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22 marzo, 2024

LA RECETA LIBERTARIA QUE SE LANZÓ ESTA SEMANA PONE EN JAQUE EL PRINCIPAL DERECHO CONSTITUCIONAL, QUE ES LA PROMOCIÓN DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y GRATUITA

Vouchers Educativos, una no tan buena idea de primer mundo casi inaplicable en Argentina

Por Trivia Demir- El Ministerio de Capital Humano, a través de la Secretaría de Educación, ha lanzado el Programa de Asistencia “Vouchers Educativos” dirigido a familias que inscriben a sus hijos en instituciones educativas privadas. Pero en qué consiste este sistema que Milei viene promoviendo desde su campaña y que no posee benos registros en el mundo.

Las recetas de empresarios o teóricos de los negocios aplicados a lo público en general han hecho desastres difíciles de subsanar, sobre todo cuando el ‘daño’ se instala en el órgano más subjetivo y cital de un país como es la formación y el conocimiento de sus futuros habitantes. De allí que los ‘experimentos’ del nuevo gobierno con una evidente desfinanciación del sistema público educativa a favor de escasos sistemas privados que existen en el país ha tomado por sorpresa a una parte de la sociedad, mientras otra ya resiste de manera efectiva los nuevos modelos.

Bajo un discurso de combate político de escurrimiento de fondos y de mejora de eficiencia educativa, el gobierno libertario propone un sistema privatizador sin las condiciones mínimas de exito o mejoras. De hecho, desde el arranque el programa de Vouchers deja zonas grieses y expone serias dificultades para su aplicación.

 

Un lanzamiento y muchas dudas

El programa lanzado por estos días por el gobierno de Javier Milei destinado a ayudar a familias que envían a sus hijos a establecimientos educativos de los niveles inicial, primario y secundario en instituciones privadas, en la práctica, muestran condicionantes que se dan de cara con la realidad de un país con escenarios educativos y socioeconómicos muy diferentes a los apuntados por la subvención pública.

Condicionante 1: que el valor de la cuota de la institución no supere los $54 mil

Este programa ofrece una subvención del 75% o más para aquellos cuyas cuotas escolares no superen los $54.396. El problema es que tras los últimos aumentos, las cuotas de instituciones privadas oscilan entre los 50 mil y 300 mil pesos, por lo cuál dificilmente el programa podrá ayudar en muchos de los casos, de acuerdo a los informes de montos y aumentos evidenciados por Diferentes cámaras y entidades que nuclean instituciones educativas de gestión privada de todo el país.

Concretamente con la idea de los Vouchers, los beneficiarios recibirán el 50% del arancel de jornada simple, con un tope de $27.198 por hijo, durante los meses de mayo, junio y julio. El tema es que la mayoría de las cuotas ya supera el tope que ponen de condición.

Condicionante 2: que existan instituciones privadas donde se pretanda estudiar

Según datos preliminares teóricos de la Secretaría de Educación, «cerca de 2 millones de estudiantes podrían beneficiarse de este programa en más de 6 mil escuelas en todo el país». Pero la realidad es que en la gran mayoría de las provincias, la base de la educación es pública y es ahí donde se necesitan inversiones y avales.

De hecho, la ruralidad, las escuelas de frontera y las localidades más alejadas con menores ingresos y capacidad para financiar la formación de las nuevas generaciones, no cuentan con instituciones privadas ni cerca de sus pueblos. Mientras que en otro inmenso porcentaje de localidades, la escasa catidad de escuelas privadas no llega a contener ni un mínimo de la matrícula de esos lugares. Este es uno de los temas clave que atentan contra un sistema de vouchers pensado desde CABA y en algunos casos extendible a las grandes ciudades, pero inaplicable para la mayoría de los estudiantes del país. (Ver https://mapa.educacion.gob.ar/mapa-interactivo )

En 2019, se registraron más de 13 millones de alumnos y alumnas, al contabilizar todas las modalidades educativas y todos los niveles de enseñanza (con excepción del sistema universitario). Y tal lo planteado en el condicionado sistema de Vouchers, apuntaría a un porcentaje menor de este universo de alumnos. De hecho, la matrícula privada retrocedió entre 2019 y 2021 un 4% en el país, y pasó de 3.302.578 a 3.172.511 estudiantes. Por lo cuál el gobierno nacional encara la política educativa pensando en soluciones para menos del 30% de sus alumnos.

