7 enero, 2021
Dada la situación actual, con el hocico de la tercera ola asomando en Europa y la segunda en América y el repunte de casos producto de las juntadas navideñas que está por aflorar, los sanitaristas buscan que la administración de la vacuna sea lo más rápida posible.
En el caso de la de Pfizer, como su administración requiere de dos dosis espaciadas en el tiempo, una solución que están barajando algunos países como Reino Unido, Bélgica, Dinamarca o Alemania, habida cuenta de la actual escasez de vacunas, podría ser emplear todos los recursos en administrar la primera dosis y obtener cierta inmunidad, antes que optar por una inmunidad más completa con dos dosis. Así tendríamos a más personas vacunadas parcialmente, aunque menos totalmente.
Problemas logísticos, falta de personal, lentitud de las autoridades sanitarias, oportunidades tecnológicas desaprovechadas, la falta de previsión en cuanto a la gestión del transporte o el refrigerado son algunos de los factores que han propiciado que, a pesar de que los países europeos han recibido ya unos 12 millones de dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, solo se haya inoculado un pequeño porcentaje de la misma.
Lo mismo ocurre en Argentina con la aplicación de la Sputnik V, y en otros países que utilizan ambas e incluso otras vacunas, como las de Moderna.
En otras palabras, se evidencia que estamos siendo muy lentos, por debajo de lo previsto, y cada vez hay más contagios. Por esa razón, se estudian formas más audaces, y también más arriesgadas, de acelerar el proceso. Como saltarse las segundas dosis.
Para la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech, el intervalo es de 21 días entre la primera y la segunda dosis; mientras que para la vacuna de Moderna el intervalo es de 28 días entre la primera y la segunda dosis. Moderna ha sostenido en algunas comunicaciones que la dosis inicial confería una inmunidad del 92,1 % dos semanas después.
Otros informes, más realistas, hablan del 52,4%. A pesar de todo, hay muy pocos días entre la primera y la segunda dosis, así que en breve se solapara la administración de primeras dosis con la administración de segundas dosis, y si ya hay problemas con una dosis… ¿cómo será cuando tengamos dos? ¿Se reducirá a la mitad el volumen?
Los argumentos a favor y en contra de posponer la segunda dosis para poner la primera a más gente, de nuevo, están mezclados en un complejo análisis coste-beneficio en el que se debe tener en cuenta el enfoque sanitario, social y económico. A lo que se suman la supuesta mayor capacidad de transmisión de la nueva cepa británica: 2021, pues, se nos presenta ya como una carrera entre la nueva cepa y las existencias de la vacuna.
Así las cosas, Reino Unido está estudiando optar por la estrategia de vacunar al mayor número de personas, a pesar de todo. Creen que es prioritario dar la primera dosis a cuantas personas sea posible primero, y tres meses después, las segundas dosis. Bélgica también estudia modificar su estrategia de vacunación ante la nueva variante más contagiosa del coronavirus detectada en el Reino Unido, de forma que se administraría la primera dosis a más gente y se dejaría la segunda inyección para más adelante. Dinamarca también ha aprobado un retraso de hasta seis semanas entre la primera y la segunda inyección de la vacuna, y Alemania está considerando si permitir ese retraso en la segunda dosis.
La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos es la agencia del gobierno de los Estados Unidos) recomienda que, hasta que los fabricantes de vacunas tengan datos científicos que respalden un cambio, se siga con el programa de dosificación autorizado para cada vacuna. La EMA (Agencia Europea de Medicamentos) también acaba de recomendar lo mismo: concretamente, desaconseja retrasar más de lo estipulado científicamente la segunda dosis de la vacuna.
La implementación de la vacuna es mucho más lenta de lo que esperábamos. Esto significa que incluso los más vulnerables tienen que esperar meses para recibir sus dos vacunas. Optar por una nueva estrategia de vacunación podría ser la solución, pero el problema es que hay un alto grado de incertidumbre en el horizonte.
La seguridad y la eficacia de la vacuna no ha sido evaluada con planes de dosificación distintos. Ningún estudio garantiza que la vacuna continúe siendo eficaz si la segunda dosis se retrasa más de lo que se ha probado en los ensayos.
Por el contrario, otros expertos, como Akiko Iwasaki, catedrática de inmunología en Yale, está convencida de la viabilidad de la estrategia de aplazar la segunda dosis. Según explica Iwasaki, administramos vacunas en más de una dosis para aumentar 1) la cantidad, 2) la calidad, 3) la longevidad de las respuestas de anticuerpos. Esto es válido para la mayoría de las vacunas, incluidas las de ARNm.
Entonces, ¿cuán efectiva es una vacuna de dosis única? No lo sabemos con certeza, pero durante al menos un mes o más, las vacunas de ARNm de una sola inyección deberían proporcionar una protección de ~ 90% (> 14 días después de la vacunación.
Como sea, el debate ya está plantado entre gran parte de la comunidad científica y sanitaria del mundo, en este inusual combate de la pandemia que pone a prueba y error al sistema.