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26 septiembre, 2020

Claves de la semana: Diputados al rojo vivo y Senado a la venezolana

Por Ignacio Zuleta

Recoge velas el peronismo del Congreso para evitar el peligro de que los proyectos que sanciona el Senado, puedan ser impugnados en la Justicia por haber sido aprobados con un sistema flojo de papeles.

La presentación que hizo el bloque de la oposición ante la Justicia impugna el protocolo de sesiones remotas que impuso Cristina de Kirchner, por no haber sido aprobado con los 2/3 de votos que necesita cualquier cambio reglamentario.

Si esa queja prospera en tribunales, la pelea puede superar el cruce simple de chicanas, y convertirse en un bloqueo legislativo.
Esta semana irán al recinto del Senado los proyectos de quita de fondos a la CABA y el régimen para las empresas informáticas («Economía del conocimiento»). Si Diputados las convierte en ley, la fragilidad del modo de votación en la Cámara alta las convierte en vulnerables. Más si se trata, más adelante, el impuesto a los recontra ricos, que será atacado, si es ley, por contribuyentes alcanzados por la norma.

Ya hay advertencias de juristas y de peritos fiscales sobre la litigiosidad que creará. Ante ese peligro, el oficialismo del Senado activó la tarea de los boqueteros de uno y otro lado, para que encuentren alguna salida a ese bloqueo, que se suma al que la oposición ya ejerce con éxito en Diputados. Lo demostró la sesión que cerró en la madrugada del viernes, con la vuelta a comisión de otro proyecto envenenado.

 

Diputados mostró los límites del sistema virtual

 

El final del proyecto de auxilio, o no, a las empresas off shore, fue una prueba de los límites del sistema remoto, mucho más que el caso del diputado libidinoso que ni siquiera es salteño (allá esas cosas no se hacen, y menos por TV). El oficialismo, pasadas las 2 de la madrugada del viernes, debió retroceder en un proyecto que estaba acordado para salir con más de 240 votos.
Lo hizo porque hubo un debate presencial y remoto que hizo funcionar las ventajas de la discusión, que hoy impide un protocolo como el del Senado. La secuencia fue un claro caso de debate enriquecedor, algo que oblitera el método puramente virtual:

1) Impide la dialéctica que habilita posiciones novedosas desde la confrontación de argumentos.

2) Impide la confidencialidad, imprescindible en debates importantes, porque todo queda registrado (nadie querrá hablar con franqueza nunca, si lo que dice queda grabado y puede salir a la luz en un momento inoportuno).

3) El teléfono se corta en el mejor momento, o la cámara alumbra en el peor (diputado Ameri Mandato Interrumpido).
La serie de este debate en Diputados fue una prueba de la eficacia del sistema que se utilizó:

1) Se acuerda un texto para el art. 2° del proyecto.

2) Lo llama la cristinista Fernanda Vallejos a Carlos Heller y le dice que incluya en la prohibición de ayuda, a empresas que estén asociadas a otras que tengan sede y/o bienes en guaridas fiscales.

3) Heller acepta y le manda un whatsapp a Luis Pastori, diputado radical, referente principal en asuntos financieros del bloque.

4) Pastori no lo lee porque está en otra llamada.

5) Heller lee el nuevo texto y se da cuenta de que Pastori no leyó el whatsapp.

6) Lo llama a Pastori por teléfono y se lo advierte.

7) Pastori dice que no, que no se discutió y que no lo aceptan, aunque estaban llamando ya a votar en general y en particular.

8) Lo mensajea a Mario Negri, jefe de bloque.

9) Graciela Camaño (autora en su momento de un proyecto original anti off shore, o sea que está en el tema) escucha y no vota, para que Sergio Massa le pregunte de viva voz cuál es el sentido de su voto. Anuncia que se abstiene.

10) Jorge Sarghini pronuncia un discurso de postín denunciando las desprolijidades de Massa y de Heller, y cambia su voto a abstención. A esa altura ya de 240 votos, los positivos bajaban a 131, dos por sobre el quórum.

11) Negri camina a la presidencia y le dice a Massa: mejor mandá el proyecto a comisión.

