«Leí un artículo divertido en Bloomberg el otro día. Aparentemente, Argentina se ha ofrecido a pagar a sus acreedores con algo llamado “acción climática”.
Hace varios años, Argentina dejó de pagar una deuda de 46.000 millones dólares con el Fondo Monetario Internacional. Ahora, el presidente del país ha propuesto vincular el pago de esa deuda con “inversiones esenciales en infraestructura verde”. En otras palabras, construyendo cosas en su propio país, pero por las razones correctas. Entonces, preocuparse repentinamente por el calentamiento global es una especie de moneda de curso legal. Si le importa lo suficiente, puede saldar sus deudas con él.
Ahora bien, nuestros espectadores más cínicos probablemente se rían por lo bajo al escuchar esto. “Caramba, Argentina”, podrían pensar. “Eso es original, respeto tu jugada”. Y sí, es impresionante al estilo de un tahúr gitano tahúr que juega al trile por dinero. Argentina sí que tiene labia.
Pero no hay ninguna razón por la que no puedas participar también en la acción. El hecho de que no sea un país latinoamericano en bancarrota no significa que no pueda pagar sus deudas con virtud. Entonces, ¿qué tal esto? El resto de nosotros nos comprometeremos en contratos legalmente vinculantes notariados a no volar nuestros aviones privados a Europa durante todo un año calendario. A cambio de esa promesa, estamos exentos de impuestos federales. No va a ser fácil. Intenta ir a Florencia en autocar.
Por otro lado, nos pondrá muy por delante de Joe Biden y Jeff Bezos y Al Gore y todos los demás, y los sacrificios que estamos dispuestos a hacer por este planeta que se derrite rápidamente, a diferencia de nuestros líderes que se preocupan sinceramente por la crisis climática y, aparentemente, eso vale dinero real».
El plan argentino
Alberto Fernández explicó su idea recientemente en la Cumbre de Cambio Climático (COP26) realizada en Escocia. “Promovemos el canje de deuda por acción climática. Necesitamos diseñar mecanismos de pagos por servicios eco sistémicos e instalar el concepto de deuda ambiental”, planteó en Glasgow.
La propuesta de Fernández para utilizar al FMI como organismo multilateral que respalde futuros proyectos de medio ambiente, no termina en plantear que acepte canjear deuda de los países pobres y de medianos ingresos. También sugirió -durante su discurso- que los Derechos Especiales de Giro (DEGs) del FMI puedan usarse para cumplir las metas del Acuerdo de París en las zonas más castigadas del planeta.
‘Hago un llamamiento para que seamos capaces de avanzar en un instrumento eficaz que nos permita canalizar los Derechos Especiales de Giro (DEGs) para el desarrollo sostenible. En el caso de América Latina y el Caribe, la canalización de estos recursos hacia la banca regional de desarrollo es clave para apalancar la transición tecnológica necesaria para revertir una dinámica preocupante que hoy es evidente para todos’, dijo.
La Argentina adeuda más de USD40 mil millones al FMI del préstamo concedido durante el gobierno de Mauricio Macri. El gobierno necesita un acuerdo que le permita reprogramar los pagos del año que viene y no caer en default. En todo 2022, el país debe abonar casi USD20 mil millones, una friolera imposible de asumir para las cuentas locales. El primero de esos pagos debe realizarse en marzo, fecha límite para cerrar un entendimiento con el organismo multilateral de crédito.