24 junio, 2022
Las pequeñas y medianas empresas y las organizaciones no gubernamentales (ONG) aumentaron su participación en el financiamiento a través de bonos sociales, verdes y sustentables (SVS), y ya representan más de la mitad de las emisiones realizadas en los casi tres primeros años desde la puesta en marcha de este tipo de instrumentos.
Los bonos SVS respaldan proyectos sustentables, tienen la ventaja de contar con tasas de interés menores a las de las obligaciones negociables tradicionales, y comenzaron a emitirse en setiembre de 2019 cuando se colocó el primero de ellos, y al año siguiente se sumaron otros cuatro.
«En 2021 empezó el boom y se contabilizaron 16 emisiones de bonos SVS», precisó a Télam la responsable de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA), Julieta Artal, quien añadió que «en lo que va de 2022 ya hay ocho emisiones, y entre las 29 suman más de US$ 1.000 millones de financiamiento para proyectos sustentables».
Los bonos SVS son una nueva forma de financiamiento que concede a emisores, inversionistas y tenedores en general la posibilidad de formar parte del objetivo planteado por el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París de mitigar los efectos del calentamiento global; y de promover una mayor responsabilidad ambiental y social tal como lo disponen los principios del Pacto Global de la Naciones Unidas.
Los bonos sociales son aquellos cuyos fondos se aplican exclusivamente para financiar o refinanciar, en parte o en su totalidad, proyectos sociales elegibles, ya sean nuevos o existentes.
Los proyectos sociales tienen por objetivo ayudar a abordar o mitigar un determinado problema social y conseguir resultados sociales positivos en especial pero no exclusivamente para un determinado grupo de la población.
Por su parte, los bonos verdes son los que aplican los fondos a proyectos con beneficios ambientales.
En tanto que los sustentables son bonos donde los fondos se emplean en una combinación de proyectos que acumulan las características de los sociales y los verdes.
La última novedad en esta materia es el Bono Vinculado a la Sostenibilidad, cuya primera emisión se realizó este mes, por parte de Red Surcos por 20 millones de dólares.
Las características financieras de estos bonos pueden variar dependiendo de si el emisor alcanza, o no, ciertos objetivos de sostenibilidad dentro de un plazo predefinido.
«La diferencia con los SVS es que la empresa debe usar el dinero para un objetivo específico en materia de sustentabilidad como disminuir gases de efecto invernadero o alimentar sus procesos con energías renovables», explicó a Télam la responsable de Gobierno Corporativo y Sustentabilidad de BYMA, Julieta Artal.
En ese sentido, indicó que «si la empresa no logra alcanzar ese objetivo en un tiempo determinado, cambian las características financieras del bono, se encarece la tasa que pagan».
Red Surcos desarrolla, produce y comercializa insumos para el sector agrícola, principalmente fitosanitarios como herbicidas, insecticidas y funguicidas, a partir de la nanotecnología, lo cual permite obtener productos comerciales con una menor concentración de compuestos activos para obtener los mismos resultados que con los tradicionales y así, una sustancial reducción del impacto ambiental durante su aplicación.
De las 29 emisiones que se realizaron en casi tres años, nueve fueron bonos sociales, 16 verdes y cuatro sustentables; y de este total, las pymes participaron en 10 emisiones y las ONG en cinco.
El presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Adrián Cosentino, señaló a esta agencia que «existen recursos disponibles con interés en invertir en emisiones con un sentido social» y subrayó que «al mismo tiempo requieren para ello contar con la transparencia, seguridad y garantía que puede ofrecer el marco de la oferta pública de valores autorizada por la CNV».
«Recientemente se autorizó la primera emisión de obligaciones negociables pyme garantizada, efectuada por una asociación civil sin fines de lucro, cuyos fondos serán empleados al financiamiento de proyectos sustentables enfocados en género, que contribuyan a la equidad y a la disminución de la brecha socioeconómica», acotó.
Se trata de Sumatoria, una ONG que a través de los bancos Galicia y Comafi emitió dos bonos sociales por 30 millones de pesos y otros dos sustentables por 60 millones de pesos.
Lo destacable de estas emisiones es que las dos últimas fueron bonos sustentables de género, para financiar proyectos con énfasis en el empoderamiento económico femenino; la participación de mujeres en la toma de decisiones y liderazgo; y la igualdad de género en el desarrollo humano.
«Como asociación civil dedicada a las finanzas con impactos y sociales, poder financiarnos a través del mercado de capitales es muy importante porque nos da una perspectiva de mucha escala y mucha capacidad de financiación, ya que se amolda mucho a nuestros niveles de trazabilidad y de proceso«, explicó a Télam el fundador de Sumatoria, Matías Kelly.
Destacó que la emisión de bonos SVS «fundamentalmente permite destinar recursos del mercado de capitales a proyectos de economía real con impacto social y ambiental«.
«Es como un puente directo entre la capacidad del mercado de capitales con proyectos de cooperativas, de asociaciones civiles y empresas sociales que necesitan financiamiento que en general está muy limitado y no valora ese impacto social en la tasa», indicó Kelly.
Por su lado, la ejecutiva de BYMA subrayó que la emisión de bonos SVS «creció a un muy buen ritmo», y anticipó que «están en proceso tres nuevas emisiones verdes y sociales».
«Vemos una tendencia creciente de emisoras de distintas industrias. Si se compara con la emisión de ON tradicional, los beneficios de los SVS están muy relacionados con el posicionamiento, la visibilidad y el contacto con los inversores», indicó Artal, quien subrayó que «estos instrumentos tienen una gran demanda por parte de inversores».
Una de las primeras pymes en emitir fue Ewar, una empresa dedicada a la fabricación de madera tecnológica, que emitió un bono verde por 70 millones de pesos.
«Tenemos un producto que es madera biosintética que se hace a partir de plástico reciclado y cáscara de arroz. Y la idea fue hacer un primer acercamiento a este tipo de financiamiento», explicó a Télam el presidente de Ewar, Juan Pardo, quien afirmó: «Somos una empresa chica, pero con ganas de crecer y tenemos idea de hacer proyectos que multipliquen el tamaño de la empresa».
Indicó que la emisión fue «un primer paso para un crecimiento mayor, para aumentar la maquinaria, mejorar nuestro proceso productivo y la eficiencia, y aprovisionarnos de materia prima» y sostuvo que acceder a financiamiento de este tipo «ayuda a mejorar como empresa y permite dar el salto para dejar de ser una pyme».
Por su parte, Iván Buffone, socio director de la consultora Business & Sustainability, indicó a Télam que «la sustentabilidad es la oportunidad que cada vez más pymes encuentran para impulsar el negocio, en dos sentidos».
«Por un lado, a través de la incorporación a nuevas cadenas de valor, que implica llegar a mercados más exigentes, por ejemplo, donde el consumo es cada vez más consciente y regulado; y por el otro, mediante el acceso a las finanzas sostenibles, que hoy implica acceder a capital que de otra forma sería imposible», señaló Buffone.
En la misma línea, Lucas Peverelli, de la misma consultora, destacó que «las empresas se dan cuenta de que, a partir de la realidad climática y social y la oportunidad en el mercado de capitales, nunca fue tan necesario, ni tan práctico, impulsar negocios de triple impacto».