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19 noviembre, 2020

Dólar versus plazo fijo: cuál es la mejor inversión según los economistas

El dólar se encuentra volátil, la inflación en alza y el ahorrista se pregunta, en este escenario, qué hacer con los pesos para no perder poder de compra.

La disyuntiva que se presenta es saber si conviene comprar divisas estadounidenses o si es mejor colocar el dinero en un plazo fijo en un banco o fintech.

Claro, más allá de la rentabilidad que se obtenga con una u otra alternativa, lo que se debe tener en cuenta de antemano es que el acceso a comprar dólares se encuentra muy limitado en la plaza oficial, por el cepo cambiario.

Al límite impuesto existente de que se puede adquirir hasta u$s200 mensuales. Se le sumaron en los últimos meses otras restricciones, como la exigencia a una correlación con el nivel de ingresos mensuales. Y si se realizaron consumos con tarjetas en el exterior, se descuentan esas facturas a dicho tope de compra de billetes.

Al plantear el dilema entre dólar o plazo fijo, los números son contundentes: ¿cuál conviene más? Por lo pronto, hace pocos días el Banco Central subió los rendimientos de los plazos fijos tradicionales unos tres puntos porcentuales, ante la aceleración de la inflación, y hoy pagan 37% anual por montos inferiores al millón de pesos.

Un porcentaje similar que había al comenzar este año (alrededor de 38%), aunque luego fue retrocediendo y, en los últimos meses, volvió a subir.

Y por el lado de los plazos fijo que ajustan por UVA, o sea por el comportamiento de los precios de la economía, se calcula que su renta actual es del 51% anual.

En tanto, si se evalúa el incremento que tuvo el precio del dólar en lo que transcurrió del 2020, la diferencia es abismal.

En concreto, si se toma el billete minorista que se adquiere en los bancos, se puede concluir que ha subido su valor durante este año más de 70%, que es casi el doble de lo que hoy paga un plazo fijo tradicional.

En este ascenso del precio en el dólar interfirieron dos factores: la devaluación constante de la moneda y la inclusión a mitad de año de otros impuestos, como fue el caso del adelanto del 35% del impuesto a las Ganancias.

De esta manera, saltó en su cotización desde los $81,90 (con el impuesto País) de inicios de año hasta los actuales $140,6.

En esta línea, para aquellos que pueden comprar dólares en la Bolsa de Comercio, la realidad es similar.

Tanto el contado con liquidación como el dólar MEP (o Bolsa) aumentaron su valor en todo el 2020 un promedio de 99%.

Y en el caso de la plaza informal, que para muchos ahorristas es la única vía de acceso al dólar, el precio del blue avanzó 114%.

 

Opiniones de entendidos

Teniendo en cuenta esta diferencia en el rendimiento que ofreció la moneda estadounidense respecto a los plazos fijos, existen algunas referencias a tener en cuenta.

Por un lado, la inflación acumulada en los primeros diez meses del 2020 es de 26,9%, según datos del INDEC.

La tasa de plazo fijo de 37% anual, en tanto, equivale a 3% mensual. Pero estas tasas ya son negativas en términos reales, debido a que la inflación de octubre fue de 3,8%.

Asimismo, la devaluación promedió el 3,4% mensual en los últimos 3 meses, o sea que la señal es que va por arriba de la inflación.

En este sentido, distintos economistas dieron su visión a IP sobre las inversiones en plazos fijos y en dólares.

«La inflación se está acelerando y se acerca al 4% mensual en el corto plazo, por lo que la tasa de interés del plazo fijo debería saltar más de 10 puntos porcentuales para volverse neutral», afirma a iProfesional Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL.

Al mismo tiempo, afirma que la estabilización del tipo de cambio, para que no se dispare por arriba de la inflación, «requiere de un programa económico que por ahora aparece muy fragmentado».

Por su parte, Guido Lorenzo, economista jefe de la consultora LCG, afirma que a pesar de la suba de tasas para plazos fijos minoristas, ellas se encuentran por debajo del 3% mensual. «Contra la inflación es insuficiente, poner plata en plazo fijo es licuar el poder de compra», dice.

Y comparado a la alternativa de comprar dólares, Lorenzo afirma que, posiblemente, «en el corto plazo haya más volatilidad, se puede ganar o perder, pero hay algo que es indudable y es que en el país sobran pesos y faltan dólares».

En resumen, sostiene que aún «le falta mucho a la tasa de interés si quiere disuadir la demanda de dólares para ahorro o refugio de valor».

Para Diego Piccardo, economista de la Fundación Libertad y Progreso, «además de que la suba de tasas de los plazos fijos llega tarde, es insuficiente».

Y agrega: «Con la inflación sin signos de desacelerarse, el inversor va a ver que, si sigue invirtiendo en pesos, sus ahorros van a perder poder adquisitivo. Entonces, como cualquier persona que quiere cuidar el valor de sus ahorros, va a buscar un activo que cumpla esa función».

En su razonamiento, el dólar cumple ese rol de reserva de valor y «por eso su demanda es cada vez mayor».

Por lo tanto, Piccardo considera que cualquiera que tenga dólares en su poder, «puede dormir tranquilo ya que sabe que, dentro de una semana, un mes o un año, va a poder comprar prácticamente los mismos bienes que puede comprar hoy, cosa que no ocurre con el que posee pesos en un plazo fijo».

