8 septiembre, 2020
TRANSPA ESTARÍA EN UN PROBLEMA ´DE PINZAS´ ENTRE LOS ESCRIBANOS OROQUIETA Y ARCIONI
Por Trivia Demir
Reparar las 55 torres de energía caídas en la Meseta chubutense producto de las nevadas demandará más de 10 millones de dólares, y los trabajos recién podrán comenzar cuando el clima lo permita, lo que se estimaba en principio para el mes de Noviembre, demandando unos seis meses de trabajo, por las dimensiones de las estructuras y los lugares donde se encuentran.
Hasta ahí los datos oficiales sobre los requerimientos de base para la recuperación de esta importante línea de alta, que pese al inconveniente, no afectó por ahora la provisión energética, porque está en servicio la línea de 500 kV que une Choele Choel- Pico Truncado y Puerto Madryn. Aunque que las torres sigan caídas, sí afecta la seguridad del servicio en parte de Chubut y el país, porque hay menos alternativas de suministro, y de allí la necesidad de reponerlas cuanto antes.
El tema de esta enorme pérdida de infraestructura es que aunque en lo inmediato la empresa Transpa comenzó a planificar la restitución de las torres, incluso con otro tipo de tecnología, la gestión se fue complicando aparentemente por ‘cuestiones políticas y económicas’, trascendió una calificada fuente sectorial.
Según afirman habría un superficiario dueño de un campo por donde se extiende la línea de torres, que estaría solicitando precisiones técnicas y ambientales para satisfacer su «convencimiento» de la necesidad de facilitar los trabajos de reparación en campos de su propiedad.
El campo en cuestión donde estarían trabados los trabajos, sería la estancia «La Nueva Alicantina», un bastión de prístina naturaleza del abogado José Oroquieta, gran amigo personal del gobernador Mariano Arcioni.
El profesional, reconocido en el Valle por tratarse de un próspero ceo y socio de una prestigiosa concesionaria de autos, habría plantado bandera a la empresa Transpa elevando algunos requisitos a nivel provincial, merced al derecho que lo asiste como concesionario, y a su excelente vínculo con la gestión política actual.
A partir de ello, la posta de las peticiones y exigencias fue tomada de inmediato por el Ministerio de Ambiente, que le habría solicitado a TRANSPA un nuevo Estudio de Impacto Ambiental que los privados considerarían innecesario, pero que sería ya un requisito extra, a menos que se presenten simulaciones, documentales y papeles constantes y sonantes que permitan el «absoluto convencimiento» (de Oroquieta y del Gobierno) que se trató de una excepcionalidad del sistema, ayudando a interpretar la regulación en forma correcta y destrabando las reparaciones.
Que se le cayeran, no una, sino 55 torres a Transpa, fue a todas luces extraño, aunque jamás se podría hablar de boicot ni mucho menos. Sin embargo el considerado accidente, se está convirtiendo en un ‘pecadillo’ técnico imperdonable de la transportadora de energía principalmente vinculada a Aluar, que no será gratis en territorio chubutano, dicen los entendidos en estas materias.
Según los técnicos, el motivo de la la caída de estas torres habría sido por el denominado efecto «galloping», que consiste en una vibración de las líneas eléctricas de baja secuencia y gran amplitud debido a los fuertes y constantes vientos. Cabe recordar que en Julio, la provincia sufrió uno de los fenómenos climáticos más feroces de los últimos inviernos. Además del viento huracanado, las estructuras soportaron nevadas prácticamente polares pocas veces vistas, con formación profusa de hielo sobre los conductores, lo que afirman: «produjo una modificación en el perfil transversal del cabo cuya sección original era circular». De hecho, en el momento del hecho, la temperatura de la zona rondaba nada menos que los 30 grados bajo cero.
Para reconstruir un poco el escenario, es importante considerar que lo paradigmático que aún se analiza entre los expertos, es que esta estructura lleva 30 años en pie y nunca se dio un hecho de estas características, además de no haber sido afectadas otras torres de iguales características en otros sectores. Además, entre otras cosas, las torres caídas no están todas en una línea, sino que corresponden a dos líneas diferentes de 330kv, que están separadas unos 600 kilómetros entre sí.
El propio gerente general de Transpa, Fernando Guerra explicó en su momento que «estas dos líneas permiten que Futaleufu puede entregar la energía que genera tanto para la Patagonia como para el norte del país y por ello, son de vital importancia porque la energía que genera es para todo el país».
Este colapso con efecto dominó, sucedió el 21 de julio de 2020. Ni bien caídas las torres, Oroquieta, quien ahora estaría objetando cuestiones que demorarían la reparación, fue protagonista excluyente del operativo «reconocimiento de daños», por tratarse de un eximio piloto y prestatario de servidumbre con su campo.
Además, quien tuvo prácticamente la ‘primicia’ del colapso energético y siguió de cerca con profusas notas y fotos como corresponde a la visibilización de un hecho como este, fue el diario JorNada de Trelew, gerenciado por el poderoso Sindicato de Luz y Fuerza de la Patagonia, -gran entendido en la materia si lo hay-, y apuntalado por la experiencia en el tema de su abogado y actual presidente de Hidroeléctrica Ameghino, Jorge Aidar Bestene. Dos que por buen tiempo no simpatizaron demasiado con Aluar, Futaleufú ni Transpa, y que sí poseen mucho mejor vínculo con el prestatario Oroquieta.