12) Massa lo manda.

13) Negri pide que se vote.

14) Va a comisión con compromiso de preferencia para la próxima sesión.

 

Nada virtual

 

¿Hubiera sido posible esta trama en el Senado? Jamás. Todo se hubiera despachado desde la presidencia con un “enter”, quitándose la palabra a quienes se quejaban y sin la posibilidad de que nadie caminase efectivamente hasta la presidencia para susurrar una solución, porque sólo habrían asistido autoridades de la cámara.

La misma presencialidad sirvió para ejecutarlo sumariamente al enamorado cristinista Ameri. Presidía el debate el larretista Álvaro González. Se le acercó Massa y le pidió el trono.

Sergio: – Dejame, que tengo que echar a un diputado.
Álvaro: – ¿Mío o tuyo?
Sergio: – Mío…

 

Negocian revisión del protocolo Cristina

 

Como señal para algún acuerdo, Cristina envió al bloque opositor algunos mensajes formales, en respuesta a su queja por presunta ilegalidad del protocolo que prorroga las sesiones remotas.

La oposición reclama: que se hagan reuniones con presidentes de bloques (Labor Parlamentaria) y se retoque el protocolo para permitir el debate sin interrupciones desde la presidencia; que se autorice la presencia de senadores en el recinto, y que se alargue el tiempo de las intervenciones.

El primer paso de acercamiento de posiciones es el diálogo de los boqueteros de los dos lados, para que haya una reunión de Labor Parlamentaria esta semana.

Si se hace, la oposición puede revisar su estrategia de judicializar la relación con el oficialismo. «Con relación al Plenario de Labor Parlamentaria -dijo en la semana Cristina, a través de su vocero ante la oposición Marcelo Fuentes- será una decisión que se deberá acordar con el resto de los Presidentes y Presidentas de los bloques parlamentarios que componen esta H. Cámara, conforme al artículo 56°, primer párrafo del Reglamento».

Una novedad que habilitó conversaciones para que, de la agenda del peronismo del jueves, salga un acuerdo entre los bloques: algo que hasta ahora no ha ocurrido porque el orden del día lo impone la presidencia de la Cámara, al llamar a sesiones «especiales».

Este mensaje más que amistoso fue acompañado por la mansedumbre que mostraron los senadores oficialistas, en la reunión de la comisión que trató «Economía del Conocimiento», donde hablaron con una suavidad poco habitual. Como si tuvieran la indicación de parar un poco la mano.

 

El que se opone no sale en la foto

 

En estas charlas más que discretas, los senadores del peronismo admiten que no es conveniente que avance el método de sacar leyes de arrebato, sin la prolijidad reglamentaria, porque eso los complica también a ellos en futuros reproches.

La oposición se enoja por esos desaires, como que ellos le envían un reclamo a Cristina y ella les responde a través de un secretario, Fuentes, al que todos estiman con un ex colega con códigos, pero que es solo una correa de trasmisión de mensajes. No abundan los senadores del peronismo que quieran este estado de guerra permanente, en particular los que terminan el año que viene su mandato, a quienes les convendría un ánimo más acuerdista para lograr su reelección, y se sienten apurados por el verticalismo al que los fuerza Cristina.

En esa lista de los renovables están Carlos Caserio (Córdoba), Dalmacio Mera (Catamarca), Juan Mario Pais (Chubut), Daniel Lovera (La Pampa). En sus diálogos con la oposición justifican a Cristina, en que tiene que defenderse y eso los arrincona a ellos. «No la ataquen tanto», piden.

Los adversarios responden que ella los encierra más cuando le hace decir a Fuentes, en esa misma nota de respuesta: «Tampoco escapó al entendimiento de la Presidencia la existencia de maniobras de todo tipo, incluidas las judiciales, tendientes a impedir la aplicación de las leyes que afectasen intereses de grupos económicos mediante medidas cautelares o declaraciones de inconstitucionalidad que afectasen la voluntad de un Poder soberano de este país».

Ese es el verdadero protocolo de tratamiento a la oposición que les aplica la vicepresidente a los opositores. ¿Para qué les va a dar la palabra, para qué les va a permitir entrar al recinto, por qué los va a sentar delante de ella, si los mueven tan perversas intenciones?

