6 septiembre, 2021
Cómo sufren los candidatos la última y frenética semana antes de las PASO
Última semana para una elección signada por la apatía, el rechazo de los jóvenes y la falta de certezas en cada uno de los espacios
«¿Qué se yo? Todos nos dicen cosas distintas», alega un conspicuo dirigente peronista de la Provincia de Buenos Aires, hoy claro, kirchnerista. Refleja a todos los sectores que competirán el próximo domingo, nadie sabe nada, así como los electores no creen en nada, los políticos tampoco.
Los fracasos de las encuestadoras en los últimos procesos electorales y la disparidad extraordinaria entre los resultados previstos por cada una, siembran la carencia de posibilidades de prever un resultado, como nunca.
El oficialismo de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, no sabe bien qué pensar. Le han dado, con diferencia de un día, dos estudios de campo de similares características en cuanto a los sectores sociales y territorios encuestados. En uno de ellos, gana por 9,5% a todo Juntos (es decir Diego Santilli mas Facundo Manes), en el otro, pierde por un punto.
«Alguno nos esta vendiendo fruta ¿Cuál? Y no sé… uno quiere confiar en el que le da mejores resultados, pero la temperatura en la calle no es buena para nadie y en ese contexto la cosa es a quien odia mas la gente, si a ellos o a nosotros», dice otro justicialista, absorto.
«Lo que está claro, es que sin fotos de Olivos, sin declaraciones pelotudas y sin este tipo de berretadas políticas, esto estaba ganado», dicen en «La Orga», como se llaman a sí mismos los ya no tan «chicos» de La Cámpora.
Preparan el terreno para culpar al presidente Alberto Fernández de un eventual tropiezo electoral. No era el plan original, pero las cosas que han pasado, especialmente el cumpleaños de Fabiola y todas las erratas posteriores en el manejo de la comunicación, los mantienen indignados.
«Sin fotos de Olivos, sin declaraciones pelotudas, esto estaba ganado», advierten en La Cámpora
En la oposición la cosa tampoco esta tan clara. La madre de todas las batallas es la elección en la Provincia de Buenos Aires, pero no contra Victoria Tolosa Paz, sino la batalla Santilli-Manes. En la sede imperial de Uspallata, donde reina Horacio Rodríguez Larreta, se ha ganado tranquilidad en los últimos días.
«Le vamos a ganar con contundencia a los radicales y se va a terminar esto de que los gobernadores lo prepeen a Horacio, van a terminar viniendo a pedir lugar para 2023. No importa si es por 3 o por 10 puntos, si se gana nos sacamos a estos tipos de encima y Horacio va a tener mas consenso para las presidenciales que Mauricio en 2015», le aseguran a Iprofesional en la bajada del Subte H, ahí nomas del centro de operaciones.
En el radicalismo bonaerense el mensaje va en consonancia con las proyecciones larretistas, hay cierto dejo de amargura en el mensaje privado, Manes no ha conseguido calar como esperaban en el electorado, esperan un milagro, pero se remiten a eso.
«Fue muy personalista la campaña de Facundo, le creen poco, el mensaje que el da es muy limitado, cuando recibe preguntas da una vuelta y repite lo que dijo antes y se le nota mucho, no nos equivocamos, no había otro para mandar y tener chances, pero no va a salir tan bien la cosa como esperábamos», explica el dirigente, otrora alfonsinista.
No hay afecto por Manes dentro del partido y no hay confianza. Creen también que el neurocientífico podría desistir de ocupar su banca si le va mal en esta primaria. «Para él es un trampolín, si pierde con contundencia y va a parar a un lugar rezagado en la lista para la general, no va a abandonar antes de la elección de noviembre, pero no estamos muy seguros que asuma la banca, porque su proyecto personal se diluye y no está muy dispuesto a remarla de abajo», suscribe otro dirigente.
Otro paso que los tiene en vilo es la elección cordobesa. Allí, los «radicales PRO» encabezados por Mario Negri, se juegan una patriada contra los radicales de Martín Lousteau, curiosamente encabezados por alguien que no es radical: Luis Juez.
Con Juez, va como primer candidato a diputado nacional Rodrigo De Loredo que discutió con Negri la conducción del partido en la provincia mediterránea y que perdió por pocos votos, al menos en el recuento oficial. «Nos metieron los dedos en las urnas porque manejan el aparato del partido, esto lo maneja la justicia electoral, va a ser diferente» dicen cerca de De Loredo.
«Igual hay que estar con los ojos abiertos, porque tenemos datos de que (Juan) Schiaretti (el gobernador), está jugando con ellos, no sería la primera vez que con apoyo del gobernador se manden alguna», completa el dirigente con simpática tonada.
La cosa se completa con la problemática porteña. Seguramente el electorado más rebelde en materia de seguir las indicaciones dirigenciales. Dos cosas no parecen perdonarle los porteños al PRO: el pase de María Eugenia Vidal al distrito y que ese pase haya implicado la lapidación de Patricia Bullrich. Ricardo López Murphy parece ser una de las opciones de los «rencorosos» y Javier Milei, la de los más enojados.
El mayor temor se produce de cara a la general. ¿Cuántos votantes del bulldog fugarán hacia Milei una vez que se defina la PASO?. Vidal va a ganar, las dos elecciones, el problema será el caudal, cuantos diputados entran. López Murphy estaría en estos días en los 15 puntos porcentuales, si la mitad de los electores que lo prefieren siguen si perdonar a Vidal para noviembre, es probable que sus votos vayan a parar a las arcas de Milei y le aporten algún diputado más, que pierde Juntos.
En el medio de todo, los inasibles jóvenes que se dividen entre los extremos de izquierda y derecha sin creerle a nadie, solamente a modo de voto castigo para todos, sin encontrar quien los represente, sin ganas de asistir a las urnas. La inasistencia será otro dato a valorar post PASO, que le dará a la clase política un mensaje que no puede seguir ignorando.
Estos veinteañeros en una década serán treintones y se sumarán a los nuevos veinteañeros del futuro. Una porción social demasiado voluminosa que, sin referencias políticas, podría provocar cambios inesperados en el sistema.