1 julio, 2020
SEGÚN EL CENTRO PARA EL CONTROL Y LA PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES
Tras más de cuatro meses de pandemia de coronavirus que ha confinado al mundo entero y ha provocado ya la muerte de 432.000 personas en todo el planeta (más de 1300 en Argentina), el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por las siglas en inglés) de Estados Unidos ha publicado un exhaustivo informe sobre cómo se transmite el covid-19, basándose en la evidencia científica emergente de la propia experiencia.
Así, establece como principal causa de propagación el contacto estrecho de persona a persona a una distancia inferior a dos metros y señala que sí es cierto que los asintomáticos pueden transmitirlo sin conocimiento de ello.
También son clave para la difusión las gotas respiratorias producidas cuando una persona infectada tose, estornuda o incluso habla. Estas gotas pueden caer en la boca o la nariz de las personas que están cerca o posiblemente se inhalen en los pulmones.
Por ello, implica bajo riesgo estar cerca de alguien (a una distancia de dos metros) si el tiempo de exposición es menor a 45 minutos.
También hay bajo riesgo si el contacto es cara a cara, con mascarilla, y por un periodo de tiempo muy corto, como de unos cuatro minutos. Si simplemente alguien camina junto a vos por la calle, pasa corriendo o en bicicleta, el riesgo continúa siendo bajo.
La carga vírica de una simple tos de un paciente que tiene coronavirus es tan alta (200 millones de partículas víricas por minuto) que puede hacer que el virus permanezca suspendido en el aire durante horas si el entorno tiene poca ventilación.
El riesgo disminuye cuando se trata de una conversación, en la que la carga vírica se sitúa en 200 partículas por minuto, y baja drásticamente a solo 20 partículas por minuto si se trata de la respiración.
Este dato es importante, porque para que comience un proceso infeccioso en el cuerpo humano, hacen falta unas 1.000 partículas virales.
Aunque es posible que una persona pueda contraer el virus al tocar una superficie u objeto y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos, no se cree que esta sea la forma principal en que se propaga.
El CDC establece como muy bajo el riesgo de transmisión a través de objetos, al igual que al hacer actividades al aire libre. No obstante, el peligro se eleva a ‘muy alto’ si se trata de reuniones en espacios cerrados, como oficinas, lugares para servicios religiosos, restaurantes, centros comerciales, cines o teatros.
En los espacios interiores, el riesgo sube a ‘alto’, como por ejemplo en la compra, aunque se puede reducir a ‘bajo’ si se trata de limitar el tiempo de exposición y si se siguen las medidas de higiene recomendadas por Sanidad.
En los restaurantes y bares, el riesgo también es elevado, aunque se puede reducir a ‘medio’ al sentarse al aire libre y con una distancia de seguridad adecuada. Sin embargo, en estos mismos locales, a la hora de usar el baño público, el riesgo vuelve a ser alto.
Se demuestra que la propagación se está dando de forma fácil y sostenida entre personas, pero no tan eficientemente como el sarampión
Otros lugares críticos en cuanto a peligrosidad de contagio son los lugares de trabajo y escuelas, que además suman el riesgo de crear fómites, es decir, objetos inanimados que si se contaminan con algún patógeno viable, tal como bacterias, virus, hongos o parásitos, son capaces de transferir dicho patógeno de un individuo a otro.
En la celebración de reuniones de negocios y conferencias, el riesgo pasa a ser muy alto, incluso al mismo nivel que en fiestas, bodas, conciertos o cines.
Científicos alertan de que 20 niños en clase generan contacto con 800 personas en 2 días por ejemplo. El estudio ha analizado el número de relaciones sin mascarillas y sin distanciamiento previsto en Educación Infantil y de los cuatro primeros cursos de Primaria según los datos de Celaá
En la transmisión de los animales, la incidencia de propagación se considera baja, aunque desde el CDC señalan que sí se conoce un muy reducido número de mascotas que se han visto afectadas por todo el mundo, incluidos perros y gatos.
Los principales factores que se pueden usar en general para calcular su riesgo son: espacio interior o exterior; espacios estrechos o grandes espacios ventilados; alta densidad de personas congregadas o en cambio una baja densidad, y si la exposición ha sido larga o corta. Un verdadero ´calculómetro´ para evitar contagiarse.