27 agosto, 2023
Las similitudes entre el «Plan Primavera» de 1988 de Raúl Alfonsin y el nuevo programa de Sergio Massa
Se habla del lanzamiento de un nuevo «Plan Platita» para mejorar los ingresos de algunas clases sociales, la dinámica de la suba del dólar y de precios
Por Carlos Arbia
Mas allá de las medidas económicas que pueda definir en los próximos días el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa, el lanzamiento de un nuevo «Plan Platita» para mejorar los ingresos de algunas clases sociales, la dinámica de las suba del dólar y algunos precios como alimentos, bebidas, artículos de limpieza, medicamentos y servicios, todo indicaría que tras la devaluacion del 22% del 14 de agosto, el gobierno perdió el ancla para tratar de establizar algunas variables económicas.
En particular, el control del dólar libre, de los dólares alternativos financieros y de la inflación, que de acuerdo a las últimas proyecciones de consultoras y bancos podría llegar al 180 % en este año.
Lo que se observó en las dos últimas semanas que transcurrieron luego de las PASO, es que el proceso de «pass trought» que implica el pasaje de la devaluación a los precios de la economía fue casi inmediato pese a los controles de precios a través de los Programas de Precios Cuidados y Precios Justos que rigen en la actualidad.
En este sentido, de acuerdo al análisis del especialista Salvador Di Stefano, luego del nuevo programa firmado la semana pasada con el FMI, se viene una especie de Plan Primavera similar al de agosto de 1988. Y hay varias explicaciones para eso.
Los desequilibrios macroeconómicos son similares a los del Plan Primavera
El fin del Plan Primavera marco el principio del fin de un modelo económico con muchas similitudes al actual.
– Un alto déficit fiscal por la renovación de la deuda pública a tasas de interés impagables.
– Un elevado déficit cuasifiscal del BCRA por los altos intereses que debe pagar para renovar la deuda que generan la Leliq. En aquel entonces se llamaban Ledol, Barra, Tacam etc.
– Una descontrolada emisión monetaria para financiar ese déficit fiscal.
– Un mercado cambiario restringido con por lo menos 5 tipos de cambios diferenciales y con una brecha cambiaria que llegaba al 80% más baja que el 105% actual.
– Una inflación desbordada por el aumento de la emisión monetaria para financiar deficit fiscal.
– Diversos controles de precios sobre los alimentos y bebidas para frenar la suba de la inflación.
Tarifas de servicios públicos restrasasadas pero con la diferencia que en ese entonces las empresas de Luz, Gas, Agua, Teléfonos eran estatales.
– Un elevado endeudamiento con organismos financieros internacionales en particular con el FMI que en ese momento le pedía al gobierno que devaluara y recompusiera la situación de las reservas internacionales como en la actualidad.
– El plan introdujo cambios en el régimen cambiario y en las tasas de interés, pero no se corrigió el desequilibrio fiscal y externo. Las principales consecuencias del plan fueron:
– Los precios, que en enero del 89 se habían incrementado en un 9% en mayo treparon hasta el 80 por ciento.
– La cotización del dólar se multiplicó ocho veces.
– El mercado cambiario empezó a descontrolarse por los múltiples feriados bancarios y cambiarios.
– Se producían remarcaciomes de precios a diario y había desabastecimiento de varios productos en los almacenes
En febrero de 1989, en medio de un clima de ebullición política y social, el gobierno dispuso una devaluación de la moneda. El valor del dólar oficial subió un 25% y el mercado empezó a descontrolarse. En medio de sucesivos feriados bancarios, el público minorista retiraba masivamente sus depósitos para comprar dólares y en marzo su valor llegó a los 35 australes.
Esta situación provocó la renuncia del ministro de Economía, Juan Vital Sourrouille, y asumió Juan Carlos Pugliese, que poco después le cedió su puesto a Jesús Rodríguez. A la semana, el dólar llegó a los 50 australes y luego, en el marco de un mercado cambiario libre y único, paso a costar 90 australes.
El índice de precios al consumidor que mostraba en enero de 1989 un incremento del 8.9% mensual, pasó al 33.4% en el mes de abril, con un acumulado hasta ese mes del 86.2% en el mismo año 1989. En mayo se registraba el que por entonces era el mayor índice de inflación de la historia argentina, con un 78,5% mensual, lo que técnicamente constituía una situación de hiperinflación.