 

Escenarios venezolanos

 

Horacio Rodríguez Larreta completó el círculo de apoyos a su pelea en la Corte, para que por lo menos no le congelen la quita diaria de la coparticipación, en una reunión con gobernadores de Juntos por el Cambio el jueves. No faltó ninguno, y blindó el respaldo que había logrado el lunes, del interbloque de su coalición en el Senado.

Esta semana se tratará en el recinto el proyecto, y los legisladores de esa bancada actúan bajo protesta, por la impugnación que hacen al protocolo remoto de Cristina.

Amenazan además con presentarse en el recinto en masa, para forzar su presencia. Los protege su condición de legisladores y los fueros de detención. En el caso de que Cristina quisiera detenerlos con la policía o la seguridad del Senado, no les podría impedir que se sienten en las bancas.

Un escenario venezolano, que intenta evitar el oficialismo con el acercamiento a la oposición. Si hay paz, la señal será la convocatoria a Labor este martes.

Será la primera vez que Cristina se sentará junto a los otros jefes de bloque, a quienes atiende a través de Fuentes o de la senadora por Mendoza Anabela Fernández Sagasti. Difícil imaginarla en esas reuniones porque ella no suele reconocerle a nadie la igualdad de trato. No lo hacía cuando era presidente de la Nación. No lo ha hecho como titular del Senado. Es lo que le reprochan en la oposición, modos autoritarios que respetan la legalidad, pero la degradan.

«Si el presidente no se le anima, ¿qué puedo hacer yo?», se quejó un senador del oficialismo cuando le reclamaron, de la oposición, alguna normalidad en las relaciones.

Los lectores de Hannah Arendt buscan antídotos en sus escritos sobre el autoritarismo. La inspiradora, entre otros, de Elisa Carrió, escribió que la tiranía es la destrucción de la política, una perversión del igualitarismo, porque trata a todos los demás como igualmente insignificantes: “El tirano gobierna de acuerdo con su propia voluntad e interés. Es el gobernante que gobierna uno contra todos, y ‘todos’ los oprimidos son iguales, es decir, igualmente impotentes». En democracias no liberales o de baja densidad se dan estas perversiones de lo que puede ser una virtud. «La libertad alimenta al espíritu faccioso como el aire al fuego, pero no se puede matar la libertad para terminar con las facciones», aconsejaba James Madison. (El Federalista, X, 1787)

 

La pelea con Larreta es política, no por la plata

 

La quita que se formalizará en el Senado esta semana es una de las piezas de artillería principales del oficialismo para arrinconar a Juntos por el Cambio en la plaza fuerte de la ciudad de Buenos Aires, que le gobierna el proto candidato con más diplomas para pelear una candidatura presidencial en el 2023.

Sacarle los fondos, los fueros, los amigos, el agua y la sal, persigue demoler este fortín desde donde pelea el inventor, antes, y el sucesor, quizá mañana, de Macri. Encima, el distrito mejora en la pelea contra la peste, cuando el resto del país, gobernado en la mayoría de las provincias por el peronismo, los casos escalan hacia arriba. La resistencia contra el recorte tiene mucho más importancia política que técnica. Larreta y Macri vivieron antes sin esa plata y pueden volver a hacerlo. Igual pudieron convivir con el cristinismo entre 2007 y 2015, y le ganaron.

Lo que tienen que impedir es perder el prestigio ante sus votantes, deben demostrar que están en control de la situación. Eso significa mostrar futuro. El futuro es el producto conspicuo del político, porque sólo puede prosperar si su cliente le atribuye algún futuro. Cuando un político no está en control de la situación, se le diluye ese producto llamado futuro. Es lo que tiene que ganar el peronismo gobernante, que no puede avanzar en un milímetro hacia el electorado que no lo votó, porque transmite dudas sobre su capacidad de control del presente, condición para que pueda vender futuro. Más grave es cuando su propio electorado ve a sus dirigentes enredados o separados en tribus con agendas diferentes, y a veces contrarias.(…)

 

*Notiar, Zuletasintecho