4 julio, 2020
Antes de entrar al fin de semana el panorama político incierto en Chubut sobre si la ministra Cecilia “Chechu” Torres Otarola se iba o no, (luego de atrincherarse y producir también la renuncia del secretario de Gobierno, Andrés Mieszner), se fue definiendo tal lo anticipado por Chubutline.com .
El gobernador lo hizo casi con pinzas de sutileza al ´agradecerle los servicios prestados´ y afirmar que se tomaría el fin de semana para evaluar la situación del gabinete.
Por lo pronto, la usina política que funge en torno a la peatonal de una cuadra que ostenta Rawson, afirma que la cosa está definida, y es probable que en la semana haya recambio en el Ministerio de Desarrollo Social, Familia, Mujer y Juventud.
El nombre que suena fuerte para su reemplazo es Gustavo Hermida.
Las razones –de mayor a menor peso específico- para el desplazamiento de la “Chechu” de la estructura del oficialismo serían por lo menos diez:
1- La causa iniciada por el Fiscal Omar Rodríguez por presunta defraudación al estado
2- El pedio de informes legislativo sobre viáticos, recibos de sueldos y proyectos de la exdiputada provincial.
3- Acusaciones varias de colaboradores de hacerles depositar un ´plus´ político en una cuenta de una presunta niñera
4- Los ingresos de la presunta niñera que ascenderían a un millón doscientos mil pesos, más menos
5- Las señaladas ostentaciones de compras, regalos y viajes no coincidentes con los ingresos y bienes declarados por la exfuncionaria, detectados en redes sociales
6- El escándalo por un colaborador y funcionario contratado con antecedentes penales graves, que no fueron considerados por la exministra en su nombramiento
7- Cuestionamientos municipales de baja operatividad de su área de asistencia social provincial, y baja afección al trabajo en relación a las complicaciones actuales en Chubut
8- La aludida recurrente deslealtad política: arrancó militancia con Das Neves, se pasó a las ligas de Martín Buzzi sin previo aviso y logró ser diputada pero traicionó al sector y jugó unipersonalmente para el dualdhismo, para finalmente racalar en el arcionismo, donde ya sospechaban que había recomenzado un profuso nuevo diálogo con la oposición
9- La presunta discrecionalidad de la utilización de los temas de género
10- La extrema personalización del rol político y la gestión, y el uso del poder con presuntas amenazas que rayarían el esoterismo, la intimidad y la calumnia