Desde el lado de los expertos financieros, Francisco Mattig, analista de Estrategia de Consultatio, también es contundente: «Creo que el nivel de tasas de interés en pesos no alcanza hoy por hoy para compensar la evolución del dólar, ya no me refiero al paralelo sino del oficial».

En este sentido dice que es una «aritmética muy fácil», ya que si el Banco Central está dispuesto a mantener el tipo de cambio real estable, dado que la inflación de octubre fue de 3,8% mensual, esto querría decir que la evolución del dólar oficial va a ser del orden del 45,6% anualizado, que resulta menor que la tasa de plazos fijos ahora del 37%.

¿Qué quiere decir esto? «Que quizás un bono CER o dólar link (o algún fondo de estos tipos) parece una mejor opción que un plazo fijo, al menos hasta que no haya nuevas medidas», concluye Mattig.

 

Economía, tasas y dólar

 

En el análisis más profundo sobre el equilibrio entre invertir en dólar o plazo fijo, los economistas entrevistados por iProfesional apuntan a otros factores de fondo, que se vinculan más que nada con la economía en general y no con una ecuación de inversión.

Desde esta perspectiva, Lorenzo Sigaut Gravina, socio y director de Ecolatina, dice: «Si comparamos la performance del dólar oficial versus el plazo fijo tradicional minorista a un mes, podemos observar que este año la tasa en pesos apenas compensó la depreciación del tipo de cambio oficial, cuando el premio por quedarse en moneda local también debería cubrir el elevado riesgo cambiario existente. Es decir, escasas reservas en el Banco Central y alta brecha cambiaria».

Por eso, completa que como muchos individuos y empresas no pueden, siquiera, comprar los u$s200 mensuales, entra en juego la posibilidad de adquirir divisas en el mercado financiero (formal) o en el informal (o blue).

«Tras la disparada de octubre, la performance de las cotizaciones paralelas asemejaron una montaña rusa. Quién compró en el informal a $195 perdió capital y quién adquirió dólares cuando las cotizaciones paralelas rozaron el valor del dólar solidario (u$s140), probablemente, le ganen a un plazo fijo en el corto plazo», resume Sigaut Gravina.

Y sentencia: «En el medio se puede ganar y perder mucho por la excesiva volatilidad de las cotizaciones paralelas y cambios impositivos, como el desarme del anticipo de ganancias sobre la compra de hasta 200 dólares mensuales, o el cierre da la brecha cambiaria».

Por su parte, Lorena Giorgio, economista principal de Econviews, opina que en los últimos días hubo novedades importantes que impactan sobre la decisión de un ahorrista de ir al dólar o a un plazo fijo.

«La primera, fue el fin del veranito cambiario que duró dos semanas y media. Si bien las cotizaciones de los dólares financieros se moderaron un poco por la intervención del Central vendiendo bonos, la evolución del blue deja en claro que ya no hay ´pax cambiaria´. Por otro lado, la publicación del dato de inflación de octubre, muy por encima al esperado, alimentó las expectativas de devaluación, y llevó al Central a subir tasas de interés», resume.

¿Qué cambió en el mercado? «La respuesta, justamente, es que no cambió nada. Las cotizaciones paralelas aflojaron porque un dólar a $180 es, incluso, más caro que el de 2001 a precios de hoy, para nada sostenido en los fundamentales. Además, las últimas licitaciones del Tesoro también contribuyeron a quitarle presión a los mercados de dólar financiero».

Por eso, para Giorgio, el tema principal es que «no se resolvieron los problemas de fondo: la demanda de pesos sigue sin repuntar, el rojo fiscal se mantiene en niveles elevados y se necesitará algo más de asistencia del Banco Central hacia fin de año».

Entonces, sostiene que la pregunta no es por qué volvieron a subir las cotizaciones paralelas del dólar, sino por qué no volverían a subir si el escenario es el mismo que hace unas semanas atrás.

Para Lorenzo, hay una percepción de que «el problema de la brecha y las reservas está resuelto, tenemos un nivel insostenible de brecha que supera el 80% y siempre hociquea con dispararse. Están pisadas las importaciones, los cupos de importación también desactualizadas y todo eso con la actividad por el piso».

Y finaliza: «Tenemos una brecha mucho más alta que hace dos meses atrás, los problemas que la causan como el exceso de pesos, la caída de la demanda de estos y las necesidades de financiamiento para 2021 distan mucho de estar camino a resolverse».

Por eso, estipula que mientras el Banco Central siga perdiendo reservas, la presión sobre el dólar va a seguir estando latente.

En esta línea, Bour sostiene que las negociaciones con el FMI recién empiezan.

«Si no progresan, habrá un ajuste del tipo de cambio nominal. En tanto, si progresan con un programa fiscal que es aprobado en el Congreso puede haber un periodo de mayor estabilidad y apreciación. Después de la carta de los Senadores, la alternativa de estabilización luce con bajas probabilidades. Ergo, hay que prever algún salto en el dólar oficial y libre, probablemente, antes y quizás también después de las elecciones», enfatiza el economista de FIEL.

Y concluye Bour con una reflexión: «¿Vos crees que el boom de la construcción en estos días y de la compra de autos y durables, así como el salto de importaciones (a tipo de cambio oficial), indican que los agentes económicos confían en quedarse en pesos? Más bien es un indicio de que se está saliendo aceleradamente de los pesos, no solo con los dólares billetes, sino con lo que sea».

 

*iProfesional, Ecolatina