16 marzo, 2021
Un estudio realizado por el sector de Economías regionales de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came) reveló que los impuestos representan aproximadamente el 43% del precio que el consumidor abona en góndola por el vino tinto Tetra Brik y la botella gama media-baja de 750 centímetros cúbicos (cc). En tanto, el productor primario (viñatero) sólo explica el 9,4% y el 5,8% del precio final, respectivamente.
Según el estudio de Came, de los $ 88,70 en los que se vendió la caja de vino tinto gama baja en Capital Federal, que es el precio promedio de la segunda semana de febrero 2021, el productor participa en 9,4% del precio de góndola ($ 8,40). La industria bodeguera en 21,6% ($ 19,20), 11,3% corresponde a elaboración y 10,3%, a fraccionamiento. Mientras que el mayorista participa en 15,2% ($ 13,40) y el minorista en 10,7% ($ 9,40), los impuestos en 43,1% ($ 38,30).
Una vez más, el Estado en sus tres niveles es el gran protagonista en la formación de precios. Al desagregar los impuestos desde la cosecha de la uva hasta la venta del tetra en góndola, se observó que el 69,9% son impuestos de origen nacional y el 30,1% provinciales o tasas municipales.
Con respecto a los impuestos específicos de la cadena de valor, el 41,9% corresponde al IVA, el 24,5% al Impuesto a las Ganancias, el 16% a Ingresos Brutos, el 3,5% a impuestos sobre la mano de obra y el 14,1% a otros impuestos provinciales o tasas municipales. Del precio que abonó el consumidor en góndola ($ 88,70), además del importe correspondiente a impuestos ($ 38,30), el 19,6% ($ 17,40) corresponde a ganancias netas y el 37,2% ($ 33) a costos de producción, elaboración y distribución.
En base a lo planteado por Came, la excesiva carga tributaria queda al descubierto también en el vino embotellado, respondiendo el 76,1% a impuestos nacionales y el 23,9% a provinciales o tasas municipales. Además, al analizar los impuestos específicos de la cadena de valor, el 41,3% corresponde al IVA, el 23,9% al impuesto a las Ganancias, el 15,5% a Ingresos Brutos, el 4,2% a impuestos sobre la mano de obra, y el 15,1% a otros gravámenes provinciales o tasas municipales.
Durante la segunda semana de febrero, el precio promedio de una botella de vino tinto gama media-baja de 750 cc en Capital Federal fue de $ 215,50. Del valor de góndola, el productor explica el 5,8% ($ 12,40). En tanto, la industria bodeguera el 22% ($ 47,40), 14,7% elaboración y 7,3% fraccionamiento; el mayorista el 17,6% ($ 37,9); el minorista el 11.3% ($ 24,50), y los impuestos el 43,3% ($ 93,40).
Del precio que abonó el consumidor en góndola ($ 215,50), además del importe correspondiente a impuestos ($ 92,90), el 19,1% ($41,30) corresponde a ganancias netas y el 37,5% ($ 80,90) a costos de producción, elaboración y distribución.
Mientras que en las provincias de Mendoza y San Juan se produce 95,5% del vino comercializado en el mercado interno, se estima que a nivel nacional la cantidad de productores ronda los 18.000, con un total aproximado de 24.000 viñedos. En enero de 2021, los viñateros obtuvieron una ganancia neta de tan sólo el 0,5% sobre el precio final de comercialización.
Cabe destacar que, en este eslabón, el iniciador de la cadena, el costo de sus insumos está 100% dolarizado: repuestos de maquinaria, fertilizantes, productos fitosanitarios y herbicidas. En el caso de exportar (alrededor del 25% de la producción de vino se exporta), los bodegueros cobran a valor de dólar oficial, pero los insumos del productor primario se compran al tipo de cambio MEP. “Así se produce una brecha que desincentiva la inversión en nuestro país”, sostuvieron desde Came.
*CAME, EE