21 julio, 2024
Se acabó la fiesta de los subsidios en los servicios públicos, pero también la fiesta de sospechas y manejos raros de más de veinte años en el sistema cooperativo.
Por Sergio Mammarelli*
Según Milei, cada uno de nosotros debe pagar por lo que sale cada servicio público, ni un peso menos, pero como veremos tampoco ni un peso más. Y los que no puedan.? Para ello, se comenzó a edificar una nueva política de subsidios al consumo fundamentalmente de ingresos bajos, liberando las tarifas de los ingresos medios, altos, los comerciales e industriales, lo que quiere decir que muy pocos serán los favorecidos por una política de subsidios en la nueva argentina.
Coincido también con el gobierno que al mes de diciembre de 2023 no existía ningún argentino que no perciba algún subsidio del estado. Hasta el más rico y magnate de nuestro país, pagaba la nafta, la luz, el gas, pasajes aéreos, peajes y hasta productos de consumo de primera necesidad en forma subsidiada. Y además, compraba todo lo importado con un dólar también irreal.
En nuestra Provincia del Chubut ese despilfarro de subsidios a los servicios públicos, sin embargo, fue la excusa para que otros se hicieran un festín de ineficiencia, corrupción, mintiéndole a la sociedad y fundamentalmente quedándose con nuestra plata. Sí, con nuestra plata que pagamos de tarifa durante más de 20 años.
Se los voy a explicar con un ejemplo: Las cooperativas, como cualquier empresa de delivery, nos cobra una suma de dinero por traernos algo a casa. No es una pizza, es energía eléctrica, agua potable, etc. Nosotros por ese servicio le pagamos al delivery la pizza y su transporte hasta nuestro hogar, que no es otra cosa que las facturas que pagamos estos 20 años…
¿Qué sucedió con las cooperativas y servicios públicos durante estos más de 20 años de subsidios?
Nos cobró la pizza y el transporte por traerla a casa, pero se guardó y se gastó el valor de la pizza que no se la pagó durante 20 años al pobre pizzero. Dicho de otro modo, nos cobro la generación de energía y el transporte hasta nuestra casa, pero no le pagó a quién generaba la energía.
Esa estafa aberrante, que además sumó fuertísimas deudas impositivas en la AFIP, que el sistema cooperativo tampoco pagaba, arrastraron una deuda multimillonaria de las cooperativas de servicios públicos que hoy asciende a más de $55 mil millones a CAMMESA.
En el caso de Chubut, esa deuda es de $ 12 mil millones, a lo que se agrega una deuda multimillonaria a YPF por el gasoil de las usinas del interior de la Provincia.
A esta altura, cualquier de nosotros se preguntaría: Pero ¿qué hicieron con semejante fortuna.? Nada, simplemente se la gastaron. Pero ¿en qué.? Hoy nadie sabe.
Sin embargo, surge una gran pregunta. ¿Acaso deberemos pagar la deuda multimillonaria que acabamos de comentar, a sabiendas que cada uno de nosotros pagó puntualmente su factura mes a mes durante estos veinte años? Técnicamente, hacernos cargo a nosotros con semejante deuda, sería como pagar dos veces por la misma cosa.
Sin embargo, lo más grave está por venir. ¿Acaso deberemos pagar una tarifa de un sistema cooperativo absolutamente ineficiente, repleto de directivos con sueldos también millonarios, repleto de empleados y con sueldos millonarios que ningún contribuyente percibe en su actividad.? Pensarán acaso, que como usuarios vamos a permitir un nuevo endeudamiento o despilfarro como el que se produjo estos veinte años, pagando una nueva fiesta a la que jamás fuimos invitados? Es probable porque las facturas así lo exponen…
De allí que resulta imprescindible dar el debate y las discusiones necesarias porque de algo debemos estar seguros: la fiesta se acabó y todos nosotros no tenemos por qué pagarla.
