17 agosto, 2020
Así lo confirmaron desde el Área Programática Sur de Chubut, ayer en el marco de los festejos a la Infancia para alertar sobre los contagios en franjas etareas jóvenes, donde se presumía en principio que los riesgos y posibilidades de contraer Coronavirus eran escasas.
Al sábado se reportaron un total de 51 casos activos en niños de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly. Un dato a tener en cuenta al tiempo de extremar las medidas de prevención que a veces se flexibilizan en los más chicos.
Por caso, en Chubut hasta la fecha se contabilizan 394 infectados por coronavirus y 4 muertos. De esos casos, 314 casos corresponden a la zona Sur de Comodoro y Rada Tilly, y de ese número, 51 son niños, un dato para nada menor que encienden luces de alerta.
En ese marco, desde el APN recomendaron evitar reuniones sociales y encuentros en parques y plazas, y generar festejos «a la distancia», vía online, para evitar la propagación del virus en nuestra provincia.
Asimismo naturalizar un recurrente lavado de manos en los más pequeños mucho más seguido que en épocas normales, sobre todo si los chicos se desplazan en zonas externas por razones de fuerza mayor o recreación, como patios, veredas, vía pública y automóviles.
Una de las certezas que parecía más asentada sobre el SARS-CoV-2 en el inicio de la pandemia mundial, era que los niños parecían menos vulnerables: sus síntomas son más leves, se infectan menos y son menos contagiosos para otras personas.
Sin embargo, la seguridad sobre el primero de los factores se mantiene a medida que hay más datos, pero el de los otros tres no. Cada vez se detectan más niños positivos y varios científicos ponen en duda que su papel en la transmisión del virus no sea relevante. Estas dudas son claves porque de he hecho en todos los países el virus avanzó sobre los más pequeños, aunque de manera más lenta pero también más firme.
En Corea del Sur un importante estudio en la Infancia concluyó que los chicos entre los 10 y los 19 años son prácticamente igual de contagiosos que los adultos. Sólo los menores de diez años tenían resultados menores de transmisión del virus, lo que se vincularía a que la carga viral de los más pequeños es más reducida y a que su potencia para exalar aire también es menor que la de los adolescentes y los adultos, pero estarían en igual condición de portar el virus con sintomatología más leve o nula, y sin embargo trasmitirlo.
El incremento de contagio en edades menores considerando la menor vulnerabilidad se atribuye principalmente a la falla de los protocolos, a un relajamiento por parte de los adultos de no insistir con medidas como el uso del barbijo o el lavado de manos y uso de alcohol en gel, al pensar que directamente los niños y adolescentes son ‘inmunes’ naturales a este virus, cosa que no es así.
Por caso, en varios reportes de este medio en diferentes circunstancias e informes realizados en calles, comercios, shoppings y espacios públicos de ciudades como Trelew, Rawson, Puerto Madryn e incluso Comodoro, ha sido muy frecuente identificar a los más pequeños desplazándose sin tapabocas, jugando en el piso, o con mascotas sin extremar los resguardos necesarios en la vía pública. Además es más frecuente ver también adolescentes desplazarse en grupos numerosos en zonas céntricas, plazas o paseos.
En las últimas semanas se han ido acumulando episodios y opiniones científicas que sugieren que hay que tomar con cautela lo que creíamos sobre los niños y jóvenes vinculado al coronavirus por los datos evidenciados en casi todos los países del mundo.
En España, por ejemplo, la incidencia del virus crece precisamente entre los más jóvenes. Entre los menores de 15 años ha subido de 3 casos por cada 100.000 a 31 en cinco semanas, según los informes epidemiológicos de Sanidad.
Pero la tendencia se refleja también en los datos de otros países. Estados Unidos ha registrado 97.000 contagios de menores de edad en sólo dos semanas de julio, según un informe de la Academia Americana de Pedriatría. Representan una parte sustancial de los 340.000 menores que han dado positivo desde el inicio de la epidemia en ese país.
Se cree que a medida que se amplía la realización de test, antes reservados a las personas con síntomas, se está descubriendo una importante bolsa de contagios entre los menores de edad.