25 abril, 2022
Preocupa la primarización de los envíos en el primer trimestre y la capacidad ociosa de la industria supera el 50%.
Mientras las cosechadoras avanzan en los campos argentinos recolectando maíz y soja, la economía recibiría a partir de las próximas semanas un respiro indispensable de la mayor liquidación de divisas de las empresas agroexportadores. Por lo pronto, en lo que va de abril el sector ingresó al mercado de cambios local poco más de u$s2.000 millones y se espera que el mes termine con un ingreso mayor a los u$s3.000 millones.
Los altos precios internacionales de los commodities del campo apuntalaron ingresos de divisas durante el primer trimestre y este panorama se mantendría al menos de acá a agosto próximo, período en el que, según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, ningún mes terminaría con una liquidación por debajo de los u$s3.000 millones. El año cerraría con un aporte del sector en torno a los u$s45.600 millones, en un contexto en el que se espera un récord en los envíos totales del país de u$s84.800 millones.
Mientras tanto, en este panorama que parce, al menos, auspicioso, se encienden luces de alerta. Es que en el primer trimestre del año creció la primarización de los envíos del agro, es decir, se exportó más grano sin procesar que productos con valor agregado.
Concretamente, según el registro oficial del ministerio de Agricultura de la Nación, en el período enero- marzo, Argentina exportó un total de poco más de 15,6 millones de toneladas de granos, mientras que en el mismo período del año anterior los envíos alcanzaron los 11,3 millones de toneladas. Mostrando así un crecimiento del 38%.
En contrapartida, en lo que respecta a las exportaciones de productos con valor agregado, los envíos de aceite de soja alcanzaron 1 millón de toneladas, cuando en el primer trimestre del año anterior habían sumado 1,7 millones de toneladas, lo que merca un retroceso mayor al 40%.
En la misma línea, las exportaciones de subproductos (principalmente harina y expeller de soja) en los primeros tres meses del año acumularon 6,1 millones de toneladas, lo que representa un retroceso del 19,7%, porque en marzo del año pasado acumulaban 7,6 millones de toneladas.
Según explican desde el sector agroindustrial, en este momento la capacidad ociosa del sector supera ampliamente el 50% y eso no es buena noticia para la Argentina. Es que, la industria de crushing local es una de las más importantes del mundo e incluso se consolida como líder en los envíos de aceite y subproductos de la soja.
Teniendo en cuenta este escenario, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania provocó una suba exponencial de los commodities del agro y salvo un momento durante los últimos días de Marzo, donde los márgenes de molienda resultaron ser ligeramente positivos para la posición Abril (entre 2 y 5 dólares por tonelada de ganancia y por unos pocos días) como consecuencia de una baja coyuntural en el precio de la soja spot o disponible, en el resto de las posiciones Mayo y Junio los márgenes de molienda continuaron siendo negativos. Desde el comienzo del año calendario 2022 los márgenes de molienda de soja no han podido salir del rango de márgenes negativos, provocando perdidas reales a la industria aceitera durante todo este periodo”.
La industria alega que a partir del incremento de las retenciones a los subproductos de la soja para conformar un fideicomiso que busca compensar los precios internos del trigo, la molienda de oleaginosas se encuentra con un claro retroceso en la rentabilidad que ya se está haciendo notar en la primarización de los envíos.
Lo cierto es que el final de la película se verá en los próximos meses porque todavía resta camino por andar y los altos precios que muestran los subproductos del agro podrían ser un aliciente para que se incremente la molienda en las próximas semanas. De cualquier manera, el panorama parece ser más que alentador en lo que refiere al ingreso de divisas.
*AF/NA