3 octubre, 2021
Argentina, un país con más de 40 millones de habitantes, contó con un 12% de personas veganas o vegetarianas en 2020. Esto marca un aumento del 3% el año de pandemia respecto al año anterior.
Casi 5 millones de argentinos mayores de 18 años son actualmente vegetarianos o veganos, según una encuesta difundida por el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires, que advirtió que ese tipo de dietas “debe estar planificada para evitar el déficit de nutrientes que se generan al dejar de consumir alimentos de origen animal”.
En el Día Mundial del Vegetarianismo, celebrado este 1 de octubre, la entidad convocó a la sensibilización y acompañamiento profesional en la transición y adopción de nuevos hábitos alimenticios de quienes se inician en este estilo de vida.
La historia del vegetarianismo y sus variantes (veganismo, semivegetarianismo, etc.), como concepto y práctica comienza en la antigua India, especialmente entre los jainas y en particular en el norte y oeste. Tiempo después aparece en las antiguas civilizaciones griegas en el sur de Italia y Grecia. En ambos casos, la dieta estaba estrechamente relacionada con la idea de la no violencia hacia los animales (llamada ahimsa en India) y fue promovida por grupos religiosos y filósofos.
Después de la cristianización del Imperio Romano en la antigüedad tardía (siglos IV-VI), el vegetarianismo casi desapareció de Europa. Varias órdenes de monjes en la Europa medieval restringieron o prohibieron el consumo de carne por razones ascéticas, pero ninguno de ellos se abstuvo del consumo de pescado, por lo que estos monjes no eran vegetarianos, sino pescetarianos.
El vegetarianismo resurgió en Europa durante el Renacimiento y se convirtió en una práctica más generalizada durante los siglos XIX y XX. En 1847 nace la primera sociedad vegetariana en el Reino Unido, y pronto nacerían otras en Alemania, Países Bajos y otros países. En 1906 surge la Unión Vegetariana Internacional como unión de todas las sociedades nacionales. En la actualidad, el porcentaje de vegetarianos en Occidente varía entre 0,5% y 4%, según la región y la fuente
En la historia de la humanidad hubo vegetarianos y veganos famosos que contribuyeron con la teoría de la alimentación no carnívora. Entre ellos destacan Charles Richet, Leonardo Da Vinci, Pitágoras, Thomas Edison, Porfirio, León Tolstói, Cervantes, Bernard Shaw, Nikola Tesla, Albert Einstein, Frank Kafka, Mahatma Gandhi, y más contemporaneamente personajes famosos como Steve Jobs, Paul McCartney, Brad Pitt, Bryan Adams, y Bil Clinton entre otros. “La no-violencia conduce a la ética más elevada, que es la meta de toda evolución. Hasta que dejemos de dañar a otros seres vivos, seremos todavía salvajes”, decía Edison.
El comunicado señala que “ya sea por razona morales, filosóficas, ambientales y/o de salud, este año que pasó, miles de argentinos y argentinas optaron por un cambio en su estilo de vida que, entre otras cuestiones, implica dejar de consumir carne para centrarse en ingerir frutas y vegetales en su dieta”.
“Es así que, si bien hay diferentes patrones alimentarios dentro del mundo ‘veggie’, una gran parte de las personas comienza la transición dejando de consumir carnes. Esto en un país como Argentina, donde se consumen 53,7kg de carne por habitante por año, representa un gran perjuicio sobre aquellas personas que se están iniciando”, advirtieron los nutricionistas bonaerenses.
“Una alimentación vegetariana o vegana, debe estar planificada para evitar déficit de nutrientes que se generan al dejar de consumir alimentos de origen animal, como las carnes, huevos, lácteos y derivados”, sostuvo Micaela Esandi, licenciada en Nutrición (MP 5265) y referente del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
“Es primordial no descuidar los nutrientes críticos en estos patrones como son la vitamina B12, las proteínas, el hierro, el calcio y el zinc”, agregó.
“Hoy sabemos que existen muchos alimentos de origen vegetal con los que se puede cubrir fácilmente los requerimientos de estos nutrientes sin la necesidad de consumir grandes volúmenes de comida o muchos suplementos”, concluyó Esandi quien, sin embargo, destacó el caso de la vitamina B12, que necesita la suplementación de forma obligatoria, ya que no existe otra forma de obtención de la misma, ni de fuente vegetal ni de origen endógeno, es decir, dentro de nuestro organismo.
