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25 septiembre, 2020

Sobradas muestras de arte y peste en la historia

Muchos artistas han plasmado en sus obras los efectos de las epidemias que han afectado a la humanidad a lo largo de la historia. Porque de hecho, el coronavirus SARS-CoV-2 no es la primera epidemia a la que se ha enfrentado la humanidad. A lo largo de la historia se han producido muchas situaciones parecidas en las que una enfermedad afectaba a muchas personas de alrededor del mundo.

En el pasado no existía internet, ni las redes sociales ni todas las formas que hoy tenemos de comunicarnos. Sin embargo, hoy podemos conocer cómo se vivieron esas crisis gracias al testimonio que nos dejaron los pintores y artistas de la época, entre otros, repasando algunas de las obras que surgieron de epidemias o que se inspiraron en ellas.

 

Edvard Munch (1863-1944)

 

Edvard Munch es el autor del famoso cuadro “El grito”, que ha servido de inspiración para uno de los emojis más utilizados. Su obra muestra una persona gritando y su dolor parece teñir todo su entorno.
Con este cuadro, Munch reflejaba la angustia que el mismo sentía, pues su vida estuvo marcada por la enfermedad y la tragedia.

Su madre y su hermana murieron de tuberculosis y él mismo estuvo afectado por la epidemia de gripe española que tuvo lugar en 1918.

Esta epidemia de gripe provocó la muerte de millones de personas en todo el mundo. En otra de sus obras, Munch se pintó a si mismo después de superar la enfermedad.

Alexandre Jean-Baptiste Hesse (1806-1879)

 

Otro artista que vivió una pandemia en primera persona fue el pintor Tiziano, que murió en Venecia durante la peste que asoló la ciudad italiana en 1576.

Siglos más tarde, en 1832, el pintor francés Alexandre Jean-Baptiste Hesse quiso rendir homenaje a Tiziano pintando un gran cuadro que muestra el impacto de la peste en Italia. Esta enfermedad se transmitía a través de las ratas.

En su obra, Hesse recrea la muerte de Tiziano en un contexto de pandemia que acabaría provocando una gran mortandad en el norte de Italia. El cuadro de Hesse se puede ver hoy en día en el Museo del Louvre.

 

Domenico Gargiulo (1609-1675)

 

El pintor napolitano Domenico Gargiulo, conocido con el sobrenombre de Micco Spadaro, retrató en sus obras la gente de su ciudad y la forma de vida en el siglo XVII.

 

Una de sus obras retrata el impacto de la epidemia de peste en 1656. En esta obra colosal, pintada un año después de la epidemia, se pueden ver los muertos por la enfermedad, la gente que amontona los cuerpos y los que asisten a los enfermos tapándose la boca y la nariz para no contagiarse. El cuadro se encuentra en el Museo di San Martino de Nápoles.

 

Francisco de Goya (1746-1828)

 

Hacia 1797, tras sufrir una enfermedad que le obligó a recuperarse durante un tiempo en Sanlúcar de Barrameda y que le provocó sordera, Goya cambió su estilo.

 

Si hasta entonces había creado obras retratos y cuadros decorativos para la nobleza, a partir de ese momento su pintura se volvió mucho más oscura y crítica.

Nació así su serie de grabados conocidos como los Caprichos , que satirizan sobre los defectos de la sociedad de su época. De regreso a Madrid, siguió pintando cuadros de este estilo, como el Corral de apestados , en el que ilustra el horror de los hospitales llenos de enfermos durante una epidemia.

 

Juan Manuel Blanes (1830-1901)

 

Esta emblemática obra del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes representa la epidemia de fiebre amarilla que tuvo lugar en enero de 1871 en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).

En aquel momento, se trataba de una enfermedad totalmente desconocida, de la que no se conocían los síntomas ni los efectos, y ni siquiera se sabía que se transmitía a través de los mosquitos.

No fue hasta 1881 cuando el doctor cubano Carlos Finlay consiguió identificarla. La obra de Blanes se puede ver en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo.

Keith Haring (1958-1990)

 

El popular mural que decora una de las paredes cercanas al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) nació en plena epidemia del sida, en febrero de 1989.

Su autor es el artista urbano Keith Haring. que pintó este grafiti de forma casi fortuita. Haring eligió una plaza del Raval, que entonces era un barrio bastante degradado, para pintar su obra: representa una jeringuilla ahogada por una serpiente de grandes proporciones que lleva el nombre de la enfermedad.

El mural se pintó de color rojo simulando la sangre, e incluye el lema “Todos Juntos Podemos parar el sida”. Haring, diagnosticado seropositivo en 1988, murió un año después de pintar el mural de Barcelona.