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5 octubre, 2025

Boca de fiesta: goleó a Newell’s y pasó de noveno a primero en el Grupo A

El Xeneize arrancó ganando desde el vestuario con un gol de Milton Giménez, que rápido también marcó el segundo.

Llegaron bajo nubes negras, con su equipo afuera de los playoffs del Torneo Clausura y de la clasificación a la Libertadores 2026. Terminaron bailando bajo la lluvia, celebrando el liderazgo de la Zona A y la posición en la tabla general, que le permite soñar con volver a disputar la Copa que obsesiona a orillas del Riachuelo. De ilusiones breves vive Boca porque el fútbol son “momentos”, diría Miguel Angel Russo, el técnico ausente, de licencia médica. Entonces, los noventa minutos frente a Newell’s entregan argumentos para pelear por un título que es una obligación. A fin de cuentas, es la única competencia que tiene por delante.

Boca volvió a mostrar un gran nivel en el primer tiempo, al igual que hace dos semanas, cuando en esta misma cancha superó a Central Córdoba. El resultado no se pudo sostener y los santiagueños lo empataron. Fue diferente ante Newell’s, claro. También, los modos y las maneras -una vez más, a decir de Miguel-, porque en esta ocasión, el equipo que condujo Claudio Ubeda fue más dinámico, profundo y agresivo. Y no necesitó tanto de Leandro Paredes.

Hizo la diferencia por las bandas. Especialmente, por la derecha, donde Juan Barinaga fue punzante y participó en los primeros dos goles de Milton Giménez, la gran figura. El rosarino enganchó hacia adentro y dejó claro que su mejor perfil será el diestro pero puede ejecutar notables centros con el pie izquierdo. Y de un envío del lateral llegó el cabezazo del Tanque de Grand Bourg, que le ganó en el cielo del área al colombiano Jherson Mosquera y venció la resistencia de Juan Espínola.

Boca se reencontró con su gente con un esquema que ya empieza a ser una fija, el 4-4-2 con Brian Aguirre y Alan Velasco por afuera, pero sobre todo con los laterales lanzados. Por adentro arman Paredes y Rodrigo Battaglia. Y adelante, funciona el doble “9” que lo obliga a Miguel Merentiel a salir un poquito más del área, muy a pesar suyo. Esta vez, todo encajó a la perfección. Hubo posesión (72% al cabo del primer tiempo), circulación, pases con sentido y el equipo fue más directo.

El segundo grito de la noche no tardó en llegar. Nuevamente, Barinaga tuvo protagonismo por la derecha. Jugó largo para Giménez, el “9” metió el pase adentro para Merentiel, el uruguayo sacudió, Espínola arañó, la pelota pegó en el palo y el propio Milton aprovechó el rebote para definir a su antojo.

Newell’s ya estaba rajado y se terminó de romper. Fabbiani llegó a la Bombonera con un plan y se le desbarató en un abrir y cerrar de ojos. Armó una línea de cinco en el fondo, desplegó cuatro volantes y dejó el ataque librado a la suerte de Carlos González. Su equipo siempre corrió de atrás, perdió de arriba y de abajo y cuando recuperó, la soltó muy rápido. Recién en el final del primer tiempo comprometió a Agustín Marchesín con algún arrebato del atacante paraguayo.

A esa altura, Boca ya había configurado una goleada. Ayrton Costa empezó y terminó la jugada. Primero, desbordando por la izquierda ante la fragilidad de Mosquera, que marcó al revés. Rebotaron para Velasco, que remató de media distancia, tapó Espínola, y también dos veces ante Giménez, pero en el tercer rebote, Costa cabeceó al 3 a 0.

Fabbiani metió tres cambios para arrancar el segundo tiempo. Desarmó la línea de cinco con la salida de Fabián Noguera, sacó a los dos jóvenes volantes centrales, Luca Regiardo (18 años) y Giovani Chiverano (20), retrasó a Banega y agregó un delantero, Darío Benedetto, nada menos. Sin embargo, Boca no le dio respiro.

Y en el arranque del complemento, le clavó otro puñal en el orgullo con el gol de Aguirre. Velasco habilitó a Giménez, el “9” desparramó a Espínola y tocó atrás para Blanco, llegó el centro del rosarino y el chico de la cantera rojinegra firmó la Ley del Ex.

Quedaba otro gol, claro. Una bomba de zurda de Blanco, ex jugador de Rosario Central, que además tiene tatuado el escudo canalla en el brazo. La pelota se filtró entre las piernas de Espínola.

Con el quinto impacto, llegaron los cambios de Ubeda que buscaron refrescar piernas y brindar oportunidades. Para Williams Alarcón, Exequiel Zeballos y Ander Herrera. Newell’s discutió un poquito más la tenencia, pero nunca preocupó a Marchesín.

Boca, en cambio, pudo hacer algún gol más. Lo perdieron Herrera y Battaglia ante Espínola, que mostró reflejos y vergüenza. Desde 1995 que no ganaba 5 a 0 en la Bombonera. Fue ante Independiente con un hat-trick de Walter Pico, un gol de Manteca Martínez y otro de Carlos Mac Allister. Hoy lo logró, tres décadas después, justo cuando más lo necesitaba.

*CC