11 enero, 2022
Los técnicos del organismo y la Argentina retoman este lunes las conversaciones virtuales. El canciller, que firmó un acuerdo CELAC-China sobre seguridad y 5G, volará la semana próxima a Washington. El Presidente irá en febrero a Beijing.
La negociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) reviste un plano político y otro técnico. En cuanto a este último hoy, lunes, se reanuda el diálogo virtual entre funcionarios de segundas líneas del Fondo, el Ministerio de Economía y el Banco Central de la Argentina. El gobierno de Joe Biden aboga para que esta vez el programa económico argentino con el FMI se defina en términos técnicos y no políticos, como cuando la administración de Donald Trump presionó al Fondo para que aprobara el mayor préstamo de su historia para favorecer a la gestión de Mauricio Macri.
En cuanto a lo político, el canciller Santiago Cafiero la semana próxima, el 18 y 19 de enero, a Washington para reunirse con su par norteamericano, Antony Blinken, para reclamar el apoyo al pacto. En Estados Unidos hay internas también: el Departamento de Estado, que encabeza Blinken, se muestra favorable a un convenio que evitaría que la Argentina impague al Fondo y termine buscando auxilio financiero en China, pero el del Tesoro, donde asesora el ex subdirector gerente del FMI David Lipton, pretende que esta vez el arreglo se rija por los criterios técnicos y no por cuestiones geopolíticas.
Pero la Argentina al mismo tiempo tiende lazos con la potencia asiática. En la cumbre de Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) del pasado viernes, en la que la Argentina asumió la presidencia pro témpore, Cafiero rubricó un plan de acción conjunta CELAC-China junto con el embajador de este país en Buenos Aires, Zou Xiaoli, para cooperar en cuestiones que irritan a Estados Unidos como la seguridad y la tecnología de celulares 5G. Además, el presidente Alberto Fernández prevé viajar a Beijing el 3 de febrero a los Juegos Olímpicos de Invierno y a la incorporación de la Argentina a la Ruta de la Seda, un proyecto de infraestructura y comercio que involucra países de diversa orientación política, como Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela en el caso de Latinoamérica.