Condicionante 3: contar con ingresos familiares menores a $202 mil

El otro requisito, además del tope de cuota, y la existencia de instituciones privadas es que para ser elegible, los padres deben tener un ingreso familiar menor a 7 veces el Salario Mínimo Vital y Móvil, que a la fecha es de $202,800, según lo establecido por el Consejo del Salario

La lógica aquí también dicta que difícilmente personas con ingresos de $100 mil estén en condiciones de enviar a sus hijos a escuelas privadas con la exigua ayuda de $27 mil por hijo, afrntando cuotas que superan los $50 mil, además de lo que implica desembolsos importantes por uniformes, transporte, costos de materias extraprogramáticas, entre otras cosas.

Condicionante 4: contar con trabajo registrado, lo que dejaría afuera a los informales o cuentapropistas

La otra cuestión es que no se detalla si en esa condición de salarios por debajo de los $200 mil cuentan trabajos informales, porque en la Argentina, casi la mitad de las personas ocupadas poseen empleos informales, según datos del INDEC. Casi 7 de cada 10 empleos generados desde la pandemia no cumplen con las condiciones de formalidad.

Hay un 27,3% de trabajadores que cobram un salario, pero no cuenta con beneficios de aportes (lo que se denomina un sueldo no registrado o “en negro”) y un 22,2% de personas económicamente activas trabaja por cuenta propia.

Finalmente quienes puedan acceder a este programa superando los cuatro condicionantes centrales,  deberán completar un formulario en línea del 3 al 30 de abril, proporcionando su CBU y detalles del establecimiento educativo a través de la página https://www.argentina.gob.ar/noticias/vouchers-educativos-para-la-clase-media(sic).

¿Funciona el sistema de vouchers educativos que quiere imponer Milei?: el caso de Suecia que habla por sí mismo

Desde su campaña electoral Javier Milei viene proponiendo recetas que pregona como novedosas  y de las cuáles el común de la gente desconoce, pero que en han tenido en la mayoría de los casos dudoso éxito aplicadas a la práctica.

Este es el caso del sistema de vouchers educativos promocionado durante los años 60 por Milton Friedman como una alternativa liberal que favoreciera la elección voluntaria de cada padre sobre la educación de sus hijos. Con el tiempo, distintos países adoptaron diferentes variantes de este sistema con resultados disímiles.

Puntualmente el caso de Suecia es notable por lo traumático del proceso y donde el formato escogido consistió en un voucher educativo similar al argentino que «acompaña» al alumno otorgándole a éste un monto fijo en lugar de financiar a las escuelas mediante un presupuesto preestablecido.

La primera diferencia fue que en Suecia el dinero se destinó directamente a la institución y no a la familia como está haciendo Milei. Y la segunda gran diferencia fue que en Suecia el voucher podía ser utilizado tanto en centros educativos estatales —donde todos los niños tienen su lugar asegurado— como en escuelas privadas, a diferencia del sistema criollo donde sólo se subvencionan por ahora a establecimientos pivados. No había en el país del norte condicionantes de ingresos familiares ni trabajo registrado ni otros como en nuestro caso.

Las condiciones para estas instituciones fueron entre otras, que no pueden cobrar una cuota extra a las familias, ni rechazar postulantes bajo ningún concepto, los cuales ingresan por orden de solicitud. Tras la reforma que introdujo el sistema de libre elección en 1992 en Suecia, las escuelas de gestión privada experimentaron un rápido crecimiento, pasando del 4% del total de la matrícula en el año 2000 al 16% actual.

Previamente, el sistema educativo era centralizado y monopolizado desde la órbita estatal. Los resultados obtenidos en los exámenes internacionales se situaban bien por encima del promedio de la OCDE en las asignaturas más fuertes, y similar al promedio de la OCDE en el peor de los casos.

A principios de los años 90 Suecia sufriría una fuerte crisis económica que resolvió a través de un giro hacia políticas orientadas al mercado y a la privatización de los servicios públicos. El cambio de modelo educativo fue, en consecuencia, una cuestión más ideológica que de necesidad, ya que cobró mayor fuerza la idea de que las instituciones públicas resultaban ineficientes por definición —entendiendo que en manos de privados serían más racionales y eficientes—, y el gasto de recursos se comenzó a cuestionar con mayor ímpetu. (https://economia.wiki/paises/funciona-el-sistema-de-vouchers-educativos-en-suecia/)

Sin embargo los resultados fueron calamitosos, los exámenes PISA, una muestra global del conocimiento de los alumnos de 15 años, fueron un duro golpe para el país. Suecia sufrió el más brusco descenso en sus calificaciones entre todos los países evaluados entre los años 2003 al 2012. En la década siguiente se sumaron controversias como la segregación que incentivó el sistema, la privatización educativa a manos de mega empresas, y la falta de reinversión de instituciones que prefirieron apostar sus dividendos a la Bolsa en lugar de reinvertirlos en mejoras educativas, entre otras objeciones que muestra la experiencia sueca.

