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21 enero, 2025

Sentida conmemoración en Madryn a 31 años de la tragedia de los bomberitos

Como cada 21 de enero desde hace más de tres décadas la ciudad se estremece ante las sirenas de los bomberos y el toque de dina que agita los pájaros de la plaza y los corazones memoriosos. En ese llamado y alerta faltarán siempre los 25 chicos que perdieron la vida tratando de extinguir un incendio de campos, pero sobre todo de servir a su comunidad honrando un mandato y una pasión por el voluntariado.

Era un día sumamente caluroso en enero de 1994 y pocos intuían que sería posiblemente el más triste de la historia del pueblo. Mientras un buen número de gente disfrutaba el día de playa aquel 21 de enero, un incendio alertó sobre la cercanía al ingreso a Madryn, a unos 15 kilómetros de la rotonda.

Los bomberos de la Seccional Primera de Madryn recibieron el llamado de emergencia y comenzaron a desplazarse hacia el lugar, en dos grupos. A las 16:15, un tercer grupo encabezado por el suboficial José Luis Manchula, de 23 años, se adentró en el campo junto a varios menores. Los equipos de protección eran precarios y las condiciones del terreno dificultaban el avance

A ese grupo se habían sumado cadetes, y entre los 25 había 11 menores de edad que frecuentaban el cuartel en caraccter de aprendices y ayudantes. A pesar del tiempo transcurrido, aquella impericia de dejar ingresar a menores a la zona de batalla con el fuego, sigue siendo una llaga abierta para toda la comunidad y quienes deben velar por la seguridad pública.

La tragedia no se hizo esperar y después del viraje del fuerte viento la temperatura alcanzó los 32°C, lo que provocó un avance acelerado de las llamas y una especie de implosión que asfixió todo a su paso en la abrumadora meseta. Una hora después de su arribo, el grupo de Manchula fue rodeado por el fuego y pese a los pedidos de auxilio, el humo denso y la velocidad de las ráfagas impidieron cualquier salvataje. Para las 18:15, todos los bomberitos habían perecido.

Quienes teníamos la ingrata labor de informar nos acercamos por la ruta y muchos fuimos evacuados por la policía pprque el fuego prácticamente atravezaba la calzada y avanzaba por todos los flancos.

Fue una larga noche de vigilia esperando señales en el handie a sabiendas que al día siguiente nada nuevo podría incluír la peor crónica periodistica que se debería escribir.

Un equipo de rescate llegó al lugar y comenzó la búsqueda de los cuerpos. Fue allí cuando se encontró la camioneta y la autobomba de los bomberos, completamente destruidas por el fuego. A bordo de un helicóptero, el jefe del cuerpo de bomberos de Madryn, Ricardo Vera, fue testigo del panorama devastador en medio de un ataque de nervios. La tragedia había dejado una huella indeleble en todos los involucrados y la comunidad toda.

Los 25 chicos

A 31 años de aquella tragedia, en un sentido y conmovedor acto en el monumento en la Plaza San Martín, familiares, vecinos y funcionarios recordaron este martes a los 25 bomberos voluntarios que perdieron la vida en ese incendio, cuyas edades y sueños fueron arrebatados por el fuego. Ellos fueron: Daniel Araya, Mauricio Arcajo, Andrea Borredá, Ramiro Cabrera, Marcelo Cuello, Néstor Dancor, Alicia Giudice, Raúl Godoy, Alexis Gonzáles, Carlos Hegui, Lorena Jones, Alejandra López, Gabriel Luna, José Luis Manchula, Leandro Mangini, Cristian Meriño, Marcelo Miranda, Juan Moccio, Jesús Moya, Juan Manuel Paserini, Cristian Rochón, Paola Romero, Cristian Yambrún, Cristian Zárate y Juan Carlos Zárate.

A lo largo de los años, el recuerdo de estos jóvenes ha sido homenajeado en cada rincón del país. Como dato concreto, aquella tragedia impulsó a conocer más cómo se despliegan este tipo de eventos ígneos, impulsó a considerar y mapear las principales zonas urbanas con pérdida de humedad del suelo y consideradas zonas rojas por la peligrosidad de incendios, pero sobre todo ayudó a plantear la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad de los servidores públicos, y fue un punto de inflexión para la capacitación y formación continua del personal de bomberos en todo el territorio nacional.

A nivel nacional, el sistema prohibió que los menores puedan salir a emergencias. Primero deben realizar un trayecto de capacitación que dura un año. Una vez aprobado el curso, se procede a un tiempo de adaptación. La tragedia también llevó a la decisión de que los bomberos no actúen sofocando incendios de campo y que solamente se aseguren de que no llegue a la ciudad, trabajando con máquinas viales para realizar corta fuegos.​

Hoy, a más de tres décadas de aquella jornada fatídica, los Bomberos Voluntarios de Argentina siguen conmemorando este hecho, y las nuevas generaciones de bomberos mantienen vivo el legado de los 25 jóvenes que dieron su vida por la comunidad.