26 abril, 2021
Es la cuota de los derechos especiales de giro (DEG) que el organismo repartirá en sus países miembros. El ministro especulaba con cancelar la deuda de Macri.
Los senadores del Frente de Todos que responden a Cristina Kirchner presentaron un proyecto de declaración que le pide al ministro de Hacienda Martín Guzmán invertir en gastos vinculaos a la pandemia los 4.350 millones de dólares que girará el Fondo Monetario por derechos especiales de giro (DEG) y no los utilice para cancelar los vencimientos que hay este año con el organismo.
El aporte surge de un aporte de 60 mil millones de dólares que el organismo desembolsará entre sus miembros para paliar la crisis económica que azota al plantea, distribuidos según la cuota accionaria de cada país.
La declaración de los senadores resulta un reclamo que suele ser habitual en la oposición pero no entre los oficialistas, que resuelven estos debates puertas adentro. Y es casi un pedido formal de default con el FMI, ya que no tendría mucho sentido utilizar reservas para pagar los vencimientos y usar los DEG en otra cosa.
El texto solicita «que los DEG se apliquen a se apliquen para financiar la puesta en marcha de políticas públicas tendientes a resolver los graves problemas de la sociedad argentina derivados de la pandemia de COVID 19, tales como salud, reducción de la pobreza, educación, vivienda, generación de trabajo, entre otros»
Y pide expresamente que esos fondos no se usen «al pago de la deuda por capital, intereses o gastos, que el país mantiene con dicho organismo financiero internacional y/o con otros países englobados en el Club de París y que en ambos casos se encuentran en vías de negociación», concluye el proyecto.
Fue firmado por el jefe de bloque José Mayans, su segunda Anabel Fernández Sagasti, Oscar Parrilli, Carlos Caserio, María de los Ángeles Sacnun, Alfredo Luenzo, José Neder y Jorge Taiana, todos de diálogo frecuente con la vicepresidenta.
Después de apoyar su negociación y acuerdo con los bonistas, Cristina y los senadores le marcaron la cancha a Guzmán en sus gestiones con el FMI. Consiguieron la sanción de una ley que prohíbe deuda en dólares para uso de gastos corrientes, un cepo a cualquier intención de reprogramar vencimientos con un desembolso extra.
Y en febrero le enviaron una carta a la Oficina de Evaluación del organismo para revisar si cumplió su carta orgánica cuando le giró 44 mil millones de dólares a Macri. De no ser así, entienden, no podrían exigirse los vencimientos en tiempo y forma.
El 24 de marzo, la vicepresidenta reapareció públicamente para pedirle al FMI aumentar los plazos y bajar las tasas si pretendía cobrar.
La tensión con Guzmán tuvo un capítulo extra en enero, cuando dejó su cargo el secretario de finanzas Diego Bastourre horas después de negociar en Washington con la cúpula del FMI. Fue designado director del Banco Central, pero su pliego sigue esperando en la Comisión de Acuerdos del Senado. Nunca se trató.
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*LPO