Después de las elecciones presidenciales del 14 de mayo se sucedieron una ola de saqueos motivada por la hiperinflación, la pérdida de poder adquisitivo, la carencia de alimentos y bebidas, la crisis energética y el aumento de la pobreza (récord histórico de 47,3% en octubre de 1989 en Gran Buenos Aires). Esa ola de saqueos forzó el 29 de mayo a Raúl Alfonsín a declarar el estado de sitio para pacificar el país. Al término del operativo había 40 detenidos y 14 muertos.
Presionado por la hiperinflación, Raúl Alfonsin tuvo que adelantar la entrega del poder a Carlos Menem, proponiendo la fecha del 30 de junio. Tras negociaciones con Menem, que se vio sorprendido por el anuncio y no quería tomar el poder tan pronto, el traspaso de mando se realizó el 8 de julio de 1989.
De acuerdo a la opinión de Di Stefano, «con este nuevo programa de Sergio Massa se congela el tipo de cambo mayorista, la tasa de plazo fijo está en el 9,83% mensual, se intervienen los dólares alternativos en una banda que el Gobierno no explicitará, pero que sabemos que no superará la brecha del 110%. Por otro lado, habrá aumentos a jubilados, pensionados, trabajadores, planes sociales y todo lo que este en la órbita del Estado», explicó el economista.
En ese aspecto señala que «la estrategia de corto plazo es colocar pesos a tasa de interés. La estrategia de mediano plazo (se entiende mediano plazo más de 60 días) es tener mercadería guardada o en su defecto activos que ajusten por dólar mayorista o dólar MEP (Obligaciones negociables o bonos soberanos)».
Para los que apuesten al largo plazo, Di Stefano recomienda invertir en acciones, en Argentina las ligadas a energía, bancos y exportadoras; en Estados Unidos empresas ligadas a la inteligencia artificial y bancos.
El especialista ademas destaca que: «la inflación no se detendrá, y el dólar pisado de los próximos 90 días, hasta después de las la segunda vuelta del 19 de noviembre, se transformará en el dólar resorte desde que sea electo el próximo presidente hasta fin de año. Para diciembre, el dólar mayorista en torno de $600 es altamente probable».
Lo que llama la atención a los analistas es la velocidad del pasaje de la devaluación a los precios que prácticamente se produjo en una semana, algo muy diferente a lo que ocurrió en las devaluaciones anteriores, como la de Mauricio Macri en septiembre de 2019 luego de perder las primarias; o la de Axel Kicillof en enero de 2014 donde el tipo de cambio oficial aumentó un 25% y los precios demoraron un tiempo en acomodarse.
El difícil momento por el que transitan la política y la economía argentina luego de las PASO del 13 de agosto tal vez se pueda comparar en algunos aspectos con aquellos vividos desde mediados de 1988 y mediados de 1989. En ese lapso se produjo una de las transiciones más dramáticas de la política económica argentina.
El fracaso del Plan Primavera fue una especie de final anticipado de una transición entre el gobierno del radical Raúl Alfonsin y la sorpresiva llegada del peronista Carlos Menen, un gobernador de La Rioja que sin el apoyo del aparato partidario del peronismo le había ganado el 9 de julio de 1988 la interna del Partido Justicista al entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero.
Algunos analistas políticos comparan el reciente batacazo del candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, que se impuso con el 30% de los votos, con el triunfo de Menem en esa interna. ¿Cómo un candidato sin la estructura y sin el aparto político que pudo ganar una elección presidencial?. También comparan a Milei con Menem, por la llegada directa a todo tipo de estrato social como la clase pobre y la clase media.
Menem, a quien Milei admira y lo considera muchos escalones por encima de Mauricio Macri, tenía dos frases famosas: «Síganme que no los voy a defraudar» y «A Triunfar» pero no decía lo que iba a hacer. En cambio Milei pregona y explica su modelo de dolarizacion, su intención de dinamitar el BCRA y de terminar con la casta política a la que señala como la principal culpable del fracaso argentino de los últimos 50 años.
Su otra coincidencia con Menem es la defensa que hace del Plan de Convertibilidad de Domingo Cavallo. Lo considera como uno de los planes de estabilización más exitosos de la historia argentina. El período de vigencia de ese plan fue desde abril de 1991 hasta fines del 2001. La primera idea de Domingo Cavallo era dolarizar la economía, algo similar a lo que propone Milei ahora.
En ese entonces dos economistas que formaban parte de los equipos técnicos de Cavallo aconsejaron a Carlos Menem aplicar un plan de convertilidad con una paridad fija de uno a uno entre el peso y dólar porque la dolarizacion resultaría muy dolorosa para la sociedad en términos de ingresos.
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