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22 agosto, 2021

EL IARAF ANTICIPA TRES ESCENARIOS FISCALES, TODOS ELLOS CON AUMENTO DEL GASTO 'SOCIAL' POR PARTE DEL GOBIERNO NACIONAL PREVIO AL TURNO ELECTORAL DE NOVIEMBRE

Semestre electoral: cuánto puede crecer el déficit fiscal de Argentina

En la segunda parte del año en búsqueda de revalidar su gestión el gobierno nacional ampliaría el gasto público. Aún así, se espera un sobrecumplimiento de la meta fiscal que figura en el Presupuesto.

Semestre electoral: cuánto puede crecer el déficit fiscal de Argentina
Con la política económica puesta en modo electoral, se comienzan a transitar meses donde el déficit fiscal primario vuelve a crecer, luego de un primer semestre contractivo por la conjunción de un fuerte crecimiento real de los ingresos y una caída del gasto consolidado. En comparación con la primera mitad de 2020, el ajuste superó los 3 puntos del PIB y permitió reducir a la quinta parte el financiamiento monetario al Tesoro y mantener estable la brecha cambiaria.

Ese escenario quedó en el pasado. Desde julio se viene ampliando el déficit y la asistencia monetaria del BCRA en una clara decisión política de inyectar más pesos al consumo y llegar en relativas mejores condiciones a la elección de noviembre. Estimamos que este mayor gasto electoral aportará un crecimiento adicional de 0,9% sobre la actividad económica entre el tercer y el cuarto trimestres, llevando el crecimiento del PIB a la zona de 8% en 2021.

La razón es simple: el gasto extra se direcciona a los segmentos más castigados, que destinan todo ingreso adicional al consumo, el principal componente de la demanda agregada.

¿Este giro en la política fiscal hará incumplir la meta presupuestaria del 4,5% de déficit para el año? No, dicen los expertos.

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) calculó el margen de aumento potencial del gasto en la segunda mitad de 2021 con tres escenarios. El primero, permitiría una ampliación real del 3%, el segundo una del 7% y el tercero y más expansivo una del 12%.

Qué es el déficit fiscal

La situación fiscal de un Estado, ya sea nacional, provincial o municipal, se mide comparando sus ingresos (impuestos y multas, por ejemplo) con sus gastos (asistencia social y salarios, entre otros). Cuando en un año ese gobierno gasta más de lo que le ingresa se dice que tiene déficit fiscal.

Este resultado fiscal se mide de dos formas: mediante el resultado financiero o con el resultado primario. El financiero contiene el pago de intereses de deuda, mientras que el primario no los incluye.

¿Qué significa esto? “Si una familia ganó 100 pesos en el mes y gastó $90, tendría un superávit fiscal primario de $10. Sin embargo, si tiempo atrás tomó un crédito y este mes tiene que pagar 15 pesos por intereses al banco, el gasto total del mes sube a 105 pesos. Por esto mismo, como el gasto total ($105) es mayor al ingreso ($100), tendría un déficit fiscal financiero de 5 pesos”, ejemplificó Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora Ecolatina.

El estudio del IARAF que apunta a un incremento del déficit fiscal en coinciedencia con el período electoral se realizó sobre una meta de déficit primario del 4,2% del PIB, basado en los objetivos que figuran en el Presupuesto Nacional. En el primer escenario, se supuso que no se modificará la política fiscal actual, por lo que no es el más probable dado el cambio de actitud que ya comenzó a mostrar el Poder Ejecutivo.

Finalmente, en el escenario en el que se alcanza en el año la meta de déficit presupuestado del 4,2% del PBI, el gasto primario tiene en la segunda mitad del año un «margen» de aumento de $720.000 millones. que equivale a un crecimiento real del 7%.

«Cada escenario considera un mayor gasto para la segunda parte del año. Así, cada uno de los escenarios al ser comparado con el escenario BASE en el cual se mantiene la política fiscal verificada en el inicio del 2021, tendrá un mayor margen de gasto a realizar en los 6 meses finales del año», concluyó el Iaraf.

Así las cosas, aumentar el gasto público, revertir la pobreza y a la vez dinamizar el mercado interno es el sueño de cualquier Gobierno. El punto es que financiar el gasto sin inflación en este contexto resulta muy complejo. En la primera mitad del año el gasto social había caído 17% en términos reales, en tanto los subsidios económicos aumentaban en igual proporción. Esa película se puso en pausa hasta la elección pero retornará el día después, cuando el FMI entre de nuevo a escena para cerrar el acuerdo que reprograme los vencimientos argentinos con el organismo.

*C/by Lara López Calvo/ IARAF, EC