22 diciembre, 2025
El hombre estuvo internado varios días y se le dio un antídoto, pero ya era tarde porque fue al hospital cuando presentó síntomas.
Un hombre que a comienzos de diciembre fue mordido por una yarará en la ciudad de Cipolletti murió tras sufrir una descompensación y, si bien confirmaron que se le aplicó un antídoto, ya era tarde debido a que el ciudadano recién fue al hospital cuando presentó síntomas.
La vóctima fue identificada como Miguel Esteban Contreras, de 44 años, debió ser asistido en Cutral Co luego de sufrir dolores en los riñones y en una de las piernas, sumado a que tosió con sangre.
El episodio se registró alrededor de las 3.30 de la madrugada del sábado 13 de diciembre cuando el hombre viajaba hacia Cutral Co, en la comarca petrolera de Neuquén, desde General Cerri, partido de Bahía Blanca, con una carga de motos.
Oriana, la hija del camionero, comentó en medios locales que, horas antes de la internación, su papá conducía el camión cuando se bajó para ir al baño. Allí dentro, según relató, sintió que algo lo había mordido, pero por la oscuridad no logró ver qué era.
Todo cambió horas después cuando el sujeto empezó con los primeros síntomas, motivo por el cual salió a pedir auxilio al personal de la Caminera, que lo trasladó de urgencia al Policlínico de Cipolletti.
La hija contó días atrás que el veneno seguía en el cuerpo de su papá y que eso provocaba el descenso abrupto de los glóbulos rojos, por lo que debían realizarle de manera continua transfusiones de sangre.
«Había estacionado en un lugar que tiene piedras al costado. Ahí bajó, una víbora lo mordió y se acostó a dormir, no le dio bola, pensó que se había pinchado con algo. Al rato le empezaron a doler los riñones y el pie, se sentía muy mal y manejó hasta la caminera de Cutral Co, fue a un hospital y ahí lo mandaron a Cipolletti», añadió la joven.
Los médicos le hicieron análisis de sangre y así descubrieron que Miguel había sido mordido por una serpiente yarará. Entonces le suministraron un antídoto 12 horas después de lo ocurrido, el cual no elimina el veneno, sino que lo retiene e impide que avance y no afecte más rápido los órganos.
En la clínica también detectaron algo que la familia no sabía, que el paciente padecía de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) e hipertensión.
Este domingo al mediodía falleció, según confirmaron familiares de Contreras, cuyos restos serán inhumados en Bahía Blanca.
La víctima tenía tres hijas de 23, 20 y 16 años. Eran de Río Colorado, provincia de Río Negro. «Descansá en paz, sobrino querido», escribió Jorge Jara en las redes sociales.

La yarará es una de las especies cuyo veneno puede ser neutralizado con antídotos, pero su aplicación debe realizarse en un tiempo determinado para evitar complicaciones mayores.
El veneno provoca daños graves porque afecta a la coagulación de la sangre, lo que puede derivar en hemorragias y daños en distintos órganos.
Los expertos en toxicología aseguran que, ante la picadura de una yarará, hay un plazo de 12 horas para la aplicación del suero antiofídico. Pero se debe concurrir con urgencia al centro de salud más cercano ya que el suero puede tardar en llegar si se encuentra en una zona retirada.