25 julio, 2023
El gran escritor irlandés Samuel Beckett fue ciertamente un hombre con una perspectiva única de la vida, caracterizada por una conciencia aguda del sufrimiento humano y una disposición hacia lo absurdo. Beckett no vacilaba en bromear, con una inclinación al humor negro, si bien también es autor de algunos de los pasajes más sinceros y profundos de la literatura del siglo pasado.
Por Pedro Luizao
La particular visión de Beckett se refleja en dos aspectos un tanto extraño de su propio recuento biográfico: recordar experiencias fetales y una insistencia en haber nacido un Viernes Santo.
Beckett insistía en que había nacido el 13 de abril de 1906, un Viernes Santo, que también fue viernes 13. Esto le agradaba, dado el vínculo con la crucifixión de Cristo, un eco de su conciencia del sufrimiento humano. En Company, una obra tardía de fuerte carácter autobiográfico, subraya esta coincidencia, introduciendo analogías y comparaciones entre la historia de vida de Cristo y la de sus personajes degradados.
Esto queda un poco en entredicho porque al parece su certificado de nacimiento lo registra nacido el 13 de mayo de 1906, un domingo, Además de su insistencia en la fecha de nacimiento, Beckett afirmaba tener memorias que precedían a este día. Decía tener un recuerdo vívido de su existencia fetal, describiendo un estado de desolación y dolor, y una memoria particular de estar en la mesa de la cena en el vientre de su madre antes de nacer.
Según el New York Times, Beckett contó esto a más de una persona y luego en una entrevista cuando tenía 64. Dijo entonces que recordaba su vida prenatal y que esta existencia era un baldío doloroso. «Tengo un recuerdo claro de mi propia existencia feral. Era una existencia en la que ninguna voz, ningún movimiento posible me liberaba de la agonía y la oscuridad a la que estaba sujeto».
Le dijo también a Peggy Guggenheim que retenía una «terrible memoria de la vida en el viente de su madre». Esta experiencia habría sido traumática y determinante en su perspectiva de vida. Incluso la discutió al parecer con el psiquiatra Geoffrey Thompson.
Todo esto sugiere una narrativa más compleja y no es más fácil saber si se trata de una invención o realmente de una memoria -algunos dirán que, particularmente en lo que concierne a un escritor, no hay mucha diferencia entre estas dos.- No es totalmente descabellado pensar que Beckett recordaba el pozo oscuro de la vida fetal y que esto lo marcó, especialmente teniendo en cuenta que muchas personas creen recordar incluso vidas pasadas.
Durante su vida, Beckett mostró un apego a un versículo en el Libro de Job que reflejaba su visión de la vida: «¡Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: ‘¡Ha sido concebido un varón!'» En suma, el misterio de la fecha de nacimiento de Beckett y sus afirmaciones de memorias prenatales pintan un retrato de un hombre con una comprensión profunda y única de la existencia humana.