Además de Suecia, otros países más cercanos y de realidades parecidas, como Chile se han pronunciado por los demoledores efectos de la privatización educativa

 

El debate nacional reflejó la preocupación de toda la sociedad al encontrarse que un cuarto de los estudiantes no obtenía el mínimo esperado en las pruebas de matemáticas, la cantidad de alumnos sobresalientes se redujo a la mitad y las calificaciones empeoraban en todos los ámbitos analizados. Lo más llamativo era que este declive se evidenciaba al mismo tiempo que las mediciones nacionales mostraban un alza en las calificaciones, una contradicción absoluta no solo respecto a los exámenes PISA, sino también respecto a otras pruebas globales como las TIMMS y PIRLS2. ¿Qué podía estar ocurriendo?

Uno de los principales inconvenientes es que la responsabilidad migró del Estado hacia los padres: ellos son ahora los responsables de juzgar si la educación recibida es de buena o mala calidad sin que tengan en todos los casos las herramientas necesarias para hacerlo. No hay castigos ni intervenciones para las escuelas, sino que se «supone» que el mercado la castigará, y la evidencia expuso que esto no ocurre.

Otra dificultad que se encontró es el método de evaluación: las escuelas favorecen exámenes con preguntas abiertas que permiten un alto grado de subjetividad en la calificación, y en muchos casos los docentes son presionados por los directivos para otorgar buenas calificaciones aun cuando no correspondieran, con el fin de incentivar a los padres a que continúen enviando a sus hijos a esa institución, que en el fondo es un buen negocio subvencionado.

Y posiblemente el tema más preocupante es que el sistema de vouchers educativos, contribuyó al aumento de la segregación escolar. En Suecia hubo un leve aumento de la segregación que siguió el patrón de privatización de las escuelas, tal como se puede ver reflejado en un reporte de la OCDE y otro de UNICEF. A través de la introducción de la libre elección, la sociedad tuvo una tendencia mayor a la división de acuerdo a su condición social. El índice de inclusión académica cayó más que en el resto de los países miembros de la OCDE en el período comprendido entre 2003 y 2012. Si bien se mantiene en valores positivos, esto se debe a que el sistema era totalmente inclusivo previo a la reforma, luego de la cual ha ido sufriendo una caída paulatina directamente relacionada al crecimiento de la privatización de la educación. Lo llamativo es que este aumento de la segregación ocurre en todos los vecindarios, independientemente del nivel socioeconómico del mismo. Es decir, la segregación se profundizó en toda la sociedad, sin importar las medidas que se tomen para mitigar su efecto, producto de la ‘cosificación’ del conocimiento y asimetrías educativas.

 

A la par, la educación se ha encarecido significativamente para el Estado desde la introducción de los vouchers escolares. Suecia se equipara con Luzemburgo, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos en el costo de la educación, sin obtener los mejores resultados en las pruebas PISA. Suecia es ahora el país con el cuarto mayor costo por estudiante de los países miembros de la OCDE.

A pesar de un alto y creciente nivel de gasto en educación en Suecia durante las últimas dos décadas, no ha habido un aumento paralelo en los resultados académicos, con lo que se evidencia un mayor costo para el Estado y la población y absoluta menor eficiencia educativa.

Tal ha sido el golpazo de quienes lo han experimentado que el sistema de vouchers educativos en Suecia está siendo sometido desde 2023 a una revisión crítica sin precedentes por la ministra de educación, Lotta Edholm que lo calificó el modelo directamente como un “fallo del sistema” por el efecto negativo en la formación de generaciones y la ruptura de la equidad social.

Una receta que a todas luces en Argentina no promete ser diferente ni mejor, más allá de las buenas intenciones y las iluminadas capacidades de los teóricos innovadores que las ejecuten en tierra gaucha.

En fin, como decía Derek Bok «Si cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia»

Habrá que ver…