21 febrero, 2023
Con el Pro a la cabeza, la principal alianza opositora apuesta a sumar dirigentes que pertenecen a un culto en expansión con el que se identifica el 15% de la población argentina
Un voto de fe: Juntos por el Cambio teje alianzas en busca del “voto evangélico”
La mayoría de los dirigentes políticos evangélicos están dentro de Juntos por el Cambio, más precisamente en Pro. Incluso los partidos que nacieron como independientes, hoy forman parte de la principal coalición opositora, que teje alianzas en busca del “voto evangélico”. Cynthia Hotton, Walter Ghione, Gabriel Mraida, y Dina Rezinovsky son los principales dirigentes evangélicos del país. La mayoría son hijos de pastores de esas iglesias.
El 15% de los argentinos son evangélicos y es la religión que más creció en diez años, según la segunda encuesta sobre actitudes religiosas del Conicet. Según la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), hay 15.000 iglesias evangélicas a lo largo y ancho del país. Son unas siete millones de personas las que se consideran evangélicas. Los pequeños partidos asociados a estas iglesias se caracterizan por la acción social.
Una experiencia clave fue la de Amalia Granata, que con una agenda católica obtuvo el 10% de los votos en 2019 y se convirtió diputada provincial en Santa Fe con una propuesta conservadora. Juntos por el Cambio la sumó a sus filas en 2021.
Similar es el caso de UNO (Una Nueva Oportunidad), un partido político evangélico que nació en Santa Fe, hoy es parte de JxC y tiene presencia en 14 provincias. El secretario del partido, Walter Ghione, es el principal armador de las listas. “Venimos del trabajo social sin una identidad política”, le explicó al diario La Nación “Tenemos una vocación frentista a nivel político, hoy nos sentimos parte de Juntos por el Cambio. Tenemos reuniones y soñamos con tener un diputado nacional”, agregó el dirigente.
“Nuestro principal adversario en nuestro esquema de valores es el kirchnerismo, y para ganarles necesitamos integrar un frente que pueda ganar”, dijo Leandro Jacobi, el secretario general del partido. Lo mismo ocurre con el partido de Cynthia Hotton, “Más Valores”, que en 2021 obtuvo el 2,9% de los votos, pero no logró una banca en el Congreso. Fue así que en 2022 dejó la provincia de Buenos Aires y se incorporó al gabinete del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
“Mi agenda está basada en la acción social cristiana”, aseguró Hotton. Dijo que si bien hay evangélicos y pastores trabajando en el Consejo, no promueve la participación de pastores. “Están todos invitados”, afirmó. Sobre su alianza con el Pro, sostuvo que “+Valores” sigue siendo independiente: “No me separo de mis valores”, enfatizó la funcionaria.
Convivir dentro de una coalición en la que hay distintas posturas en temas tan sensibles como el aborto es un desafío para aquellos pequeños partidos cuya identidad es religiosa y sus propuestas centrales tienen que ver con los valores cristianos. Desde UNO aseguran que todavía están en crecimiento y que hay otros temas centrales a debatir. Dina Rezinovsky, diputada nacional por el Pro, coincide. También es evangélica y es miembro del Pro desde el 2012. “Hay matices dentro del partido que para la agenda política no son temas primordiales. Priorizamos los problemas que están en la agenda de todos: inseguridad, inflación y corrupción”, dijo la diputada.
El personaje más polémico es un conferencista que heredó un imperio millonario y religioso de su padre. Su nombre es Andrés Palau y es un pastor evangelista internacional que brinda conferencias y festivales en todo el mundo. Su último encuentro político fue con Horacio Rodríguez Larreta, quien le cedió un espacio en Palermo para realizar su festival, aunque también mantuvo reuniones con Axel Kicillof y Juan Manzur.
Fuente: La Nación
El peronismo desarrolló un vínculo con pastores evangélicos que se dedican a la ayuda social. De hecho, Aciera apoyó el programa del gobierno de Alberto Fernández “Argentina Contra el Hambre”. Los pastores, que tienen un profundo conocimiento de los barrios carenciados, sobre todo en el conurbano bonaerense, son los más alejados de las listas de candidatos.
La exintendenta de La Matanza, Verónica Magario, incorporó en 2019 al pastor evangélico Gabriel Ciulla (que falleció en 2021) como subsecretario de Cultos de La Matanza. Se estima que 6000 de las 15.000 iglesias evangélicas están en el conurbano.
El evangelismo, además de ser una religión en expansión en el país, fue considerada como una fuerza con capacidad definitoria en las elecciones de países vecinos como Brasil, pero ¿existe un voto evangélico? “Hay grupos evangélicos que abrazan la idea de poder saber a quién votar y tener en claro a quién elegir, y después está el más individualista, que no vota según la religión”, agregó Ghione.
Gabriel Villegas Bosco es licenciado en Relaciones Internacionales y estuvo a cargo de la oficina del partido NOS, que llevó adelante la fórmula Gómez Centurión-Hotton en 2019. Afirmó que no existe un voto evangélico ya que ningún partido domina el 15%, sino que está distribuido entre todos los demás partidos.
“Los partidos evangélicos que se han conformado no superan el 2%. El evangélico vota como individuo”, afirmó. Dijo que a nivel político los evangélicos se presentaron de manera separada, pero que la mayoría está en Juntos por el Cambio. Sostuvo que este los políticos evangélicos hay quienes “no entienden a la política y piensan que por el simple hecho de conocer la Biblia van a ganar o dominar ese 15%”.
“Los evangélicos, si bien son una comunidad creciente en Argentina, no tienen el rol que tienen en otros países: son menos numerosos y no tienen una coordinación y una acción común en la política”, afirmó Lucas Romero, director de la consultora Synopsis. En diálogo con este medio, dijo que no hay ningún partido que domine ese 15% ni una representación propia. “Hotton, que ha pretendido asumir el voto evangélico, en 2021 apenas logró superar el umbral electoral”, afirmó. Y agregó: “Al no haber un liderazgo, cada partido hace sus alianzas locales, que se dan para recibir apoyo que beneficie a ambas partes, pero no incide mucho en la población”.
Hotton, en la misma línea, sostuvo que no hay un voto evangélico, sino un voto individual según las convicciones y la agenda. “Hay evangélicos que votan al Frente de Todos y otros a Juntos por el Cambio, o a pequeños partidos”.
A la pregunta de por qué Juntos por el Cambio crea alianzas con partidos evangélicos, Rezinovsky agregó: “Los políticos salen a buscar el voto evangélico porque tratan de representar un poco la agenda, porque la agenda contraria a la evangélica es la progresista”.
*LN/ by Lucía Pereyra