16 mayo, 2023
Luego de 17 años, se reactivó la operación que lleva petróleo desde Vaca Muerta al país vecino.
YPF reanuda las exportaciones de gas a Chile a través del Oleoducto Trasandino
La secretaria de Energía, Flavia Royón, participó del acto de reactivación del Oleoducto Trasandino (Otasa), que se pondrá en marcha luego de 17 años sin actividad y aseguró que es una demostración del “valor de Vaca Muerta como motor del crecimiento argentino».
La petrolera estatal YPF comenzó esta semana a realizar los primeros bombeos de crudo desde su planta de Puesto Hernández en Neuquén. Estos movimientos forman parte del proceso de puesta a punto del ducto que atraviesa la Cordillera de los Andes, que se extenderá por un período de 45 días.
El Oleoducto Trasandino cuenta con una extensión de 427 kilómetros que permitirá transportar petróleo desde Vaca Muerta hacia el país limítrofe. Los trabajos para rehabilitar el Oleoducto Trasandino incluyeron el mantenimiento sobre las plantas de bombeo de Puesto Hernández, Pampa de Tril y La Primavera y una exhaustiva verificación del estado de la integridad de la cañería, cuya operación fue discontinuada en 2006.
Al respecto, la secretaria de Energía expresó: “Es una obra estratégica y una muestra más del sendero que se está recorriendo en el desarrollo de Vaca Muerta: contar no solo con mucho más que gas para los argentinos, sino también tener más gas para exportación”.
Según indicó Royón, en esta primera etapa la vigencia del contrato es de 45 días y prevé la venta de 41.000 barriles por día, una cifra equivalente a entre 2.000.000 y 2.500.000 de dólares diarios.
En este sentido, añadió: “En este proceso de desarrollo ahora tenemos casi 365 días de exportaciones de gas ininterrumpidas a Chile y también exportaciones de crudo. Las refinerías argentinas están abastecidas a pleno y esto permite exportar crudo y para eso, además del Oleoducto Trasandino, hay una inversión privada ya comprometida en diferentes oleoductos para aumentar la capacidad de transporte y poder generar divisas en el sector energético”.
Asimismo, la funcionaria aseguró que “este es el camino que va a recorrer el sector energético, que va a contribuir a la generación de divisas para nuestro país, tal como lo planteó el ministro Sergio Massa, y en particular Vaca Muerta, donde todos los meses se baten récords de producción, tanto en gas como en petróleo”.
La pregunta que a estas alturas el vecino común se hace es ¿por qué el país compra gas importado si posee Vaca Muerta, donde se encuentra una de las reservas de gas más importantes del mundo? La respuesta está en el foco que pusieron las distintas administraciones al desarrollo del gas local.
«Hay seis veces más reservas en Vaca Muerta que todo el gas que se necesita en los próximos 20 años», dijo un alto CEO petrolero en una contundente disertación. Ese dato está corroborado por decenas de expertos, empresas internacionales y consultoras de energía.
Pero la mayor parte del gas que está en Vaca Muerta no tiene cómo ser evacuado. Es decir que, una vez que se consigue, las productoras no tienen como circularlo hacia el resto del país o al mundo. Es una suerte de cuello de botella. De allí el valor de los nuevos gasoductos en marcha.
Los proyectos energéticos suelen tener rendimientos a mediano y largo plazo. Pero los gobiernos locales tienden a mirar los resultados muy inmediatos. Y eso genera consecuencias.
El Ministerio de Economía le paga a las empresas nacionales por el Plan Gas la diferencia entre el precio establecido en las licitaciones, US$3,5 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), en promedio, y el valor que pagan los usuarios residenciales sin subsidios en las tarifas, US$1,8 el millón de BTU.
En cambio, cuando lo importa, pagó el doble (promedio de US$ 8 en 2021). Desde que arrancó 2022, está a más de US$ 20. Y desde el conflicto ucraniano, no baja de los US$ 50.
Argentina consume un 84% de gas de producción nacional y un 16% importado. De la cuota que viene del extranjero, casi el 60% es de GNL. En invierno, el gas extranjero representa un 27% del consumo. Desde mayo hasta agosto, el país compra energía importada.
El kirchnerismo, en las gestiones de Cristina Fernández de Kirchner, fue impulsor de la compra de gas extranjero en cantidades récord, alcanzando los 51 mil millones de dólares.
La administración de Mauricio Macri puso estímulos a la producción de gas nacional, reconociéndole un precio mayor al internacional, pero durante el último año de mandato hubo modificaciones en esos “premios” al gas de Vaca Muerta, alterando ese programa por considerarlo demasiado «benévolo» para las empresas.