8 agosto, 2025
La enfermedad tiene muchas causas, algunas más tratables que otras. Cómo impacta en las personas mayores.
“Me cansaba, me faltaba el aire, tenía una especie de malestar”, confesó Gary Sergott, un jubilado estadounidense que fue entrevistado por The New York Times. Sergott y que sufre de anemia casi crónica. En su caso particular, una enfermedad hereditaria le provocaba hemorragias nasales diarias y le agotaba la hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que reparte oxígeno por todo el cuerpo.
Como a muchas personas mayores que contraen este cuadro, a Sergott se le recetó el consumo de tabletas todos los días. Esta indicación le resultó difícil tolerar al mantener un régimen diario de cuatro a seis comprimidos. Algunos pacientes que toman hierro se quejan de estreñimiento grave, calambres estomacales y sentir “náuseas todo el tiempo”.
“Los síntomas de la anemia como cansancio, dolores de cabeza, calambres en las piernas, frío, disminución de la capacidad para hacer ejercicio, niebla cerebral, suelen relacionarse con el propio envejecimiento”, observó William Ershler, hematólogo e investigador. En la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de EE. UU. se estimó que la anemia afecta al 12,5 por ciento de las personas mayores de 60 años.
Michael Auerbach, hematólogo, oncólogo y codirector del Centro de Cáncer y Trastornos Sanguíneos de Baltimore, recomendó a este paciente recibir hierro por vía intravenosa en vez de oral. Sergott, de 78 años, recibe una infusión de una hora de duración cuando sus niveles de hemoglobina y otros marcadores indican que la necesita, normalmente tres veces al año. “Es como llenar el depósito de gasolina”, afirmó y concluyó: “Me siento muy bien”.
“Si bien en Estados Unidos los comprimidos de hierro, de venta libre, son baratos. El hierro intravenoso, cada vez más recetado, puede costar entre 350 y 2400 dólares por infusión, según cómo esté hecha la fórmula”, explicó Auerbach y detalló: “A algunos pacientes les basta con una sola dosis, mientras que otros necesitarán un tratamiento regular”.
La anemia tiene muchas causas, algunas más tratables que otras. Según los especialistas norteamericanos, un tercio de los casos se debe a una carencia nutricional, normalmente falta de hierro, pero a veces de vitamina B12 o folato (llamado ácido fólico en su forma sintética). La Organización Mundial de la Salud define como normales 13 gramos de hemoglobina por decilitro para los hombres y 12 para las mujeres no embarazadas.
También puede ser consecuencia de la pérdida de sangre por úlceras, pólipos, diabetes y otras causas de hemorragia interna. En otros casos, la anemia se debe a afecciones crónicas como enfermedades cardiacas, insuficiencia renal, trastornos de la médula ósea o enfermedades inflamatorias intestinales, pero a estas personas no les falta hierro, sino que no son capaces de procesarlo para fabricar glóbulos rojos.
La Sociedad Americana de Hematología nombró un comité sobre el diagnóstico y el tratamiento de la ferropenia, o deficiencia de hierro, y tiene previsto publicar nuevas directrices el año que viene cómo guía mundial en el tratamiento de la anemia.
*N/PC