En ese sentido, su colega Lucía Perez (MP 1507) agregó que “la suplementación con vitamina B12 es específica para cada persona ya que la dosis dependerá de las características previas, de la capacidad propia de absorber el nutriente y su evolución”.
“Aquellas personas que inician su transición al vegetarianismo o veganismo es importante consultar a nutricionistas y evitar que la fuente de información sean las redes sociales sin evidencia científica”, remarcó.
Los beneficios de no consumir carne, la dieta vegetariana o vegana, según sea la decisión, tiene una infinidad de beneficios para la salud. Según expertos este tipo de consumos permite:
Mas saciados durante más tiempo
Una dieta vegetariana es más saciante y satisfactoria que una carnívora, ya que tiene mucha más fibra y es mucho más nutritiva. La gran cantidad de fibra que hay en las legumbres, los cereales integrales y la fruta y verdura (alimentos típicos de una dieta vegetariana equilibrada) hace que nos sentimos llenos durante más tiempo y no tengamos el deseo de picotear snacks poco saludables entre horas.
Menos enfermedades
Una dieta vegetariana equilibrada es rica en fibra, fitonutrientes, antioxidantes, flavonoides y carotenoides y es naturalmente baja en grasas saturadas y colesterol. Todo esto hace que las personas vegetarianas en general tengan un riesgo menor de padecer enfermedades del corazón, enfermedades coronarias, hipertensión, obesidad, diabetes tipo 2 y cánceres relacionados con la dieta.
Menos colesterol
Como el colesterol sólo proviene de alimentos de origen animal, las dietas veganas no contienen colesterol. El colesterol es un componente esencial de cada célula humana pero las buenas noticias son que el cuerpo puede producir todo el colesterol que necesita a partir de alimentos veganos. En general, los niveles de colesterol «malo» de los vegetarianos son más bajos que los de las personas que comen carne.
Menos riesgo de obesidad
Los vegetarianos, especialmente las personas que siguen una dieta vegana, suelen ser mucho más conscientes en sus opciones alimentarias que las personas que comen carne y, en general, suelen elegir alimentos más saludables y tienden a ejercer más disciplina a la hora de comer . Estos dos factores influyen directamente a que las personas vegetarianas tengan un riesgo muy reducido de padecer obesidad.
Menos riesgo de tener diabetes
Las personas no vegetarianas suelen experimentar niveles altos de azúcar en la sangre, a veces muy elevados, justo después del consumo de azúcar. Una dieta vegetariana equilibrada es muy rica en fibra y eso hace que haya un flujo constante de azúcar en sangre en vez de picos. Este factor reduce el riesgo de padecer diabetes del tipo 2 y puede mejorar el control del azúcar en la sangre en caso de tenerlo.
Menos toxicidad
Una dieta vegetariana, sobre todo si también es rica en alimentos ecológicos, es más pura y tiene mucha menos toxicidad. Las bacterias, los parásitos y las toxinas químicas son más frecuentes en la carne y el marisco en comparación con productos vegetarianos (especialmente frutas y verduras orgánicas). Como norma general, las personas vegetarianas también suelen comer menos alimentos procesados y tienen una alimentación sostenible.
Finalmente para aquellos que buscan reducir su huella ecológica planetaria, un dato a destacar en la elección del vegetarianismo o veganismos es que hay indicadores de sostenibilidad muy positivos que invitan a una alimentación consciente. Un nuevo estudio desarrollado en Estados Unidos por ejemplo, en la Universidad de New Hampshire (Estados unidos) concluye que la dieta vegetariana reduce el impacto ambiental entre un 42% y un 84% si se compara con una dieta saludable estilo estadounidense o una dieta estilo mediterránea.
Este estudio sigue, en cierto modo, la línea del desarrollado conjuntamente por la Universidad de Luund (Suecia) y la Universidad de Columbia Británica (Canadá), en el que se concluía que la dieta vegetariana era uno de los factores clave para poder reducir los gases de efecto invernadero. Por lo tanto, el nuevo estudio se suma a otros que evidencian y respaldan la afirmación de que una dieta basada en alimentos vegetales podría mejorar significativamente la salud ambiental del planeta.