carnes “alternativas” de base vegetal, lo que ha llevado a la aparición en gran escala de marcas estadounidenses, “Beyond Meat” e “Impossible Food’s”.

Estas compañías norteamericanas han rediseñado su producción para servir como complemento en los tradicionales platos chinos. Lo hacen para competir con firmas de producción de carnes “alternativas” de la República Popular como “Right Treat” y “OmniPork” especializadas en el gusto tradicional chino.

“Beyond Meat” ha sido un éxito rotundo, y comenzó a cotizar a U$S 25 la acción y en menos de 2 meses trepó a U$S 239 por unidad.

El mercado chino de carnes alternativas ascendió a U$S 9.700 millones en 2018, lo que significa que ha crecido 33.5% desde 2014; y por eso treparía a U$S 11.900 millones en 2023.

La clase media de 440 millones de personas con ingresos comparables a los estadounidenses en especial sus hijos de la 1ra. generación en la franja de 18 a 29 años de edad, se ha volcado entusiastamente al consumo de carnes “alternativas”, guiada por un criterio de salud y bienestar semejante al de los países avanzados en especial EE.UU.

El consumo chino de carnes es el eje del sistema global, y su estructura, con un crecimiento sostenido de las carnes alternativas, es cada vez más la expresión del capitalismo avanzado del siglo XXI.