7 enero, 2022
Crecen las expectativas por las sesiones legislativas extraordinarias, con el FMI en el centro de la escena y un clima caldeado en el Congreso
La oposición insiste en que la discusión por el acuerdo con el Fondo Monetario debe pasar por el parlamento, donde hay muy poco margen de error, y hasta una gripe puede alterar los planes de cualquier sector.
La discusión entre el Gobierno y la oposición en torno a las negociaciones con el FMI pusieron mayor expectativa sobre el llamado a sesiones extraordinarias del Congreso ante la posibilidad de que el presidente Alberto Fernández incluya en el temario el «Plan Plurianual» económico y a la opinión expresada por Juntos por el Cambio sobre el tema.
En la Casa Rosada y en el Congreso no hay dudas de que el jefe de Estado llamará a sesiones extraordinarias y si bien nadie supo hasta el momento precisar una fecha de publicación del decreto, en la Cámara de Diputados y en el Senado dan por hecho que se llevarán a cabo en febrero.
Meses atrás el Presidente afirmó que presentaría ante el Congreso un «Plan Plurianual» que contemplará los alcances del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI): se preveía para diciembre, pero no apareció y eso abrió la posibilidad de que fuera incluido en el temario para las extraordinarias, que debe definir el Ejecutivo.
Frente a la reciente convocatoria de la Casa Rosada a los gobernadores para informar sobre la negociación con el FMI, los referentes de Juntos por el Cambio acordaron asistir a una reunión -en principio pautada para el lunes- pero remarcaron que quieren «una carta de intención con el FMI» y que pase por el Congreso, para manifestar su posición al respecto.
En ese contexto, el eventual llamado a extraordinarias genera una expectativa adicional a la que ya hay por los otros proyectos que el Gobierno tiene previsto incluir, como las leyes de Hidrocarburos; Agroindustrial; Automotriz y Compre Nacional, además del Consenso Fiscal 2022 y, posiblemente, la reforma del Consejo de la Magistratura.
La deuda externa -sobre la que se intercambian culpas- y los temas institucionales son cuestiones que calientan el debate entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, lo cual es un punto central porque luego de las elecciones legislativas y la renovación, el Congreso quedó casi sin margen de error para ninguno de los dos espacios.
Cualquiera sea el proyecto el tema por el cual se consulte a legisladores y operadores políticos del Congreso la única respuesta unánime y dicha con toda seguridad es: «Está difícil».
Así lo demostraron las primeras dos sesiones de la Cámara de Diputados con la nueva composición de 118 bancas del Frente de Todos y 116 de Juntos por el Cambio: una derrota para el Gobierno, con el rechazo al Presupuesto 2022, y otra para la oposición, una semana después, con los cambios al impuesto sobre Bienes Personales.
Alternadamente, los dos espacios políticos más importantes avanzaron con sus planes sin haber tenido asegurada una mayoría, lo cual deja expuestos algunos problemas, como las dificultades para construir consensos y las desinteligencias dentro de los bloques que representan al Gobierno y a la oposición.
En el Senado, donde el Frente de Todos tiene con 35 bancas y Juntos por el Cambio con 33 de las 72 que componen el pleno, la única sesión hasta el momento se vio en peligro por un caso positivo de Covid-19 en la bancada oficialista (el catamarqueño Guillermo Andrada) que puso en jaque el quórum.
El interbloque de Juntos por el Cambio no bajó al recinto y el Frente de Todos se enteró en los testeos de coronavirus previos a la sesión que tenía una baja, por lo que no consiguió llegar al quórum de 37 presentes en el tiempo establecido por el reglamento, sino 10 minutos después, cuando bajó al recinto la riojana Clara Vega, ex aliada de Juntos por el Cambio.
La demora motivó a que la bancada opositora que encabeza Alfredo Cornejo presentara un amparo ante la Justicia para que se anule la sesión en la que se aprobaron los cambios del impuesto a los Bienes Personales que, una semana antes había aprobado el oficialismo en Diputados.
Así, el Congreso despidió el año 2021 con la certeza de que nadie tiene una mayoría garantizada, que no está fácil la tarea de construirla y que cualquier detalle, como una viaje personal de un legislador o una simple gripe, puede alterar los planes de cualquiera, todo un dato a tener en cuenta en plena pandemia.
Ese es el escenario en el que podría llevarse a cabo la discusión por el acuerdo con el FMI para la cual Gobierno y oposición recién empiezan a buscar un carril.
*NA/by Pablo Sieira