24 junio, 2022
Distintas entidades de todo el mundo le enviaron una carta al G7 para solicitarle que interceda ante el organismo, con el fin de que termine con su política de sobrecargos. El FMI no ha hecho lugar a las solicitudes presentadas anteriormente
Diversas organizaciones de distintos países del mundo instaron a los países del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) a tomar medidas para apoyar a las economías con problemas de deuda, cuando se reúnan a partir del 26 de junio en Alemania. Concretamente, las entidades le solicitaron al G7 que inste al Fondo Monetario Internacional (FMI) a que suspenda inmediatamente y luego elimine su política de sobrecargos.
Las organizaciones firmantes consideraron los sobrecargos como “tasas opacas y punitivas” que se les imponen a países con altos niveles de deuda con el FMI, y recordaron que han sido ampliamente denunciados por destacados economistas y legisladores como «contraproducentes e injustos».
Desde que comenzó la pandemia, el número de países que pagan sobrecargos ha aumentado de nueve a 16. Según las proyecciones del FMI, se prevé que ese número aumente a 38 en los próximos tres años.
La carta dirigida al G7 manifiesta que es importante atender este pedido ya que “las economías en desarrollo se enfrentan actualmente a lo que las Naciones Unidas ha descrito como una «tormenta perfecta»: la pandemia de COVID-19, una inminente crisis de deuda mundial y, ahora, el aumento de los precios de los alimentos, fertilizantes y energía como resultado de la guerra en Ucrania”.
En ese sentido, expresa que esta crisis amenaza con «arrojar a 1,700 millones de personas, más de una quinta parte de la humanidad, a la pobreza, indigencia y hambre en una escala no vista en décadas», según el secretario general de la ONU, António Guterres.
Ante eso, indica que “mientras tanto, los sobrecargos desvían recursos valiosos que, de otro modo, podrían destinarse para responder a la pandemia de COVID-19, fortalecer la seguridad alimentaria o invertir en la recuperación económica” y precisa que “por ejemplo, entre 2019 y 2024, Egipto pagará en sobrecargos más de tres veces el costo de un ciclo completo de vacunas para todo el país”.
Asimismo, agrega que “de 2021 a 2023, mientras lucha por sobrevivir a la invasión rusa, se espera que Ucrania pague más de $400 millones en sobrecargos, aproximadamente una cuarta parte de todo su esfuerzo fiscal en el sector de salud durante la pandemia”.
«Hacemos un llamado al Directorio Ejecutivo del FMI para que lleve a cabo una revisión inmediata de la política de recargos, asegure la transparencia en torno a los pagos de recargos pasados y futuros, y alinee a la institución con su mandato apoyando la eliminación total de los recargos», finaliza el documento.
Además de los intereses y condicionamientos que establece el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus préstamos, la institución tiene una política de sobrecargos. Los sobrecargos -también llamados sobretasas- son cobros adicionales que aplica el FMI sobre los préstamos que otorga con base en criterios de tiempo y nivel. Es decir, son cobros que se añaden a las tasas de interés regulares cuando el tamaño del crédito y su tiempo de devolución superan umbrales determinado por el Fondo. Es así que funcionan como “tasas de penalización a los países que tienen grandes préstamos con el FMI y no se devuelven en un plazo relativamente corto” (Stiglitz y Gallagher, 2021). La primera vez que se introdujeron fue en 1997 junto a la creación del Servicio de Complementación de Reservas[1] (SCR).
La estructura de sobrecargos consiste en un cargo adicional de 200 puntos básicos sobre el saldo de la deuda pendiente de pago cuando supera el 187,5% de la cuota y de 300 puntos básicos si la deuda se mantiene por encima del 187,5% de la cuota después de 36 meses.**
Antes de las últimas reuniones del FMI y el Banco Mundial de este año, más de 150 organizaciones de 65 países pidieron al organismo financiero internacional que «alinee a la institución con su mandato apoyando la eliminación completa de los sobrecargos». El FMI se ha negado a responder a esta petición. Según el Premio Nobel Joseph Stiglitz, los sobrecargos van «exactamente en contra de lo que se supone que (el FMI) debe estar haciendo».
Otra voz que se expresó al respecto fue la del Experto Independiente de la ONU sobre la deuda externa y derechos humanos, Juan Pablo Bohoslavsky, quien considera que los sobrecargos del FMI violan los derechos humanos internacionales y otras leyes internacionales.
En esa línea, un informe del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial de la ONU sobre Alimentación, Energía y Finanzas recomienda que «los sobrecargos de los tipos de interés del FMI deberían suspenderse durante al menos dos años».
Las entidades firmantes del documento son: Arab Watch Coalition, Bretton Woods Project, Center for Economic and Policy Research (CEPR), erlassjahr.de – Entwicklung braucht Entschuldung (Jubilee Germany), European Network on Debt and Development (Eurodad), Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (LATINDADD), Institute of Analysis and Advocacy (IAA), Ukraine Centre for Economic Strategy, Ukraine.
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