23 mayo, 2021
Un juez de Comodoro entendió que su prisión era ilegal, cuestionó al magistrado que la ordenó el 20 de febrero considerando que no era competente para mandar a la cárcel a Oscar Romero y dispuso que lo liberaran. Así fue cómo el letrado que está condenado por tentativa de homicidio a seis años y nueve meses de prisión en una sentencia que todavía no está firme, dejó la Alcaidía Policial de Trelew y podrá esperar en libertad el resultado de los pedidos de revisión del fallo en su contra que han hecho sus abogados.
El caso por el que el penalista Oscar Romero terminó condenado sucedió la noche del 16 de abril de 2019 cuando en medio de una discusión en una tapicería, el dueño del lugar terminó herido de un balazo y el abogado con la cara lastimada con un destornillador. En el medio apareció en el lugar una pistola de grueso calibre con un silenciador fabricado artesanalmente adosado.
La fiscalía dijo que Romero había ido a la tapicería con esa arma y con intenciones de darle muerte a Horacio Pavés, el tapicero, y el abogado lo negó desde un principio, declarando que los hechos no habían ocurrido como los describía la acusadora publica, la doctora Carolina Marín. El tribunal del juicio en tanto le dio la razón a la fiscal y terminó condenando a Romero por el delito de tentativa de homicidio pese a las inconsistencias que hubo en la declaración que hizo el tapicero, a quien debieron traer obligado con la policía al juicio para que diera su testimonio.
Después Pavés se desdijo y declarando ante uno de los abogados de Romero lo desincriminó posibilitando que fueran ante un tribunal revisor a pedir que se reviera la sentencia condenatoria por la que sentenciaban al penalista a seis años y nueve meses de cárcel. Ahora, es un juez de Comodoro el que cree que Romero debe estar libre mientras espera el resultado de esa apelación y en consecuencia ayer a última hora recuperó la libertad por segunda vez. Ya en otra ocasión había pasado lo mismo, estuvo unos días fuera de la cárcel y volvió a ser encarcelado por orden de otro juez.
La doctora Laura Fernández, que defiende a Romero en conjunto con el doctor Abdón Manyauik explicó los detalles del proceso y las irregularidades que permitieron la libertad del imputado hasta que la sentencia quede firme.
Oscar Romero se convirtió en poco tiempo en el centro de la polémica en el Valle. De haber cumplido el rol de presidente del Colegio de Abogados con un alto perfil en el ambiente tribunalicio, se hizo conocido por los debates por el no uso de corbata que le valió cierta popularidad en el ambiente joven y resistencia en la ortodoxia letrada.
Tras eso, como profesor universitario de la UNSJB se vio enredado en el caso de los títulos truchos en la carrera de Derecho, y en el marco de la defensa de uno de sus más cercanos colaboradores, terminó confesando haber sido ladrón de bancos en una provincia litoraleña, no habiendo cumplido nunca condena por haber prescrito la causa.
Esta ‘confesión’ fue el detonante del inicio de un decline anunciado, donde fue despedido de la cátedra y por supuesto observado profesionalmente en el ámbito de la Justicia.
Posteriormente otros resonados entredichos y hasta algunas escenas pugilísticas que lo devolvieron a la tapa de los diarios. Y finalmente se lo detuvo en estas circunstancias del entrevero en la tapicería, donde no faltó nada al relato y al imaginario popular como cuestión de drogas, un herido en la espalda que no solo se negó a declarar sino que pidió su liberación, un arma casera y para rematar, un proceso judicial sinceramente ‘de película’. Cosas de nuestro generoso terruño.