El vuelo de reconocimiento fue realizado en un avión Twin Otter que despegó de Comodoro Rivadavia y voló hasta el sector de El Escorial y El Mirasol, departamento de Gastre, en inmediaciones del campo ‘epicentro del desastre’ que se encuentra a 300 kilómetros de Trelew y se conoce como «La Nueva Alicantina», propiedad de Oroquieta, quien acompañó a los técnicos en el vuelo ante la posibilidad de tener que aterrizar en su estancia, argumentó.
Aunque finalmente no fue necesario aterrizar en la pista privada «pese a que la misma está habilitada por la ANAC, construida como una inversión privada de 1.600 por 60 metros», remarcó otro medio que ayudó a detallar el procedimiento. (https://www.elchubut.com.ar/nota/2020-7-23-22-12-0-tecnicos-de-transpa-realizaron-reconocimiento-aereo-sobre-columnas-de-alta-tension )
Ese vuelo se dio apenas tres días después del colapso, porque se demoró por cuestiones climáticas, sin embargo se iba palpitando con antelación. Tanto que a falta de vuelo por nevadas, el tema fue sostenido y el viaje hasta anunciado en la columna política semanal que en general anticipa en exclusiva la agenda oficial de Arcioni.
Lo concreto es que fue un verdadero viaje de ‘dimensionamiento y evaluación de daños’, para que los técnicos e ingenieros tomaran nota fehaciente de la situación, pero sobre todo de lo mucho que habría que trabajar para reponer el statu quo en toda su magnitud.
Tanto que el «abogado, escribano, piloto comercial, emprendedor…, director… y productor ganadero», como se describe el propio Oroquieta en su red social, respondió a un fotógrafo de un medio gráfico que le pasó fotos de las torres caídas: «… ya las tenemos impresas y firmadas, las enmarcaremos y van a quedar en La Alicantina eco-alojamiento rural – lodge. Gracias!», anunció, dejando expresa la importancia de un hecho notable que estaba haciendo historia.
Quienes hilan fino consideran que hasta ahí podría tararse de múltiples sincronicidades con suficientes hechos de la realidad y formalismos como para desterrar dudas sobre entuertos en puerta. La rareza surgió cuando comenzaron a constatarse luego, impedimentos para realizar las reparaciones surgiendo ‘costos extras’ y dilaciones de peso incalculables, como los que podría ocasionar la elaboración de un nuevo Estudio de Impacto Ambiental general en medio de esta pandemia y de las urgencias del sistema en un país con absoluto déficit energético.
A partir de allí, no faltó quien sembrara intrigas sobre la coincidencia de la situación que vincula la propiedad de Oroquieta, su falta de permeabilidad para resolver la destrucción de infraestructura ocasionada por factores climáticos, y la intervención provincial que regentea Arcioni.
Para los memoriosos el vínculo entre ambos escribanos iría más allá del respeto y admiración como fedatarios y como pilotos. El año pasado, un medio porteño alertó en el marco de una investigación sobre contrataciones irregulares en Chubut, que Oroquieta aportaría económicamente a la gestión de Arcioni: «….revelamos la contratación de al menos 17 vuelos de línea, en su gran mayoría para el tramo Trelew-Buenos Aires-Trelew para el gobernador y su secretario Sandilo. Pasajes pagados por al menos 506 mil pesos, a través de la agencia Integral Technology Supply SA, radicada en Puerto Madryn y creada por el abogado José Oroquieta, socio en el buffet del ex fiscal de Estado chubutense, Diego Martínez Zapata, considerado en el mundillo político provincial como un asesor informal del gobernador Arcioni (sic)». (Ver https://borderperiodismo.com/2019/11/14/el-secretario-privado-de-arcioni-le-facturo-47-millones-a-la-provincia-de-chubut-en-lo-que-va-del-ano-mediante-una-empresa-propia/ )
Especulaciones y elucubraciones políticas al margen, lo importante es ver ahora como se destraba la reparación de ese servicio ‘esencial y púbico’ que presta un privado con pata del Estado adentro.
Y mientras en las cúpulas pulsean poder y costos, en las bases habrá que cruzar los dedos para que no se complique nada más en Transpa o en la línea de 500 Kv, y ciudades como Puerto Madryn y Trelew terminen colapsadas energéticamente, porque sería lo último que le faltaría a la agobiante cuarentena chubutana.
Según se pudo saber, por lo pronto, la empresa está preparando la logística para las reparaciones, porque más tarde o más temprano volverá a izar las torres caídas. En principio, la traza de las líneas no se modificaría, pero habrá que ver cómo sigue la película con Oroquieta y el Ministerio de Ambiente que responde a Arcioni.
Lo que sí se sabe es que cambiarán la «tecnología». Las torres caídas en ese sector afirman algunos técnicos, se reemplazarían por torres de tipo «cross rope», nuevo sistema que ya está conviviendo en algunos tramos del tendido energéticos provinciales, por ejemplo sobre Ruta 4 camino a Telsen, donde se pueden observar los mastodontes de tecnología tradicional (línea de 330 que viene de Esquel) y las torres de tecnología cross-rope (línea de 500 Choele-PMY-Truncado).
En fin, todo esto al fin de cuentas parece ser parte de una negociación extraordinaria para la resolución de un hecho aún más extraordinario, y como decía Darwin, “sin especulación no hay ninguna nueva observación”. Habrá que ver…