16 febrero, 2024
En la audiencia testificaron cinco parientes: la abuela de M.F.L -la joven denunciante de 33 años-, una tía suya, una «prima hermana», una amiga y el marido de una prima,
El juicio contra el empresario, exsenador y tres veces gobernador de Tucumán, José Alperovich, acusado de distintos hechos de abuso sexual contra su sobrina y ex empleada, continuó este jueves con la declaración de cinco familiares en los Tribunales de la Ciudad de Buenos Aires, donde la abuela de la denunciante expresó que la admira «porque su valentía fue impresionante”.
Según la denuncia interpuesta contra Alperovich a fines de 2019, los abusos y ataques juzgados se produjeron entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018, en diferentes viviendas de las localidades tucumanas de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena; y en un departamento del barrio porteño de Puerto Madero.
En la investigación de la causa intervinieron la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 10 de la Capital Federal, interinamente a cargo del fiscal Santiago Vismara, y la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), dirigida por Mariela Labozzetta.
En mayo de 2022 la Fiscalía había considerado que «en todos los casos, mediando para su comisión intimidación», el exsenador «abusó de una relación de dependencia, de poder y de autoridad».
La audiencia comenzó a las 10.50 en el Tribunal Oral en los Criminal (TOC) N° 29 a cargo del juez Juan Ramos Padilla, ubicado en Paraguay 1536, en el barrio porteño de Recoleta, y duró hasta las 16 con un breve cuarto intermedio.
El exgobernador de Tucumán, que está acusado de nueve casos de abuso sexual agravado contra su sobrina, observó esta segunda audiencia a través de una videollamada, mientras tomaba mate y fumaba, luego de apersonarse el 5 de febrero al Tribunal, cuando inició el juicio.
La acusación que recae en su contra es por tres casos de abuso sexual -dos de ellos en grado de tentativa- y seis de violencia sexual agravada, de acuerdo con lo establecido por la investigación judicial en base a las denuncias por los ataques ocurridos entre 2017 y 2018 en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Tucumán.
Los cinco parientes que testificaron en esta oportunidad fueron la abuela de M.F.L -la joven denunciante de 33 años-, una tía suya, una «prima hermana», una amiga y el marido de una prima, cuyos nombres no se difunden para no identificar a la presunta víctima.
Las declarantes coincidieron en destacar el deterioro físico de la joven durante el periodo en el que trabajó para Alperovich y resaltaron su valentía al decidir denunciar al exsenador.
La abuela de la joven, quien se considera una persona “muy presente” en la vida de sus nietos y dijo pertenecer a una familia “muy unida y tradicional”, describió a M.F.L como una “chica muy activa, tranquila, muy eficiente, creativa”.
Esta personalidad fue transformándose “progresivamente” -coincidieron las testigos- a lo largo del período en el que trabajó como secretaria de Alperovich.
“Bajó muchísimo de peso. Es muy alta y pesaba 50 kilos, que es un peso patológico. Se le caían las uñas, el cabello, temblaba. Tenía síntomas de ataque de pánico”, detalló la tía de la denunciante y médica de profesión, un relato que se repitió a lo largo de la jornada con las mismas precisiones.
Según los testimonios, M.F.L no habló sobre los presuntos abusos hasta que decidió renunciar a su trabajo.
“No lo podía creer. Mi marido era como un padre para él… él era un hijo más. (…) No podía creer que se haya olvidado de que (…) era la nieta de ese hombre que trataba como un padre”, expresó la abuela de la joven.
Luego de radicar la denuncia a fines del 2019 contra Alperovich “empezó otra historia” -aseguró la mujer- y expresó: “hoy la admiro porque su valentía fue impresionante. Se fue preparando, estuvo con una psicóloga”.
Al ser consultada sobre cómo se encuentra actualmente la joven, respondió: “tranquila. Puede que no sea el resultado, pero ella va a seguir adelante con su vida”.
Para el abogado querellante Pablo Rovatti los testimonios de esta jornada fueron “muy favorables a la acusación” porque fueron de parte de “personas que con distintos matices y perspectivas tomaron conocimiento y pudieron ir reconstruyendo algunos detalles de lo que ella les fue contando”.
“Esto hace mucho más fuerte lo que contó la víctima porque resulta prácticamente ridículo pensar en que alguien -una chica de 27 años para entonces- que no había tenido problemas jamás con nadie, de repente un día se vuelva loca y quiera ensuciarlo por gusto a Alperovich”, dijo a Télam.
En tanto, uno de los abogados del exsenador, Adrián Sosa, compartió a esta agencia que espera que “el proceso concurra como tiene que ser, que se cumpla con los testigos, que el juez escuche a los testigos y las exposiciones de los peritos”, y consideró que hubo «varias inconsistencias de la denunciante».
Como fiscal de juicio interviene, el titular de la Fiscalía General N° 27 ante los TOC, Sandro Abraldes; la defensa está encabezada por Augusto Nicolás Garrido, y la querella, por Pablo Rovatti y Carolina Cymerman, perteneciente al Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación.
En las audiencias, que se realizarán a razón de una por semana y se prolongarán por lo menos hasta julio, darán testimonio más de 80 testigos.
La próxima tendrá lugar el lunes 19 de febrero a las 10 en la sede judicial de Paraguay 1536.
Durante la primera audiencia, que tuvo lugar el 5 de febrero, prestaron declaración el imputado y la denunciante, y se leyeron las acusaciones tanto de la querella como de la Fiscalía, que fueron coincidentes casi punto por punto.
Mientras M.F.L declaró durante seis horas; Alperovich dijo que su declaración la realizará «al final» del debate oral por recomendación de sus abogados del estudio Cuneo Libarona, y realizó una breve intervención en la que expresó: «Quiero la verdad porque esto me mató».